Enredar, crear y jugar en la formación de maestros, o cómo disfrutar de mi profesión
Vivir, para mí, es siempre un verbo que se conjuga en tres tiempos: pasado, presente y futuro. Para empezar, vivir es «haber vivido» y en este blog aparecen con frecuencia notas y reflexiones sobre experiencias y compañías que he disfrutado. Por otro lado, vivir es un verbo de presente: gozar las oportunidades que te da la vida con tanta intensidad como puedas, mirando a la vida de frente, apretando los dientes o llorando en ocasiones pero riendo a carcajada limpia (y haciendo reír a los demás) tanto como sea posible. Finalmente, vivir es un verbo que se conjuga en futuro: ideas, proyectos, planes, aventuras y propuestas son las palabras del campo semántico de «vivir en futuro» y a mí me gusta explorarlas con fruición.
Os cuento todo esto porque llevo ya un mes de clases de este segundo cuatrimestre y debo reconocerlo: estoy disfrutando. Estoy «viviendo» mi profesión.
Permitidme que os ponga en situación. Imparto cuatro asignaturas a tres grupos diferentes: por un lado, un «Idioma Extranjero» para un grupo de segundo de Educación Primaria y otro «Idioma Extranjero» para el grupo de primero de Educación Infantil; por otro lado, una «Didáctica» para un grupo de primero de Educación Primaria y otra «Didáctica» para el grupo anterior de primero de Educación Infantil. No es habitual que un profesor de Didáctica de la Lengua, como yo, se encargue de la «Didáctica», que es propia del departamento de Didáctica y Organización Escolar pero trabajar en una facultad pequeña y periférica genera este tipo de situaciones coyunturales que yo, porque ocultarlo, disfruto alegremente pues me gusta tanto impartir «Didáctica» como «Idioma Extranjero».
Hace cinco años, cuando comenzaban los nuevos planes de estudio y los grados de cuatro años (¡No al 3+2!), diseñé y desarrollé un proyecto de innovación docente, llamado Educar21, que aun constituye mi modus operandi. Los ejes de ese proyecto son dos ideas claves, «aprender haciendo» y «aprender enredando», a través de conceptos como el ABP, el PLE o las prácticas de micro-enseñanza (el «Banco Común de Conocimientos»). Si quieres conocer más sobre esta experiencia, tuve el honor de ser invitado por Jordi Adell y Linda Castañeda para escribir un capítulo sobre Educar21 en su libro Entornos personales de aprendizaje: claves para el ecosistema educativo en red.
A comienzos de enero de 2015 definí mis propósitos de Año Nuevo, algunos de los cuales afectan a mi trabajo en Educar21. En concreto me planteaba tres propósitos: «enredar mi enseñanza», usar una app para comunicarme con mis estudiantes (Moxtra) e incorporar el «aprendizaje basado en el juego» y la gamificación a mis clases. Hoy siento la necesidad de pensar en voz alta cómo se encuentran mis tres propósitos y de ahí esta entrada «autobiográfica».
Empecemos por el propósito más sencillo: sí, estoy usando Moxtra para comunicarme con mis estudiantes. A diferencia de otros servicios en red, Moxtra tiene una curva de aprendizaje muy asequible (entre otras cosas por su aparente parecido a WhatsApp) y los participantes en Educar21 la han incorporado a su práctica con naturalidad. La comunicación aun está muy centrada en mis mensajes pero confío en que podamos ir generando dinámicas más interactivas con el tiempo y la práctica.
En cuanto a «enredar mi enseñanza», esto tiene dos sentidos. Por un lado he incorporado a mis clases, como material de enseñanza, servicios como Pinterest o Symbaloo (¡por ahora!). Para hacer una «cacería de libros» en la biblioteca preparé un tablero en Pinterest sobre lecturas educativas y para el proyecto «My ideal school» he preparado un segundo tablero con vídeos y un enlace sobre «good schools» en Gran Bretaña; Symbaloo lo hemos utilizado como material de lectura para la elaboración de un Trivial sobre modelos educativos, al cual hemos «jugado» precisamente hoy.
«Enredar mi enseñanza» tiene dos implicaciones directas: en cuanto a mí como docente, usar estos recursos me ha ayudado a «despegarme» de las presentaciones como material de clase y a poner mi propio PLE en funcionamiento al servicio de mi docencia; en cuanto a mis estudiantes, usar estos materiales significa que necesitan poder conectarse a la red, usando para ello sus propios portátiles, sus tabletas, sus teléfonos o, si no disponen de ningún dispositivo, los portátiles que ofrece la Biblioteca de mi facultad en préstamo. Precisamente hoy ha surgido un comentario interesante en clase: aparentemente solo yo les permito usar el móvil en clase; en todas las demás está prohibido.
El segundo sentido de «enredar mi enseñanza» ya lo desarrollaba anteriormente en Educar21: los estudiantes son prosumidores de contenidos. Consumen, sí, pero también producen contenidos, lo cual les genera (sobre todo durante el primer mes) cierta ansiedad y pone en cuestión su competencia y su autoestima y a mí me obliga a ayudarles a desarrollar su PLE y su competencia más allá de su «falsa natividad digital». Eso sí, producir es innegociable: un docente hoy no puede ser solo consumidor de contenidos. Creo en el docente como persona creativa y creadora.
Por ahora la producción más importante ha estado relacionada con dos proyectos: un mural de presentación personal en inglés y la grabación del Juramento Docente, del cual os dejo varios ejemplos:
- el juramento de Adrián
- el juramento de Raquel
- el juramento de Elena
- el juramento de Julud
- el juramento de Yolanda
- el juramento de Cristina
- el juramento de Rocío
El proyecto del juramento docente nos ha permitido, además, practicar la co-evaluación a través de una rúbrica y valorar con seriedad las diferencias en calidad y contenido entre los diferentes vídeos.
Finalmente, este año he incorporado de manera regular el juego en todas las asignaturas englobadas dentro de Educar21. En inglés hemos jugado a The Werewolves of Miller’s Hollow, más conocido en España como Los Hombres Lobo de Castronegro; hemos creado narraciones con los story cubes; hemos jugado al pañuelo con el vocabulario de la familia y a un Miming-Pictionary con el vocabulario de la escuela, etc. Creo que esta incorporación no sólo está aumentando la motivación de los participantes en Educar21 sino que están aprendiendo mucho tanto para su futura profesión docente como en relación con los contenidos de la materia. Resta ahora la incorporación efectiva y prolongada de la gamificación – espero poder contaros qué estoy haciendo en este sentido muy pronto.
En resumen y en pocas palabras, estoy disfrutando de mi profesión (un año más). Seguimos.
Notas:
- Normalmente este tipo de entradas las escribo y publico en Educar21, mi diario de clase, pero debido a un problema de gestión del alojamiento este no está operativo en estos momentos (aunque espero que sí esté listo pronto). Avisaré cuando lo «reanime».
- En breve os contaré la experiencia que he tenido esta semana con un «no-examen» cooperativo en Didáctica de Educación Primaria: ¡apasionante!
- Gracias de todo corazón a mis estudiantes en la Facultad de Educación, Economía y Tecnología: ¡me hacéis feliz!
Me gustaron mucho tus palabras, pero creo que me va a interesar más tu experiencia con el «no-examen». Espero que la escribas pronto
Puedes estar seguro, Haron, de que lonharé bien pronto. Saludos
¡Qué maravilla! Me alegro de seguirte en este camino y llevar tus iniciativas (en la medida que puedo) a mis clases de Secundaria. Es necesario, es muy necesario, cambiar las dinámicas de clase y demostrar sin miedo que uno es feliz en el aula con sus alumnos.
Gracias, Fernando, por hacernos partícipes de tu creativa y tan rica experiencia docente! Sigue divulgando tus conocimientos tan útiles para docentes innovadores.
Contagia el buen ánimo para las clases!
Espero con ansias el relato del «no examen».
Un abrazo!
Débora