Lengua e identidad
De todas las pertenencias que atesoramos, la lengua es casi siempre una de las más determinantes…La lengua tiene la maravillosa particularidad de que es a un tiempo factor de identidad e instrumento de comunicación. Por eso, y contrariamente al deseo que formulaba en el caso de la religión, extraer lo lingüístico del ámbito de la identidad no me parece factible ni conveniente. Es vocación de la lengua seguir siendo el eje de la identidad cultural, y la diversidad lingüística el eje de toda diversidad.
Amin Maalouf. Identidades asesinas.
Esta pasada semana, durante la celebración de las Jornadas sobre «español como nueva lengua» en Ceuta, he podido reflexionar sobre la relación entre lengua e identidad. En primer lugar, en relación con la identidad del ceutí hispanohablante que siente que se le agrede cuando se utiliza la expresión «español como nueva lengua en Ceuta» (¿qué habría ocurrido si hubiéramos utilizado expresiones como «español como lengua extranjera» o «español como segunda lengua»?); en segundo lugar, la identidad del ceutí arabófono que siente que su lengua es invisible e invisibilizada en la escuela además de que no existen estructuras para una adecuada enseñanza del español como segunda lengua más allá del buen hacer de algunos miembros del profesorado; en tercer lugar, la identidad de parte del profesorado, que protesta contra el título de unas jornadas pero que no asiste a ellas para conocer qué se dice; en cuarto lugar, la identidad de las instituciones y las personas que organizan estas jornadas, duramente atacadas antes y durante la celebración de este encuentro académico. Para todos ellos la lengua no es sólo un instrumento de comunicación – es también el terreno de juego donde se debate el modelo de sociedad que queremos para el siglo XXI. Afortunadamente, para muchos, en Ceuta y fuera de ella, las lenguas son lugar de encuentro y espacio para el conocimiento.
El reto es pasar de una «identidad monolingüe» a una «identidad plurilingüe» y construir así una sociedad donde la diversidad lingüística sea un valor y no un motivo de enfrentamiento.
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