Sobre el liderazgo en la formación permanente del profesorado

A veces tengo la suerte de recibir invitaciones, auténticos retos, que me empujan a seguir leyendo y escuchando, a seguir pensando y, en ocasiones, a seguir hablando y escribiendo. Algunas de esas invitaciones provienen de amigas y amigos que valoran mi trabajo; en otras ocasiones son instituciones que me abren sus puertas para que pueda llevar allí algunas de las ideas que me preocupan. A veces esas amigas y amigos pertenecen a instituciones que me dan oportunidades valiosas, como hoy me ha ocurrido.

Hace un mes recibí una invitación de ese tipo. Provenía de la red de formación de los CEP de la provincia de Córdoba, con el propio CEP de Córdoba a la cabeza. Al mismo tiempo, la invitación venía de unos buenos amigos, Miguel Calvillo y Pepe Moraga, miembros del Grupo YSI, A todos ellos, instituciones amigas y personas amigas, les doy las gracias por la invitación a hablar en su jornada de trabajo sobre «liderazgo en la formación permanente del profesorado», aunque en un principio…

Hablar hoy sobre liderazgo en educación es un auténtico compromiso. El concepto está bastante quemado aunque en nuestro país no solo se ha reflexionado poco acerca de qué significa liderazgo en Educación (y, en mi opinión, de manera superficial) sino que además, y más importante, se ha desarrollado poco, más en documentos de origen político que en actuaciones realmente realizadas en los centros.

Por ello, la primera tarea que me impuse a mí mismo es consensuar un lenguaje común con los asesores y asesoras participantes en esta jornada formativa. Hay muchas maneras de entender el liderazgo en Educación: liderazgo de gestión (managerial leadership), liderazgo transformador, liderazgo instructivo o pedagógico (y liderazgo para el aprendizaje), liderazgo distribuido, liderazgo docente (teacher leadership), liderazgo servicial, liderazgo sistémico, liderazgo situacional y liderazgo contingente. En la presentación que te ofrezco a continuación puedes leer algunas ideas sobre estos modelos de liderazgo y también puedes encontrar referencias bibliográficas para saber más sobre cada una de ellas.

El liderazgo formativo, que es el liderazgo que debe caracterizar a quienes tienen la responsabilidad de la formación permanente del profesorado, toma ideas de todos estos modelos de liderazgo. Enumero aquí algunas de estas ideas:

  • Está centrado en el aprendizaje de los estudiantes a través del aprendizaje de los docentes;
  • Busca la eficacia y la eficiencia en sus funciones y tareas (como el liderazgo de gestión) para crear un entorno que promueva la mejora en los centros educativos;
  • Promueve la transformación de los centros educativos para su ajuste a una realidad social cambiante;
  • Pone el foco en el grupo, el claustro, el centro o la comunidad educativa como ejes de actuación más que en docentes francotiradoreslíderes escolares heroicos;
  • Capacita y empodera a los docentes para que asuman el liderazgo de su propio desarrollo profesional;
  • Apunta a la mejora sistémica además de la búsqueda del valor añadido de cada centro y el desarrollo personal y profesional de cada docente;
  • Asume que los centros, como los individuos, funcionan coherentemente a partir de teorías del aprendizajeteorías de la enseñanza idiosincrásicos pero también que existen diferentes «niveles de competencia profesional» en los centros y los individuos, y estos niveles generan respuestas diferenciadas desde las asesorías; y
  • Reconoce que la diversidad de centros y situaciones es tan amplia y compleja que se necesita un acercamiento contingente que proporcione a cada caso la respuesta más adecuada posible.

Desde estos principios, he planteado a las asesoras y asesores de la provincia de Córdoba cuatro hipótesis de trabajo y tres competencias a desarrollar. Las cuatro hipótesis son:

  1. El liderazgo formativo se basa en una identidad que provoca confianza.
  2. El liderazgo formativo propone actuaciones con garantía de eficacia.
  3. El liderazgo formativo promueve esas actuaciones desde la influencia que lleva a la persuasión.
  4. El liderazgo formativo busca la transformación que genera resultados de aprendizaje satisfactorios.

Y para ello las asesores y asesores necesitan tres tipos de competencia profesional o experticia (permíteme el falso anglicismo):

  • experticia en relación con el contenido;
  • experticia en relación con el proceso de asesoramiento y
  • destrezas interpersonales.

Al hilo de estas hipótesis de trabajo y de estas competencias profesionales hemos hablado de cuestiones centrales para las asesorías de formación, que planteo aquí en forma de pregunta (o de provocación):

  • ¿Cómo mantener y mejorar la credibilidad sobre la que se asienta la confianza necesaria para el asesoramiento? Me he permitido aquí invocar la figura de la asesoría que crea y cura contenidos o el asesor que investiga y divulga, además de la asesoría y los centros del profesorado que son conscientes de su identidad digital y la gestionan sabiamente.
  • ¿Cómo garantizamos la eficacia de las actuaciones? Como dice mi respetado Giner de los Ríos, «en Educación no hay recetas». Obviamente, no hay recetas pero sí actuaciones más o menos eficaces. En todo caso, una tarea fundamental es reflexionar sobre nuestra concepción de aprendizaje, estableciendo un discurso común sobre aquello que entendamos que significa aprender y, por tanto, enseñar, analizando críticamente nuestras concepciones y teorías preconcebidas.
  • ¿Cómo aumentamos nuestra influencia y nuestra capacidad de persuasión? En este ámbito hemos hablado de la importancia de la gestión de las relaciones interpersonales (docente-docente y docente-asesoría) y también de cómo podemos desde las asesorías aumentar el capital cultural de los centros aumentando su capital social y su capital profesional. Para ello es absolutamente necesario revisar críticamente las modalidades formativas, replanteando las tradicionales (ponencia y curso), mejorando las modalidades de formación en/para centros y ampliando el catálogo de posibles modalidades formativas. Así, he propuesto clara y abiertamente que la red de formación en Andalucía analice seriamente el EABE, en mi opinión la experiencia personal y profesional más potente (y horizontal y abierta) que tiene lugar en Andalucía, pero también que incorpore otros formatos como los MOOCs, las Unconferences, los webinars, etc. En la presentación tienes un listado de aquellas modalidades que he mencionado con enlaces por si quieres saber más sobre ellas.
  • ¿Cómo podemos transformar la realidad de los centros y obtener unos resultados de aprendizaje? En este sentido, la constitución del centro como comunidad profesional de aprendizaje puede ser el mayor logro de las asesorías de formación. Es decir, el mejor resultado del liderazgo formativo es promover que el centro asuma el liderazgo de su propio aprendizaje. En este sentido he realizado algunas propuestas que pueden ayudar a esa constitución en comunidad profesional de aprendizaje, incluyendo la definición de una visión compartida, la revisión de la organización del centro, la gestión de tiempos y espacios, la creación de canales de comunicación o la evaluación de los resultados de aprendizaje para reiniciar el ciclo de la mejora.

Los docentes son profesionales cualificados. Lo creo sinceramente. Y también creo que tienen una gran capacidad para el trabajo en equipo y que ese trabajo colaborativo es el factor fundamental para garantizar y hacer sostenible la mejora. Garantizar ese trabajo colaborativo a través de oportunidades de aprendizaje exitosas es la labor de las asesorías de formación pero una profesión exigente, como la docencia, también requiere estructuras de formación de calidad, en constante mejora. Hoy me voy contento porque he visto a asesoras y asesores trabajando por prestar un mejor servicio y ser mejores profesionales. Así sí avanzamos.

Espero que en este texto y la siguiente presentación puedas encontrar alguna idea que sea de tu interés.

Salud

Imagen: FabrikaSimf vía Shutterstock

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