El instituto más innovador de Andalucía no tiene aulas

Ni tampoco tiene patios ni pizarras, cafetería o biblioteca.
Sus estudiantes no tiene sillas ni tampoco mesas. No llevan maletas ni mochilas. No cargan con libros y probablemente no usen ni lápices ni bolígrafos.
El instituto más innovador de Andalucía no tiene nada de esto.

Por no tener, el instituto más innovador de Andalucía no tiene ni director ni directora aunque no le falte cabeza al asunto.

El instituto más innovador de Andalucía se llama IEDA y, aunque está en San Juan de Aznalfarache, se cuela en tu casa si quieres estudiar Educación Secundaria Obligatoria o Bachillerato o si necesitas ayuda para el acceso a FP de Grado Superior. Casi dos mil estudiantes dejan entrar en sus casas (¡sin llamar al timbre!) al que probablemente sea el mejor equipo docente de Andalucía a través de la conexión a Internet de sus ordenadores y yo quisiera advertirles de algo importante: ¡tened cuidado! En el IEDA se han propuesto cambiar vuestras vidas ofreciendo educación de calidad y son testarudos. ¡No cejarán en el empeño!

Quisiera contaros solo un detalle para que comprendáis cómo piensa esta gente: el pasado mes de enero me ofrecieron la oportunidad de ir a trabajar con ellos en una sesión de mañana. Querían que habláramos de un reto imposible: la confección de un currículo a base de

  1. tareas
  2. grupales
  3. colaborativas
  4. interdisciplinares.

No conozco ni un solo centro que tenga esta ambición: organizar su currículo en torno a tareas colaborativas de aprendizaje elaboradas y consensuadas por equipos de docentes y con un claro predominio de la interdisciplinariedad frente a la especificidad de los departamentos.

Mi primera sesión con ellos fue un fracaso, aunque nadie me lo dijo ni quizás ellos lo notaron. Cometí el error de subestimarlos a pesar de que tenía información sobre el IEDA, sus materiales y su claustro: mi error fue hablar demasiado.

Cuando estás con gente así tienes que cambiar la estrategia y ser un catalizador, un provocador, un moderador: hay que dejarles hablar. Salí muy tocado de aquella sesión.

Por eso el pasado lunes, que volví a tener una oportunidad de estar en el IEDA, no quería cometer el mismo error por segunda vez. Asumí que la estrella no era yo, sino los profesionales del IEDA: no debían escucharme a mí, lo justo era oírles hablar a ellos. Apagué el cañón y guardé silencio (¡incluso repartí fotocopias en el Santuario del Bit!). Era su turno de palabra y era el momento de convertirme en un hombre de gris.

Y disfruté.

Me contaron sus tareas. Me hablaron de buscar viñetas en los medios de comunicación para analizar críticamente la Economía (¡con la falta que nos hace!); me describieron una campaña de difusión del software libre preparada por los estudiantes de la asignatura de Informática; narraron cómo describir y analizar un país francófono en la «clase» de Francés; me propusieron hacer una güija para entrevistar a un investigador o una investigadora del siglo XIX en Física y Química; me emocionaron en Historia preparando un cuento infantil para explicar qué es el Imperialismo; nos animaron a analizar la calidad de vida en nuestros pueblos usando las Matemáticas o a ser reporteros gráficos en nuestras empresas como práctica de Seguridad y Salud Laboral. Por diseñar, diseñaron incluso una tarea en la cual los estudiantes tenían que diseñar una tarea: ¡una meta-tarea!

Hablamos de tareas, de sus productos y sus procesos. Hablamos de gestión de grupos y de roles, de cooperación y de trabajo individual. Hablamos del tiempo: plazos, calendario, sincronía, asincronía. Hablamos de la relación entre las tareas y el currículo. Hablamos de socialización rica en enseñanza a distancia.

Hablamos de la enseñanza de calidad del futuro que hoy es, ya, presente en el IEDA.

Gracias a todas las profesoras y todos los profesores del IEDA por enseñarme tanto sobre mis dos profesiones, la de maestro y la de formador.

Hasta siempre.

9 Comments

  • Siempre es estimulante ver que hay profesionales y experiencias que pueden cambiar la educación y que te pueden ayudar a seguir ese camino.

  • Lo de la güija para entrevistar a un científico del XX me resulta hasta chistoso. Hacer uso de «cacharros» a los que ningún físico o químico que se tercie le tienen consideración me parece aberrante. Usando una máquina del tiempo, :-), quizás.
    Al profesor que sugirió eso hay que darle un capón. También estamos para que nuestros alumn@s sean críticos con la superchería y charlatanería.

  • Ha sido un placer trabajar contigo. Seguiremos aprendiendo juntos.
    Un abrazo.

  • Gracias, Manuel Jesús, por tu comentario: tenemos muchos centros hacia los cuales mirar en busca de referentes, el tuyo uno de ellos.

    Gracias, Juan Manuel, por tu comentario. En realidad los compañeros y compañeras no propusieron hacer una güija sino una entrevista periodística absolutamente seria y rigurosa. He sido yo quien ha añadido la referencia a la güija casi como una licencia «poética». Siento si te ha molestado 🙂

    Saludos

  • Lo que propones es como poner en la misma escala a la astronomía y la astrología.
    Científico y güija no pegan en ningún sitio.
    De todas maneras, el fondo del artículo me da ánimos. Es reconfortante saber que hay gente que quiere hacer las cosas de una manera diferente y, bajo mi punto de vista, mejor.

  • No, Juan Manuel, no creo en la astrología, no veo Cuarto Milenio ni hago la güija. Lo único que he hecho es usar un recurso literario, hombre, no te preocupes. Reniego de la brujería y de la superchería.

    Me alegro de que te guste el fondo del artículo. El profesorado del IEDA y su planteamiento de trabajo es estupendo!

  • Que no, Fernando, que no. Te escuché con mucha atención en la última de Granada y creo que ahora vendes otra cosa. El presente-futuro no es solo IEDA; las competencias básicas… ¿no las desarrollaste en tu BUP? Armonizar, confluir, complementar. Que nos perdemos.

  • Gracias por tu comentario, Rafael.

    Efectivamente, estoy perdido: de tu comentario – que te agradezco – sólo entiendo que estuviste en Granada (ya he leído tu resumen del Congreso) y poco más. En cuanto a mi BUP, son recuerdos de un patio de Algeciras.

    Te mando un cordial saludo.

    F.

  • Fernando fue una pena tener que salir pitando para Barcelona al encuentro de otros profes a distancia y no poder terminar la sesión de formación contigo. Creo que eres sumamente cariñoso con nosotros. Ha sido un placer contar contigo, cosa que debemos al apoyo del CEP de Sevilla y de María Jesús Cuenca en particular.
    Un par de observaciones. El comentario sobre la güija se hizo en tono jocoso y no tiene nada que ver con el planteamiento de la tarea del departamento de Física y Química como tú has dicho Fernando. Lo recalco porque quizá te induje yo a hacer el comentario. No puedo más que estar de acuerdo con Juan Manuel aunque quizá si nos ponemos exquisitos, la máquina del tiempo…jajajaja.
    Por otro lado me encanta encontrar en estas lides a Don Rafael Lucena. ¿Qué tal amigo? No tengo menos que contradecirte, un pelín solo. La competencia digital no la pudo potenciar nadie en mi, cuando era alumno de BUP. Yo preferiría que mirásemos por el retrovisor un poco menos y más rato hacia adelante. Que sí, Rafa, que sí. 😉

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