¿Podemos ser una Comunidad de Aprendizaje?
Las Comunidades de Aprendizaje son una importante experiencia de innovación educativa. No son una novedad, son una realidad bien asentada (aunque en unas comunidades más que en otras, y sería interesante reflexionar sobre las causas de esta presencia en unas u otras comunidades) sobre la cual tenemos muchos datos que validan la apuesta de estos centros y del Grupo CREA: en el desolador panorama educativo nacional, las Comunidades de Aprendizaje suponen un éxito contrastado.
A principios del pasado curso 2009-2010 iniciamos una investigación, realizada por Anabel Ramón, profesora y secretaria del CEIP Mare Nostrum, que pretendía fundamentalmente conocer qué es una comunidad de aprendizaje (no de una manera teórica, sino sobre el terreno) y considerar qué características debe tener un centro para constituirse satisfactoriamente como comunidad de aprendizaje. El primer objetivo parece obvio: si las comunidades son una experiencia exitosa, es importante analizarlas; pero igualmente importante es el segundo, conocer cómo se puede replicar la innovación, sobre todo porque teníamos la percepción de que muchos centros se interesaban por las Comunidades pero eran pocos los que se animaban siquiera a comenzar el proceso de transformación. Por ello nuestra intención era desvelar las claves que subyacen a la decisión de querer ser una Comunidad de Aprendizaje.
Para nuestra investigación elegimos un colegio imposible, uno donde parece que nada puede funcionar. El curso anterior tuve la oportunidad de conocer al director del CEIP Andalucía, un colegio del Polígono Sur sevillano, y me encantó la claridad con la que me definió la escuela inclusiva: «Una escuela es inclusiva cuando los problemas no se resuelven echando a los niños al pasillo, a la calle o a sus casas». Creo que en ese momento decidí que tenía que conocer ese centro.
Anabel pasó en el CEIP Andalucía una semana haciendo entrevistas y fotografías, entrando en las clases, desayunando en su cafetería regentada por las madres y padres del AMPA, paseando por el mercado junto al centro, charlando con Unión Romaní o Entre Amigos, algunas de las asociaciones que colaboran con el cole. Cuando nos vimos de nuevo en Ceuta estaba eufórica: había visto cómo tenía que ser la educación.
Tras ese primer momento de euforia hemos dedicado mucho tiempo a transcribir las entrevistas, a leer, a pensar críticamente en el centro, a intentar comprenderlo – con sus fortalezas y sus debilidades, con sus éxitos y sus fracasos. El resultado de ese tiempo y del esfuerzo de Anabel está recogido en la siguiente presentación, donde podrás conocer las conclusiones – preliminares, temporales – a las que hemos llegado. Si encuentras algún error, es culpa mía. Si la presentación te sirve o la encuentras interesante, es gracias a Anabel.
Anabel ha recibido un sobresaliente por esta investigación. Ahora espero que se anime a cerrarla con la redacción y defensa de su tesis.
Salud
Gracias por guiarme y acompañarme en este estudio, ha sido un placer.
Comunidades de Aprendizaje y el CEIP Andalucía han sido supuesto un antes y un después en mi vida personal y profesional.
Gracias por sufrirme 😉