#NuevoCurrículo: propuestas del CP Buztintxuri de Pamplona
Con esta entrada comienzo una serie de publicaciones para dar a conocer las propuestas que los ponentes del Foro «Nuevo currículo para nuevos desafíos«, organizado por el Ministerio de Educación y Formación Profesional, realizaron con motivo de su participación en dicho foro. Los ponentes, todos ellos docentes en activo de Educación Infantil, Primaria y Secundaria, se reunieron con sus equipos y claustros para definir cuáles tenían que ser sus propuestas y elaboraron un documento que en ocasiones excedía al tiempo disponible durante el Foro pero que ha sido entregado en toda su extensión al Ministerio para que éste lo estudie y valore en este momento de diseño curricular. Además, los ponentes han tenido a bien darme permiso para publicar aquí sus textos como parte de su compromiso con la comunidad educativa.
Así pues, desde este momento doy la palabra al primero de los ponentes del Foro #NuevoCurrículo y de mis invitados en este blog, Ander Clemente y el C.P. Buztintxuri I.P.
Mi nombre es Ander Clemente Idiazabal. Soy maestro de Educación Infantil, estudios que concluí en el año 2000 en la Universidad del País Vasco. Estuve varios años trabajando como interino siendo tutor de diferentes grupos de Educación Infantil y, en el año 2009, aprobé las oposiciones por esta especialidad en euskera. En el curso 2011/2012 entré a formar parte del equipo directivo del C.P. Buztintxuri I.P. como jefe de estudios y, cinco años después, pasé a dirigir el mismo. Desde que terminé los estudios de maestro no he dejado de realizar cursos y formaciones en torno a metodologías activas, convivencia, igualdad, funciones directivas, gestión de la calidad, liderazgo… En la actualidad curso el Grado en Pedagogía en la UNIR.
El C.P. Buztintxuri I.P. fue inaugurado el curso escolar 2009/2010 con alumnado de 1º de Educación Infantil y, cada curso, se ha ido incorporando un nivel educativo más. La escuela tiene el mismo nombre del barrio en el que se ubica, un barrio situado en la zona norte de Pamplona-Iruña (Navarra). En Buztintxuri se comenzó a edificar vivienda a inicios de los años 2000, con el boom de la construcción, en un lugar en el que hasta ese momento había campo.
Nuestro entorno es un barrio de unos 9000 habitantes, multicultural y socioeconómicamente muy diverso (en la escuela hay representadas 38 nacionalidades). El centro educativo es referente social y cultural en el barrio ya que, al ser un barrio de reciente construcción, es lugar de encuentro y relación para gran parte de los vecinos y vecinas.
En los doce años de vida de la escuela, hemos pasado de 70 alumnos/as y 5 docentes, a 1100 alumnos/as y un claustro formado por 105 compañeros y compañeras. En estos años de crecimiento se han construido dos fases de aulas en módulos prefabricados y, en enero de 2018, se inauguró el segundo edificio del centro escolar.
En el centro se ofertan tres modelos lingüísticos (A, G y D), que se diferencian fundamentalmente en la proporción de horas de euskera que conlleva cada uno. Además, estos modelos lingüísticos están dentro del Programa de Aprendizaje en Inglés, lo que supone un número de horas en lengua inglesa superior a los modelos lingüísticos ordinarios y, que este idioma, sea lengua vehicular en otras áreas.
La escuela pertenece a la Red de Escuelas Solidarias y Escuelas Sin Racismo de Navarra y participa en los programas del Dpto. de Educación “Skolae” (Creciendo en igualdad) y “Laguntza” (Prevención e intervención ante el acoso escolar). También colabora activamente con las entidades, organizaciones, colectivos y asociaciones de su entorno (ayuntamiento, centro de salud, servicios sociales, equipo comunitario…) así como, con alguna empresa (Volkswagen, Smurfit Kappa…).
La escuela nace con el propósito de apostar por una metodología activa y lúdica, en la que el alumnado sea el protagonista de su proceso de aprendizaje. En los primeros cursos en los que se pone en marcha el centro escolar se desarrolla y concreta el Proyecto Educativo de Centro, con la participación de los diferentes miembros que conforman la comunidad educativa. Tenemos claras cuáles queremos que sean las señas de identidad de la escuela (creativa, cálida, coherente, divertida, abierta, comprometida…) y también sus valores: solidaridad, cooperación, coeducación, convivencia, comprometida con el medio ambiente…
El ir creciendo cada curso escolar un nivel educativo más, ha posibilitado poder ir diseñando el camino a recorrer. Nos ha permitido reflexionar en torno a los criterios pedagógicos y metodológicos que queríamos que nos guiaran así como tomar decisiones organizativas (sobre todo de espacio y tiempo) en base a ellos.
Así, definimos la metodología del centro en torno al aprendizaje globalizado basado en proyectos, ejes, contextos y/o situaciones de aprendizaje (asamblea, almuerzo, patio, compra, huerta, radio, talleres…). A excepción de las especialidades de música, educación física y religión/valores, el horario no se organiza por áreas sino por momentos educativos, contextos y/o ejes. El tutor/a (en algunos casos junto al cotutor/a) es quien imparte las materias troncales. Por ello, la organización temporal se define en base a estos momentos educativos y ritmos de trabajo. La organización espacial del aula también viene determinada por el tipo de dinámica de trabajo que se dá en ella: rincones y/o grupos cooperativos.
¿Qué lecciones habéis sacado de vuestro camino de transformación hacia un enfoque competencial de la educación?
En primer lugar, en cualquier proceso de transformación educativa consideramos que lo más importante es contemplar o situar al alumnado en el centro de cualquier acción que se vaya a desarrollar.
Las necesidades e intereses del alumnado deben ser el eje central sobre el cual tomar decisiones o plantear reflexiones.
Además, es necesario favorecer y sistematizar su participación en la dinámica escolar. El alumnado tiene que sentir que se le escucha y que sus aportaciones se tienen en cuenta. En nuestro caso, realizamos momentos de asamblea en las aulas a diario y hemos creado el “Consejo Txiki”. Este órgano es en donde se reúnen quincenalmente miembros del Equipo Directivo con un alumno o alumna representante de cada aula (de 2º a 6º de Educación Primaria), para trabajar y tomar decisiones en torno a temas que afectan a la dinámica, organización y funcionamiento general de la escuela.
En segundo lugar, para que en una escuela se pueda dar un proceso de transformación a nivel global, consideramos necesario que el Equipo Directivo ejerza un papel de liderazgo y tenga una visión clara y concreta de a dónde se quiere llegar. Es importante que esa responsabilidad se lleve a cabo de manera democrática y con tiempo para ir dando pasos, aunque sean pequeños, de manera firme y constante. Por otro lado, si la iniciativa de cambio parte del equipo educativo, nos parece importante contar con un Equipo Directivo que apoye o que, al menos, no se oponga a la transformación.
En este recorrido, también valoramos como necesaria la participación activa e implicación de las familias. Son las madres y padres de nuestro alumnado quienes tienen que conocer de primera mano la forma en la que se está trabajando con sus hijas e hijos en la escuela. Contar con su confianza es fundamental para establecer una base sólida en el proceso de transformación.
Para ello, nuestra escuela siempre ha estado y está abierta a las familias, tanto a su participación puntual en talleres, proyectos, comisiones, etc., como a que, físicamente, entren a diario acompañando a sus hijos e hijas hasta las aulas. Las aulas son el marco de referencia y muestra clara de lo que sus hijos e hijas están realizando diariamente en la escuela. Además, esta forma de trabajar, conlleva que muchos de los procesos educativos tengan continuidad en el ámbito familiar siendo necesaria la colaboración en casa de las madres y padres. También se invierte bastante tiempo y recursos para informar y formar a las familias en torno a la apuesta pedagógica y metodológica de la escuela, realizando reuniones, charlas y organizando momentos de encuentro para recoger sus aportaciones e intentar dar respuesta a las posibles dudas que tengan.
Por último, la estabilidad del profesorado es fundamental en la implementación de metodologías activas o de cualquier otro proyecto que se quiera desarrollar en los centros escolares. Contar con profesorado que permanece de manera estable en la escuela permite dar continuidad a los diferentes procesos (tutoría de un grupo-aula, responsabilidades de coordinación de bloque, convivencia, referencia de personas que conocen la realidad del centro en los diferentes equipos educativos de nivel, etc.) que sustentan el proyecto y, del mismo modo, amortizar todo el tiempo y recursos que se invierten en formar al profesorado para poder trasladar las bases del proyecto. Para poder creer en algo y poder llevarlo a cabo, es necesario entenderlo previamente.
¿Qué propone el C.P. Buztintxuri I.P. para el nuevo currículo?
Nuestra primera aportación parte de la constatación de que la declaración de intenciones que recoge el marco legislativo actual en torno a competencias no se materializa en las actividades y propuestas que generalmente realiza a diario el alumnado en las escuelas. Si realmente queremos un currículo competencial, establezcamos destrezas, estrategias e incluso contenidos mínimos que el alumnado deba adquirir durante la etapa de Educación Primaria. El currículum debe estar enfocado a la adquisición de competencias, no solo en su preámbulo o en algunos de los artículos sino que, tiene que estar estructurado de tal manera que facilite la planificación del proceso de enseñanza-aprendizaje en este sentido.
Una manera de enfocar el nuevo currículo podría ser por competencias en vez de por áreas.
Así los equipos docentes podrían trabajar de una manera más globalizada, sin tener que enfocar todo a los contenidos de cada área y se podría complementar con ejemplificaciones de formas en las cuales trabajar a nivel competencial esos contenidos. En este sentido, planteamos seccionar menos por áreas y crear más situaciones de aprendizaje que engloben contenidos de diferentes áreas, teniendo en cuenta los intereses, inquietudes y necesidades de las niñas y niños.
Antes de llegar al nivel de abstracción necesario para interiorizar un contenido es fundamental pasar por la fase de manipulación e interacción. Sin embargo, en este momento, el currículo establecido para Educación Primaria se puede interpretar como un documento lleno de contenidos a «trabajar y evaluar» en el cual el o la docente es un mero transmisor de dichos contenidos y el alumnado sólo repite o memoriza. Por ello, el currículum tiene que establecer y concretar una línea metodológica y pedagógica, sobre todo en las etapas de Educación Infantil y Primaria.
Cabe destacar que, en el artículo 2 del R.D. 126/2014 por el que se establece el currículo básico de la E.P., donde se definen los elementos del currículum, se nombra la “metodología” como uno de ellos. Aún así, el propio currículum en el Anexo I donde desarrolla las diferentes asignaturas, solo nombra los contenidos, criterios de evaluación y estándares. En nuestra opinión, el documento normativo que debería establecer las bases metodológicas y los criterios pedagógicos fundamentales a nivel estatal, consideramos que no desarrolla ni profundiza en el aspecto metodológico.
También hay que concretar aspectos del rol docente (organiza y estructura el proceso de enseñanza-aprendizaje para guiar y acompañar al alumnado en ese camino) y rol discente (reflexivo, activo, expresivo, etc., es decir, el alumnado como parte activa del proceso de enseñanza-aprendizaje). Para que todo esto sea real, las metodologías activas requieren de tiempo para que los procesos sean enriquecedores. El currículum tiene que priorizar procesos frente a resultados.
Por otro lado, se necesita también dar importancia a los equipos docentes. El trabajo como equipo del profesorado es esencial para este tipo de trabajo.
Es indispensable la formación del profesorado en torno al trabajo competencial y metodologías activas.
Además es importante que nos formemos en cómo aplicar el nuevo currículo en el aula. Para dar respuesta a esta necesidad, sería de gran ayuda que desde las administraciones se impulsaran programas en este sentido. A modo de ejemplo, Onbide es un programa formativo para el desarrollo de la capacitación pedagógico-didáctica del profesorado coordinado por el Departamento de Educación de Navarra, que se llevó a cabo en 6 centros de infantil, primaria y secundaria de Navarra, y no pasó de la fase piloto debido a la situación de Covid y que quizás ahora se podría recuperar o revisar.
También pensamos que es necesario la profesionalización de la labor directiva. Como hemos mencionado anteriormente, la capacidad de liderazgo y gestión de los Equipos Directivos es fundamental para la buena marcha de las escuelas; una formación específica en este sentido es necesaria para dar respuesta a las necesidades y retos que se plantean hoy en día en los centros escolares.
En definitiva, trabajamos con personas y entre personas y, por ello, la comunicación, las relaciones interpersonales, la escucha activa, la empatía, las habilidades y capacidad de trabajar en equipo son algunos de los aspectos en los que se tiene que incidir a la hora de definir el perfil de la labor docente.
Por último, nos parece que se debería cuidar más la propia presentación del documento, el aspecto estético del nuevo currículo, para hacerlo más ágil y dinámico. En pleno siglo XXI, el nuevo currículo debería ser un documento visual, con gráficos, recursos, enlaces, esquemas, etc.
Si quieres saber más sobre el C.P. Buztintxuti I.P., visita su web.
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