Sobre los grupos de investigación en la universidad española

Muchos grupos de investigación de la universidad española están muertos. O moribundos. Al menos esa es la sensación que me transmiten compañeras y compañeros de distintas universidades cuando me cuentan su realidad: sus grupos de investigación han dejado de ser lugares estimulantes y vibrantes y o bien no hacen honor al nombre de «grupo» o bien no tienen los medios (aunque sí la capacidad) para hacer una «investigación» relevante y sostenible.

Las causas de esta situación son variadas: escasa, difícil o ninguna posibilidad de financiación a través de convocatorias públicas, y mucho menos privada; dificultades de coordinación entre miembros del grupo con horarios y tareas a veces incompatibles (docencia, gestión, trabajo fuera de la universidad en el caso del profesorado asociado); problemas para convertir la necesidad de publicar y acreditarse en oportunidades para el trabajo colaborativo; cansancio y falta de estímulos reales (no, el sexenio no es un estímulo positivo real en muchos casos) entre los investigadores más veteranos y exceso de tensión en los investigadores más jóvenes, que no acaban nunca de ver consolidados sus puestos de trabajo; etc.

Realmente la mera existencia de los grupos de investigación en la universidad española es bastante curiosa. El profesorado universitario en España es contratado, fundamentalmente, por necesidades docentes y nuestro horario de trabajo gira en torno a la asignación de nuestra carga docente; sin embargo, la consolidación de nuestro trabajo pasa, inevitablemente, por la publicación de resultados de la investigación. Es decir, nuestra vida la rigen las facultades y los departamentos pero de nuestro trabajo en el grupo de investigación depende, en buena medida, nuestra carrera profesional.

Esta paradoja se agrava por distintas cuestiones: así, por ejemplo, el presupuesto de las facultades y departamentos está avalado (en mayor o menor medida) por la universidad para garantizar así el buen funcionamiento de la docencia pero el grupo de investigación es, fundamentalmente, una estructura competitiva. Sin financiación, no se investiga ni se publica, con lo cual no mejora el currículo del grupo y sus miembros, por lo cual será difícil que obtenga financiación en cualquiera de las convocatorias (cada día más competitivas), por lo cual se reduce, por tanto, su capacidad de investigar y publicar.

Sin embargo, a pesar de este panorama creo que en los grupos de investigación reside una de las claves de la universidad española del siglo XXI. Por un lado, los grupos de investigación representan espacios de afinidad flexibles, que pueden contar con personal que trabaja en la universidad, miembros que trabajan en otros entornos, miembros que están aun en formación, etc., así como con miembros de áreas de conocimiento diferentes para abordar problemas y situaciones que requieran distintas perspectivas y miradas. Por otro lado, la esencia del grupo de investigación es su carácter dinámico en relación con los diversos proyectos que el grupo afronta, permitiendo así evolucionar y ajustarse a una realidad cambiante y poliédrica de manera eficaz: son, en cierto sentido, el elemento más flexible de la universidad española y, por tanto, con más capacidad de reacción y de intervención efectiva ante una amplia diversidad de problemas.

Desde esta perspectiva el pasado viernes día 26 el Vicerrectorado de Investigación de la Universidad de Granada organizó una jornada titulada «Creación, gestión y mejora de los grupos de investigación«, que estuvo centrada en provocar una reflexión compartida con todos los asistentes sobre el sentido, la labor y la estructura de un grupo de investigación hoy, considerando la coyuntura que he descrito anteriormente. Además, en esta jornada pude presentar el desarrollo del Grupo de Investigación «Conocimiento Abierto para la Acción Social» a lo largo del último año, obviamente no como modelo a seguir sino como un caso a analizar de grupo de investigación que ha sido capaz de hacer uso de unos recursos muy escasos para maximizar su actividad investigadora, su formación y su incidencia en el entorno.

En concreto, mi aportación al debate que se pretendía generar en esta Jornada se puede resumir en dos elementos. Por un lado, una serie de ideas claves que resumo a continuación; por otro lado, un documento que ofrezco aquí por si es de interés para alguien.

En cuanto a las ideas clave en relación con la gestión de los grupos de investigación, nuestra propuesta gira en torno a las siguientes cuestiones:

  • Composición del grupo: es fundamental favorecer la diversidad dentro del grupo, incorporando investigadores sénior e investigadores en formación, PDI de la universidad y agentes sociales que tengan interés por la investigación, estudiantes de grado y posgrado (por ejemplo, para la realización de sus TFG y TFM tutorizados por el grupo), etc., buscando enriquecer tanto como sea posible el debate interno, el conocimiento común y la diversidad de perfiles y miradas.
  • Estructura del grupo: actualmente vivimos un momento tremendamente IP-céntrico promovido por las convocatorias competitivas, que tienden a sobrevalorar el papel del investigador principal frente a la inteligencia colectiva del grupo; sin embargo, nuestra propuesta pasa por una estructura horizontal en la cual el IP tiene que asumir un papel de liderazgo pero no en detrimento del resto de miembros, que asumen roles vinculados con la gestión de proyectos, la preparación de distintas fases de las investigaciones, la participación en proyectos de formación, etc.
  • Declaración de intenciones: en nuestra opinión, un grupo de investigación no es una mera máquina de gestión y procesado de proyectos; el grupo de investigación tiene que tener un sentido en sí mismo, vinculado con el compromiso con el entorno, con la mejora de la institución universitaria y el desarrollo personal y profesional de sus miembros. Hacer explícitas las intenciones del grupo es fundamental para saber hacia dónde queremos ir, para recurrir a ellas en los momentos de crisis y también para poder evaluar el funcionamiento del grupo de manera periódica.
  • Implicación local, acción global: los grupos de investigación están ubicados en un territorio – o en diversos territorios – y esta ubicación se debe vivir como un compromiso con el entorno y el bienestar de sus conciudadanos. En este sentido, un grupo de investigación debe tener un efecto positivo en su entorno ya sea a través de la investigación, la divulgación, la formación o la transferencia, sea cual sea su objeto de estudio.
  • Las cinco tareas de un grupo de investigación I+D+F+T+A: en nuestra opinión, un grupo de investigación no se limita a la tarea que le da nombre, la investigación. Un grupo de investigación hoy tiene encomendadas cinco tareas, todas ellas entrelazadas: investigación, divulgación, formación, transferencia (incluyendo aquí las tareas de desarrollo tecnológico e innovación) y acción social solidaria. Estas cinco tareas se retroalimentan en múltiples sentidos, dan sentido a la existencia de distintos perfiles y roles dentro del grupo de investigación y generan distintos tipos de «proyectos» más allá del clásico proyecto de investigación que acababa con la publicación de los resultados.
  • Contacto constante con el entorno: uno de las actividades que más ha disfrutado el grupo de investigación CAAS son los encuentros abiertos. Estos encuentros abiertos son reuniones de trabajo con agentes sociales de relevancia en nuestro entorno con quienes nos hemos sentado alrededor de una mesa intentando favorecer el encuentro en un contexto informal y relajado, que permita que nuestro invitado se sienta cómodo y que el grupo pueda hablar de manera abierta con nuestro invitado. Y en estos encuentros, una única pregunta se ha puesto sobre la mesa: ¿qué aspectos de la realidad puede abordar un grupo de investigación como el nuestro desde la perspectiva de la persona invitada? Las respuestas configuran hoy una parte importante del bagaje de nuestro grupo, que ha crecido a partir de las reflexiones y las palabras de los agentes sociales con quienes hemos compartido un encuentro abierto.
  • Proyectos personales, proyectos grupales, proyectos del entorno: siguiendo la lógica de los encuentros abiertos, el grupo gira en torno a tres tipos de proyectos de investigación. Por un lado, los miembros del grupo tienen sus propios intereses y proyectos personales (que no son ajenos al grupo), normalmente derivados de su formación inicial, su experiencia profesional y su curiosidad científica en sentido amplio; en segundo lugar, el grupo genera proyectos de investigación grupales, que responden a inquietudes compartidas, en los cuales se implican varios miembros del grupo y que también pueden ser compartidos con otros grupos de investigación en estructuras de colaboración nacionales o internacionales; finalmente, el entorno (instituciones, empresas o individuos concretos) puede sugerir – explícita o implícitamente – proyectos de investigación al grupo y este valorar su interés y la capacidad del grupo de dar una respuesta adecuada al desafío investigador.
  • Las distintas fuentes de financiación de la investigación: la financiación es un problema, pero no es el problema fundamental, que para nosotros son las relaciones sociales y mantener una mirada creativa y abierta sobre el propio problema de la financiación. Obviamente, la investigación requiere financiación y debemos exigir en todo momento que la investigación reciba una financiación pública adecuada pero parece obvio que la inversión estatal en nuestro país está en contracción – y ya veremos si algún día se recupera y crece sustancialmente. En este contexto, sin embargo, no podemos permanecer parados y es decisivo ampliar la mirada para encontrar financiación en otras fuentes: convocatorias internacionales (que tienen el agravante de requerir una gestión administrativa intensa, además de ser incluso más competitivas que las nacionales), convocatorias de instituciones locales o regionales, fundaciones, etc. Por otro lado, la investigación puede ser un servicio que se oferte, como cualquier otro, en una economía de mercado (ya veo aquí el enfado de algunos buenos amigos cuando vean que apelo al mercado como fuente de financiación: ¡anatema, anatema!) sin que eso tenga que comprometer los principios y la declaración de intenciones del grupo, que deben garantizar en todo momento poder prestar el servicio sin perder por ello calidad o sin someter el proceso de investigación a ninguna manipulación que lo pervierta. En este sentido la transferencia de conocimiento no es para nosotros un complemento, sino un factor fundamental de la investigación.
  • Los recursos del grupo: dependiendo del área de conocimiento y el tipo de investigación que se realice el grupo requiere de unos recursos determinados. En nuestro caso, un grupo de Ciencias Sociales, era fundamental el espacio donde reunirnos y también donde depositar nuestro material (documentos, grabadoras, ordenadores, etc.) y que ha sido cedido, de manera no exclusiva y tras un año de negociación, por nuestra facultad; en el caso de otros grupos serán laboratorios con distintas configuraciones, o depósitos para materiales de ciertas dimensiones, etc. En todo caso, conviene tener un plan a corto, medio y largo plazo en relación con la obtención de estos recursos, así como una estrategia creativa para conseguirlos 🙂
  • Una estrategia de publicación: publish or perish es la frase que resume buena parte de la actividad investigadora hoy en la universidad. Publicar (cuanto más, mejor) artículos en revistas de impacto (cuanto más, mejor) es el objetivo final de la mayor parte de los investigadores e investigadoras y, por extensión, de los grupos de investigación. Pues bien, si esto es así, al menos hagámoslo de manera planificada, creativa y, por supuesto, abierta: decidamos en qué revistas nos interesa mostrar nuestra investigación (mejor si son de acceso abierto que restringido) así como en qué revistas se tratan temas similares a los que nosotros investigamos y con metodologías cercanas a las que estemos usando; planifiquemos la secuencia de publicación para maximizar el potencial de nuestro trabajo; coordinemos la redacción de los textos y que el orden de firma refleje realmente el trabajo dedicado a cada artículo; colaboremos eficazmente para conseguir que los compañeros y las compañeras que más lo necesitan (por distintas razones) sientan el apoyo de su grupo a la hora de publicar; cubramos un amplio espectro de publicaciones, que podrían arrancar con nuestro propio blog o la prensa (divulgación) y que incluiría revistas profesionales (buscando transferencia) y revistas académicas; escribamos en castellano, catalán, gallego o euskera, que también son lenguas de las ciencias, y en inglés; y, finalmente, adoptemos una visión multimodal de nuestra propia producción científica y volquemos en podcasts o en vídeos nuestro conocimiento para que llegue a tantas personas como sea posible.
  • La participación en encuentros y eventos académicos: investigar es una actividad social. La imagen del investigador huraño encerrado en su despacho o laboratorio ni coincide con la realidad ni es sostenible hoy en día. Por esa razón acudir a encuentros profesionales y académicos es fundamental para fortalecer y expandir las relaciones sociales de cada investigador y del grupo, visibilizando nuestra actividad y mostrando interés por otros grupos de investigación o por la actividad de instituciones que puedan ser objeto de estudio o fuentes de financiación. En este sentido, asistir a un congreso no puede limitarse a presentar tu comunicación y después salir corriendo: por superar la expresión del punto anterior, una clave para la vida de un grupo de investigación es socializar o morir.
  • La identidad del grupo y su presencia en redes sociales: un grupo es más que la suma de sus miembros pero esto es importante hacerlo visible dotando al grupo de una identidad y una imagen reconocible. Para nosotros la imagen del Grupo «Conocimiento Abierto para la Acción Social», realizada por el estudio granadino 4cocos, representa nuestros valores: apertura, creatividad (con unos recursos escasos), ruptura con lo convencional, salida al entorno, aire fresco. Por otro lado, nuestra web, realizada por Si2, es nuestro lugar en el mundo digital, donde nos presentamos y ofrecemos de manera directa las noticias sobre nuestras actividades y nuestras inquietudes.
  • Actividades más allá de la investigación: las inquietudes de un grupo de investigación no pueden limitarse al marco de su propia investigación. Hay mucho por hacer, puede ser divertido hacerlo y, además, puede reportar otros beneficios indirectos al grupo en términos de aprendizaje, vinculación con el entorno y visibilidad. En este sentido entendemos en el Grupo CAAS actividades como el editatón de la Wikipedia «#EducadorasWiki», el debate participativo en red sobre la profesión docente, la mesa redonda sobre migraciones y menores no acompañados o la reciente representación de teatro social «Y éstos, ¿quiénes son?», que ha reunido en el escenario a estudiantes del Grado de Educación Social y menores no acompañados para escenificar relatos de migraciones en primera persona ante alumnado de Educación Secundaria y Bachillerato de la ciudad de Ceuta.
  • La formación interna del grupo: la humildad es la base del conocimiento y un grupo de investigación debe asumir el principio de la formación permanente como el pilar para sostener su trabajo y la palanca para mejorarlo. En nuestro caso hemos seguido tres caminos: en primer lugar, gracias a la Biblioteca de la UGR y la colaboración de nuestro compañero José María Megías nos hemos formado en recursos bibliográficos (bases de datos electrónicas, revisión de la literatura, gestores bibliográficos, etc.); en segundo lugar, gracias a las gestiones del Vicerrectorado de Investigación de la UGR (a través de nuestro amigo Daniel Torres y sus compañeros y compañeras en el Vicerrectorado) y del Vicedecanato de la Facultad de Educación, Economía y Tecnología con Juanmi Muñoz a la cabeza, mantenemos una actividad importante de formación permanente en métodos y técnicas de investigación; finalmente, el grupo tiene una línea de auto-formación siguiendo la dinámica de la lectura dialógica a través de nuestro Seminario de Feminismo, que este primer año está estudiando la obra de bell hooks.
  • La evaluación del grupo: normalmente pensamos que la evaluación del grupo es una actividad externa; o bien te evalúa tu universidad, o el ente autonómico correspondiente, o la propia convocatoria competitiva a la cual el grupo se presente. Sin embargo, más importante que ninguna de esas evaluaciones es la evaluación honesta, sincera y crítica que el grupo puede hacerse a sí mismo. La cuestión aquí es doble: cómo evaluarnos para mejorar y cómo evaluarnos de tal manera que el complejo y delicado entramado de emociones y relaciones sociales que sostiene al grupo no salte por los aires entre reproches y rencores. Un grupo de investigación es, al mismo tiempo, una ilusión y un espacio profesional: la evaluación todos los aspectos de nuestra actividad investigadora (en el sentido extenso que aquí he descrito) pero tampoco debería matar la ilusión por trabajar juntos, por seguir aprendiendo y por seguir prestando un servicio a la sociedad a través de la generación de conocimiento.

En este sentido, la segunda clave de la jornada sobre «Creación, gestión y mejora de los grupos de investigación» organizada por el Vicerrectorado de Investigación de la Universidad de Granada era ofrecer una herramienta para la planificación y la evaluación de nuestros grupos de investigación.

Para ello utilicé el Canvas para el Diseño de Proyectos que diseñaran para Conecta13 mis compañeros Miguel Ángel Ariza y Antonio Herreros y que tan amplia difusión y buena acogida ha tenido entre los docentes interesados por el Aprendizaje basado en Proyectos. Asumiendo el carácter abierto de este documento, lo he modificado para reflejar las cuestiones que he comentado anteriormente, de tal forma que pueda servir tanto para un grupo que se esté iniciando (o reiniciando) como para un grupo que quiera revisar sus puntos fuertes y débiles para realizar ajustes en su organización o modo de funcionamiento.

Así pues, os dejo aquí el documento con la petición de que entendáis que es, como el original en el cual se inspira, un documento compartido con licencia creative commons y que puede ser compartido y modificado para ajustarlo a las necesidades o peculiaridades de tu grupo de investigación. En todo caso, tanto si lo utilizas como si no, será para mí un placer leer tus comentarios y aprender de tu experiencia.

Fotografía de Daria Nepriakhina en Unsplash

Post scriptum: Es de bien nacido ser agradecido y debo reconocer que las reflexiones que aquí he escrito no me pertenecen en exclusiva: son parte de muchas conversaciones mantenidas con los miembros de mi grupo de investigación, Conocimiento Abierto para la Acción Social. En particular quiero agradecer a mi compañero y amigo José Antonio Liébana que confiara en mí para esta nueva etapa del grupo y a todos mis compañeros y compañeras del grupo por su trabajo, su ilusión y su calidad humana y profesional. También debo agradecer a la Universidad de Granada y a la Facultad de Educación, Economía y Tecnología por su apoyo al grupo y a mi persona. Finalmente, gracias a mis compañeros de Conecta13 por la confianza en el potencial de nuestro grupo de investigación.

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