Propuestas de la comunidad educativa para el curso 20-21: la dimensión organizativa (3)
Esta entrada es la tercera de una serie de cuatro textos en los cuales se resumen las conclusiones del estudio “Panorama de la educación en España tras la pandemia de COVID-19: la opinión de la comunidad educativa“, realizado por un equipo de investigadores de las universidades de Granada y Málaga con el apoyo de BBVA y Educación Conectada. En este estudio se recogen las propuestas de la comunidad educativa para afrontar el curso 2020-2021 dada la situación de pandemia que vivimos. Si quieres leer la introducción a esta serie, puedes encontrarla aquí; si quieres leer la primera entrada (dimensión socio-política), puedes encontrarla aquí; si te gustaría leer la segunda entrada (dimensión infraestructuras y personal), puedes encontrarla aquí.
La organización de un centro en condiciones normales es un complejo ejercicio de encaje. El horario de un centro escolar es un difícil equilibrio entre decisiones pedagógicas y gestión de los espacios; la colaboración entre docentes, dentro y fuera del centro, es una fortaleza para cualquier proyecto educativo pero también es un deseo irrealizable para muchos docentes con poco margen temporal entre clases, sustituciones y tareas burocráticas; la formación del profesorado es claramente demandada por toda la comunidad educativa, pero hasta ahora la voluntariedad ha sido la norma frente a la obligatoriedad o la necesidad; sin duda, la respuesta orgánica del centro como unidad frente a los retos y los problemas es la mejor solución posible, aunque con frecuencia ha sido la respuesta heroica pero individualista de los equipos directivos o del profesorado quien ha hecho frente, en la salud y en la enfermedad, a los problemas cotidianos de la educación de nuestro país.
Por esta razón, la dimensión organizativa recoge actuaciones claramente centradas en dos cuestiones que podemos categorizar como actuaciones operativas y actuaciones sociales. Entre las actuaciones operativas se encuentran el ajuste de los tiempos y espacios del centro, la formación del profesorado, la utilización de espacios al aire libre para la docencia cuando esto sea posible; el plan de digitalización o la evaluación y los programas de refuerzo educativo. Esta actuaciones son, o bien un detonante, o bien una palanca para que el proceso de aprendizaje y enseñanza eclosione y sea sostenible a lo largo del curso 2020/21.
Por otro lado, las actuaciones sociales fortalecen al centro y la comunidad educativa para convertirlos en un auténtico ecosistema de aprendizaje. Entre estas actuaciones encontramos propuestas como la mejora de la relación con las familias o tutores legales y su participación en el proceso de aprendizaje, la colaboración interna e intercambio de conocimiento dentro del centro y el establecimiento de redes de colaboración con docentes y otros agentes, la detección de docentes referentes para el acompañamiento o la formación entre iguales, la creación de comunidades profesionales para promover el acompañamiento y la formación en red, la revisión del papel de las asesorías de formación y la inspección educativa para el acompañamiento y la formación de los centros o incluso las propuestas formativas para familias vinculadas con competencia digital y uso de recursos en línea para el aprendizaje.
En una próxima entrada revisaremos las propuestas de la comunidad educativa sobre cuestiones pedagógicas para abordar el reto del COVID-19 durante el curso 2020-2021.
Si quieres leer el informe completo, puedes encontrarlo aquí: https://www.campusfad.org/educacion-conectada/estudios-investigaciones/
Trujillo-Sáez, F.; Fernández-Navas, M.; Montes-Rodríguez, M.; Segura-Robles, A.; Alaminos-Romero, F.J. y Postigo-Fuentes, A.Y. (2020). Panorama de la educación en España tras la pandemia de COVID-19: la opinión de la comunidad educativa. Madrid: Fad. DOI: 10.5281/zenodo-3878844
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