Buenas prácticas educativas en Andalucía

La Consejería de Educación de la Junta de Andalucía y la Agencia Andaluza de Evaluación Educativa han elaborado un nuevo portal dedicado a las buenas prácticas educativas en Andalucía. Esta no solo era una antigua demanda del profesorado, de los asesores y asesoras de formación, de la inspección y de distintos servicios de la propia Consejería sino que ya existen «precedentes» elaborados a partir de las buenas prácticas detectadas por los CEPs (como en Granada o Antequera) o la Inspección (como en la zona de Jerez). Así pues, la iniciativa viene a satisfacer una demanda razonable por conocer qué se está haciendo bien, y dónde y cómo, en la educación andaluza.

Además, este portal es, en sí mismo, una especie de anillo único que recoge información de los muchos portales educativos de la propia Consejería de Educación andaluza y cuya información estaba, hasta la fecha, dispersa:

Además de esta intención de recoger buenas prácticas en los muchos portales educativos de la Junta de Andalucía, la web quiere ser un espacio vivo de recogida de experiencias. En realidad la relevancia de esta web se medirá por el uso real que se le de a este espacio pues sin esas nuevas entradas la web será pronto un repositorio muerto que no recogerá el carácter dinámico y activo de la escuela: espero sinceramente, por tanto, que no sea así y que la Consejería sepa alimentar este portal y los centros encuentren interesante remitir sus experiencias para visibilizarlas convenientemente.

Las buenas prácticas recogidas en el portal provienen, fundamentalmente, de la actividad evaluadora de la Agencia Andaluza de Evaluación Educativa. Por ello, en cada una de las secciones del portal se muestran los informes elaborados por la AGAEVE sobre una serie de centros en relación con las siguientes categorías:

  • Aprendizaje basado en proyectos
  • Uso de las TIC
  • Comunicación Lingüística
  • Razonamiento matemático
  • Comunidades de Aprendizaje
  • Evaluación integrada de las competencias básicas
  • Educación ambiental
  • Convivencia positiva
  • Educación Especial
  • Educación Vial
  • Educación compensatoria
  • Formación Profesional
  • Idiomas
  • Prácticas educativas premiadas

Y ahora, para recorrer el portal, te planteo hacer un viaje por Andalucía y sus escuelas: ¿te animas?

Empezaremos este viaje por el corazón de la Andalucía educativa, es decir, por su escuela rural. De la mano del Aprendizaje basado en proyectos viajamos a Tarifa, al CPR Campiña de Tarifa, donde Manolo Quílez ha estado utilizando el Programa Profundiza para convertir a sus estudiantes en investigadores del entorno de Tarifa… ¡y menudo entorno! Me parece importante destacar la satisfacción del alumnado y las familias con esta experiencia, especialmente porque cuando estos estudiantes del CPR Campiña de Tarifa llegan a uno de los institutos de Tarifa en 3º de ESO mantienen un nivel muy alto de éxito educativo.

Pero claro, siempre podrán decir que con pocos alumnos y en un sitio como Tarifa todo es sencillo. Por ello, vámonos ahora a Armilla, Granada, para comprobar cómo se puede hacer ABP en un instituto de más de 1200 estudiantes, el IES Luis Bueno Crespo, donde la profesora María Peñas ha unido Matemáticas y ABP para potenciar el aprendizaje de su alumnado. En concreto, la realización de “miniproyectos” le permite dar una vuelta de tuerca a las matemáticas para dotarlas de sentido e integrarlas en un mayor conocimiento del entorno y la realidad.

O nos podemos ir al IES Gran Capitán (Córdoba), donde Joaquín Mesa ha conseguido que las materias de Lengua y Latín de Tercero y Cuarto de ESO sean relevantes y significativas para su alumnado gracias al ABP. Para ello en sus proyectos se hacen realidad conceptos como transmedia, investigación de campo o geolocalización dando así una perspectiva diferente a estas materias lingüísticas.

También podemos visitar la localidad de Los Palacios y Villafranca (Sevilla) y el IES Joaquín Romero Murube, donde el profesor Paco Ruiz pone en funcionamiento proyectos de robótica que permiten desarrollar las competencias básicas de manera global: buscar información, leer de manera comprensiva, narrar su proyecto, programar, corregir sus errores, buscar el éxito.

Finalmente, en Vélez-Málaga, en el CEIP José Luis Villar Palasí, la compañera Bibiana Ranea ha utilizado también el Programa Profundiza para insertar el ABP en su práctica ordinaria, integrando las materias de Conocimiento del Medio, Inglés y Educación Artística. Esto demuestra la capacidad de los planes y programas institucionales, como Profundiza, para transformar las prácticas de aula cuando uno de estos programas está en manos de una maestra inteligente y comprometida que cuenta con los recursos adecuados y pone en funcionamiento las metodologías más eficaces.

Saltemos ahora a otra categoría: el uso de las TIC. Andalucía ha sido pionera no solo en el uso de las TIC sino en cómo usar las TIC. Si alguien quiere saber a qué me refiero, debe visitar el CEIP San Walabonso, de Niebla (Huelva). Visitando el CEIP San Walabonso uno descubre que las TIC no son un fin en sí mismas: nuestro único fin es el desarrollo, el crecimiento y el bienestar integral de nuestro alumnado. Por eso en el Wala las TIC están supeditadas a los valores, a la colaboración, a un concepto de ciudadanía responsable y comprometida, al respeto al entorno, al aprecio de su historia. Las TIC son solo eso, tecnologías para la información y la comunicación, y en Andalucía debemos sentirnos orgullosos del CEIP San Walabonso y de los muchos San Walabonsos que tenemos repartidos por toda la geografía andaluza y que han sabido interpretar las TIC más allá de los dispositivos.

En este sentido, en Andalucía existen muchos Centros Finlandia, centros que están desarrollando una auténtica revolución silenciosa, de esas que no salen en la prensa pero sí se queda impresa en los corazones de sus estudiantes para toda la vida. Así, en La Roda de Andalucía el CEIP Manuel Siurot ha articulado en torno a las competencias claves, las tareas integradas y el aprendizaje cooperativo un auténtico círculo virtuoso que ilumina su formación permanente, sus proyectos mensuales y, por supuesto, su uso de las TIC, pues han conseguido integrarlas en las rutinas diarias de trabajo de manera natural e invisible.

Pero, claro, de nuevo siempre vendrá alguien que nos diga: “En pueblos de 4000 habitantes y con poco alumnado, qué bien se trabaja.” Sin embargo en Andalucía también tenemos institutos como el IES Pedro Jiménez Montoya, de Baza (Granada), con unos 1100 estudiantes y una capacidad infinita para imaginar proyectos que nos hagan ver que otra educación es posible. Además, en el IES Pedro Jiménez Montoya podemos observar varias características que definen el “uso andaluz de las TIC”: profesorado altamente cualificado, un proyecto educativo de centro con alcance integral y centrado en las competencias claves del alumnado y las TIC como vía para conseguir autonomía, provocar la motivación y obtener una visión expandida de los contenidos curriculares más allá del libro de texto y el espacio del aula.

En realidad, uno se pregunta con frecuencia qué no podemos conseguir los docentes cuando contamos con las herramientas adecuadas para la transformación. Moviéndonos a la categoría de comunicación lingüística, a mí me demostraron hace unos años en el CPR Sánchez Velayos que nada es imposible. Me lo demostró su directora, Isabel Martínez, cuando nos explicaba que su Proyecto Lingüístico de Centro, creado en torno a los programas de Familias Lectoras, Creatividad Literaria y Clásicos Escolares, conseguía que las niñas y niños del CPR Sánchez Velayos desarrollaran su competencia comunicativa más allá de las expectativas que lanza la sociedad sobre estos niños y niñas, la mayoría hijos de familias muy pobres. Me lo demostró ver sus pasillos y sus aulas, cargados de mensajes y carteles, textos de todo tipo, poemas, narraciones. Me lo demostró ver a su profesorado, que hace muchos kilómetros para llegar hasta el colegio en plena Alpujarra pero que no pierde por el camino ni un ápice de ilusión para invertirla cuando llega al centro y da lo mejor de sí a su alumnado.

Porque esa sí es la auténtica clave de nuestras buenas prácticas: el servicio a nuestro alumnado. Para ello hay centros, como el IES Cástulo, de Linares (Jaén), que han concentrado su actuación en personalizar la enseñanza a través de los agrupamientos flexibles, el plan específico de trabajo en la materia de lengua española, el plan de lectura, el programa de mentoría con alumnado de altas capacidades o los compromisos educativos. El fracaso y el abandono escolar no dependen exclusivamente de la actuación del profesorado o de los centros sino de factores sociales y económicos que trascienden a la escuela (es importante repetirlo y asumirlo para que el profesorado no acabe siendo el chivo expiatorio de un fracaso colectivo) pero de nosotros sí depende poner todos los medios para evitarlo haciendo que cada uno de nuestros estudiantes sienta que el centro y su profesorado trabaja por él.

Para ello, además, un programa como el Proyecto Lingüístico de Centro ha permitido a centros como el IES Diego Angulo, de Valverde del Camino (Huelva), o el IES Miguel Crespo de Fernán Núñez (Córdoba), poner al servicio del desarrollo de la competencia comunicativa de su alumnado todos los recursos con los que cuenta el centro. En concreto os animo a conocer el trabajo que se realiza desde la biblioteca del IES Diego Angulo o el trabajo de coordinación del IES Miguel Crespo a través de comisiones de trabajo, que da como resultado evidencias como una magnífica revista plurilingüe o una mejora sustancial en la competencia comunicativa del alumnado.

En este sentido nunca nos cansaremos de decirlo: la actividad del docente, a veces humilde y sencilla, puede ser revolucionaria cuando fomenta la colaboración y el diálogo. Veamos, por ejemplo, como eso mismo ha ocurrido en relación con la competencia para el razonamiento matemático en el CEIP Clara Campoamor, de Atarfe (Granada), que entiende que la mejora en la competencia comunicativa y la competencia matemática pasa por la actuación denominada “la hora compartida”, en la cual los estudiantes disponen del tiempo para la reflexión colaborativa sobre el proceso de trabajo seguido en relación con las matemáticas. Además, ha sido fundamental en este centro el trabajo del Equipo de Orientación en el centro promoviendo técnicas de trabajo intelectual de base cooperativa. Diálogo y colaboración. Diálogo y colaboración.

Del mismo modo, el CEIP Santa Potenciana, de Villanueva de la Reina, en Jaén, entiende que la mejora en la competencia para el razonamiento matemático pasa por mejorar los procesos de colaboración y comunicación entre el alumnado: el pensamiento matemático se asienta y se construye a partir de una competencia comunicativa que permita pensar juntos para encontrar una solución matemática a los problemas de la vida.

O lo mismo ocurre en el CEIP Nebrixa, en Lebrija (Sevilla), que han aplicado la pedagogía constructivista a las matemáticas para conseguir, entre otros logros, mejorar las actitudes hacia las matemáticas.

En esa misma línea, el IES Juan del Villar, de Arjonilla (Jaén) ha conseguido un nivel de coordinación importante para la enseñanza de las matemáticas y para el desarrollo de proyectos como los “Juegos didácticos en el aula”, el Proyecto PRIMAS de aprendizaje por investigación o el aprendizaje por proyectos con un fuerte componente TIC; y estas mismas valoraciones también se aplican a la práctica del IES Gregorio Salvador, de Cúllar (Granada), donde el trabajo coordinado del profesorado y la conversión en Comunidad de Aprendizaje ha permitido una mejora sustancial en las competencias, y especialmente en la competencia matemática del alumnado.

En el Portal se cuenta de manera específica con una sección dedicada a las Comunidades de Aprendizaje, además de las evaluaciones realizadas por la AGAEVE sobre el programa de Comunidades de Aprendizaje. Gracias a estas evaluaciones podemos conocer, por ejemplo, cómo trabajan en el CEIP Santa Teresa de Jesús, de las Fuentes de Andalucía (Sevilla), en el cual se utiliza una combinación flexible de grupos interactivos, propios de las Comunidades de Aprendizaje, con estrategias y estructuras de aprendizaje cooperativo para potenciar el desarrollo de todo su alumnado.

Como vemos, hay muchas buenas prácticas que inciden en las competencias de nuestro alumnado pero ¿cómo se evalúan estas competencias? Para saberlo podemos viajar a la campiña de Jerez de la Frontera, donde el CEIP Cuartillo ha servido de auténtico motor cultural en su entorno, en concreto en relación con la digitalización del barrio. Pero además, el CEIP Cuartillo ha realizado una profunda reflexión en torno a los mecanismos de evaluación de competencias entendiendo la evaluación como una tarea conjunta de todo el equipo educativo.

A partir de la evaluación, además, un centro educativo puede definir qué tipo de transformación innovadora requiere, como hace el CPR Bembézar, de Hornachuelos (Córdoba), que nos presenta actuaciones como el Proyecto Raíz, La vida de las cigüeñas, Un ecosistema en nuestro patio, Conocer la apicultura desde la escuela o sus proyectos de innovación educativa en competencia matemática o competencia lingüística.

Esta intensa actividad de los centros educativos también podemos observarla en otros programas como Educación Ambiental. Así ocurre en centros, como el CEIP Nuestra Señora del Rosario, en Guazamara (Almería), donde nuestro compañero Francisco López de Harro lleva desde 1997 coordinando actuaciones como el Tortujardín, en el cual colabora el AMPA, el profesorado, el alumnado y el propio Ayuntamiento de la localidad, o el huerto escolar, el observatorio de aves o los juegos tradicionales al aire libre, entre otros.

De igual forma, en el CEIP Antonio Machado, de Peal de Becerro (Jaén), la compañera Rocío Cabrera – como ya antes hacía Miguel Ángel Albusac – ha coordinado una amplia variedad de actividades y proyectos sobre reciclaje, reforestación, huerto escolar, mantenimiento de jardines, deportes saludables, recorridos en bici, acampadas en Cazorla, etc.

Otro ámbito importante de buenas prácticas son las relacionadas con la convivencia. La convivencia positiva es una pre-condición y una palanca para el aprendizaje, como demuestran actuaciones como la del CEIP Carmen Martín Gaite, del malagueño Rincón de la Victoria. En este centro el uso de los espacios, la participación en actividades deportivas, el recreo y la zona de juegos o el huerto escolar son entornos para trabajar la convivencia positiva como también lo son estrategias como el alumnado tutor o la participación en programas europeos.

Alguien dirá, una vez más, que trabajar la convivencia en un centro pequeño y de Primaria puede ser sencillo pero en Andalucía no solo tenemos ejemplos de ese tipo sino también institutos como el IES Sierra del Agua, en Guadalcanal (Sevilla), donde toda la comunidad educativa se une para luchar a favor de la convivencia y en contra de situaciones como el acoso escolar, las agresiones o la violencia de género. Y las herramientas que utilizan son puramente educativas: las unidades integradas vinculadas a la prevención y tratamiento de situaciones de riesgo y el programa de mediación escolar, como podemos ver en el vídeo del IES Sierra del Agua relativo a los Premios Cultura de Paz 2013.

En ese punto de la entrada permitidme que exprese una idea fuerza que me preocupa especialmente: la calidad de un sistema educativo no se mide por cómo atiende a la “normalidad” (si es que esta existe) o al niño sano, que no presenta dificultades, que no tiene problemas. La calidad de un sistema educativo se mide por cómo atiende a todo el alumnado, tenga las dificultades que tenga, tenga los problemas que tenga. Por eso en el Portal de Buenas Prácticas Educativas tienen que encontrarse las buenas prácticas de los centros de Educación Especial, como el CEEE Jean Piaget de Ogíjares (Granada), que destaca por su manera de integrar a las familias en la tarea del centro a través de la Escuela de Padres y Madres, las Agendas de Comunicación elaboradas por el propio alumnado del Programa de Auxiliar de Oficina o la reserva de tiempo para el trabajo colaborativo con las familias.

En Almería tenemos otra de estas joyas, el CEEE CAI Sordos Rosa Relaño, que no solo proporciona una respuesta adecuada al reto de la educación de las niñas y niños sordos sino que también ofrece formación para los profesionales que trabajan con estos niños al mismo tiempo que se preocupa por sensibilizar al entorno social en relación con la discapacidad auditiva. Pero, además, la experiencia de escolarización combinada con el CEIP Freinet a partir de un concepto enriquecido de educación bilingüe hace realidad esas dos hermosas palabras: “escuela inclusiva”, como podemos ver en el simpático vídeo que os enlazo a continuación:

Por otro lado, si queremos buscar una segunda marca de calidad de un sistema educativo, como ya expliqué en una entrada anterior, debemos mirar hacia su Formación Profesional. Ahí, junto a la Educación Superior, se está escribiendo hoy el futuro de los territorios y por eso es fundamental que prestemos atención a las buenas prácticas que tienen lugar en la Formación Profesional, como las jornadas Malakabot del IES Politécnico Jesús Marín de Málaga, el Congreso de Marketing Digital del IES Luis de Góngora de Córdoba, el magnífico proyecto de integración del alumnado de Educación Especial en el IES Galileo Galilei de Córdoba o los programas de internacionalización del IES Hermanos Machado de Dos Hermanas (Sevilla). Creo, sinceramente, que estamos en un momento muy interesante para la Formación Profesional, que es un auténtico termómetro de nuestro Estado del Bienestar: solo las sociedades con una Formación Profesional fuerte, moderna, con recursos y con buenos profesionales será capaz de afrontar los retos del futuro.

Del mismo modo, una enseñanza de idiomas de calidad permitirá que la sociedad andaluza esté preparada para un mercado globalizado y en fuerte competencia. En este sentido, Andalucía cuenta con una importante red de Escuelas Oficiales de Idiomas, que realizan una oferta formativa de calidad y que llega a todos los rincones del extenso territorio andaluz. Por ello, proyectos formativos como el de la EOI de San Roque, programas de internacionalización como el de la EOI de Roquetas de Mar, la digitalización de la EOI de Almonte o los proyectos de atención a la diversidad de la EOI de Alcalá de Guadaíra hacen que nos sintamos orgullosos de las buenas prácticas de nuestras Escuelas Oficiales de Idiomas.

¿Acaban aquí los contenidos de este nuevo Portal de Buenas Prácticas Educativas? ¡Pues no! Por un lado tenemos los centros y docentes que han recibido los premios Joaquín Guichot, Antonio Domínguez Ortiz y Rosa Regás. Por otro lado, además de esta selección de buenas prácticas evaluadas por la AGAEVE, en el portal se recoge un número muy importante de experiencias que han sido publicadas o bien en Averroes o bien en la revista Andalucía Educativa. A modo de ejemplo, desde el IEDA (Instituto de Enseñanza a Distancia de Andalucía) nos animan a leer “el diario electrónico de Lord Byron” y desde el IES Francisco Romero Vargas de Jerez y el IES La Paz de Granada nos invitan a visitar el portal educativo bilingüe Flamenco Educa (http://www.flamencoeduca.com/), Finalmente, el portal recoge los principales recursos educativos desarrollados en webs y blogs institucionales de la Consejería de Educación y la Junta de Andalucía.

Pues bien, ahora sí, esto es todo. Pero, ¿hemos acabado? Realmente no, ahora empieza todo. Por un lado, era importante tener el portal y felicito a la Consejería y a la AGAEVE por haber desarrollado esta iniciativa: era importante visibilizar el trabajo de los centros y sus buenas prácticas, aunque la información solo abarque por ahora a unos pocos centros y no estén todos los que son o aunque falten aun material multimedia o un mapa de la innovación educativa en Andalucía; a pesar de todo, era importante tener este portal y ahora las instituciones responsables han de mantenerlo adecuadamente y mejorar la información que contiene de manera constante.

Por otro lado, ahora es aun más importante saber qué haremos con el portal a partir de ahora. ¿Lo usarán los CEP y la inspección para difundir entre sus centros estas buenas prácticas?¿La usarán los centros para buscar referentes?¿Se conocerá el portal en las facultades de educación para que los futuros docentes conozcan qué se está haciendo ya en la escuela y se preparen adecuadamente?¿Cuáles son los planes de difusión de la Consejería y sus distintos servicios para esta nueva herramienta con la que cuenta?¿Se creará, como ha anunciado la Consejería, esa Red de Centros de Buenas Prácticas para la mentorización de centros, una idea que lleva años circulando en Andalucía y que otras comunidades (Castilla y León, por ejemplo) ya han puesto en funcionamiento? Estaremos atentos a las respuestas que vayan surgiendo a estos interrogantes porque, en realidad, de esas respuestas depende el valor que el portal tenga en el futuro, al menos desde la perspectiva de las instituciones.

Por nuestra parte, en línea con una de mis últimas entradas, la historia de fantasmas y la fábula de animales, permitidme que os pida un favor: seamos como las abejas. Usemos el portal como si fuera un prado lleno de flores, visitémoslo para coger lo bueno que haya en él y después llevemos esa información a nuestros centros, a la sala de profesores, a nuestras reuniones, a nuestros casilleros. Hagamos con estas buenas prácticas la mejor miel posible. ¡Ha llegado el momento de las abejas!

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