ABP en el Colegio Heidelberg

La pasada semana estuve trabajando en el Colegio Heidelberg, en Las Palmas de Gran Canaria. Me gustaría ahora recoger en dos entradas mi experiencia en ese centro: en la primera quisiera narrar qué vine a hacer allí junto a los docentes de Educación Secundaria implicados en el PAI (Programa de los Años Intermedios) del Bachillerato Internacional; en la segunda me gustaría contar qué he aprendido en el Heidelberg.

Sin embargo, antes de comenzar me gustaría tener un recuerdo para Ana. Cuando regresaba el pasado sábado recibí la noticia de que Ana, una niña de 12 años del Colegio Heidelberg, había fallecido esa misma noche y no dejo de pensar que ella estaría entre las muchas niñas y niños que vi jugando y sonriendo, felices, en los patios del Heidelberg. Nuestras preocupaciones se vuelven ridículas y banales ante tal desgracia. Reciba su familia todo mi ánimo, el mismo que envío con un abrazo a toda la comunidad del Colegio Heidelberg.

Precisamente entre los dos vuelos que me trajeron de vuelta a casa desde Las Palmas tuve ocasión de conocer un hashtag desafortunad, #UnidosVSMagisterio. ¡Qué cansado estoy de leer sobre la formación deficiente del profesorado, sobre todo por parte de quienes ni conocen la profesión ni la respetan! Hoy, cuando los docentes del Heidelberg se encuentren de nuevo con su alumnado, serán ellos quienes tengan que trabajar con esos niños y niñas para explicarles qué hacer ante la muerte, cómo sobreponerse al dolor, cómo mirar la silla vacía y poder seguir adelante cargando con la pena de la compañera ausente. No es una tarea fácil, ni agradable, pero ahí estarán esos maestros y maestras, tragándose las lágrimas y guardando para la sala de profesores y para sus casas la amargura que no podrán dejar correr en sus clases. Es muy probable que para eso no estén preparados, porque nadie puede estarlo, pero no dudo, ni por un segundo, que sabrán hacerlo. Esa es la grandeza de la profesión: el servicio total, corazón y mente, entregado a la educación integral de niños y niñas que confían en nosotros como compañeros en el camino, como guías de sus pasos, como garantes primeros de su bienestar y su formación mucho antes de que lleguen otras profesiones para complicarles la vida. No es difícil entenderlo y no pedimos mucho: con un poco de respeto y algo de solidaridad nos conformamos.

En fin, sigamos.


El Colegio Heidelberg es un centro diferente. Por un lado, el Heidelberg es el típico colegio privado: buenas instalaciones, una organización impecable, unos resultados inmejorables, docencia trilingüe español-alemán-inglés, una atención especial al deporte, unas actividades extraescolares apabullantes,… Por otro lado, es un colegio privado atípico: es una «sociedad anónima sin ánimo de lucro» en la cual los propietarios son los padres y madres de los estudiantes, quienes han de comprar una acción cuando ingresan sus hijos en el centro para venderla cuando lo abandonen sin mediar lucro alguno en el camino; es decir, los «beneficios» del centro se invierten de nuevo en el centro para prestar un mejor servicio al alumnado. Esto es la base de esas buenas instalaciones y servicios pero también representa el punto de partida para tener un profesorado bien remunerado, tratado y considerado, cuya formación es también un valor que se fomenta y se valora en el centro.

De estas peculiaridades da buena cuenta el resultado de la primera actividad que realizamos en el taller: analogía/antagonía. Le pedí a los treinta compañeros y compañeras que pensaran qué tipo de empresa les gustaría que sirviera de referente para su centro (analogía) y a cuáles no les gustaría parecerse (antagonía) y a continuación podéis ver el resultado:

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Expresiones como ayuda humanitariano lucrativaemprendedoracooperativahorizontalcreativasolidaria y otras definen cómo sienten los docentes que ha de ser este peculiar centro privado canario. Mis prejuicios no me hacían esperar esta respuesta en un centro privado pero en estos tres días he podido comprender que nuestros prejuicios no siempre concuerdan con la realidad.

Mi misión durante los tres días que he pasado con ellos ha sido doble: en primer lugar, presentar los principios del Aprendizaje basado en Proyectos y, en segundo lugar, acompañar a los docentes que participaban en la formación en el diseño de sus «proyectos interdisciplanarios» dentro del marco del Bachillerato Internacional. Como consecuencia de la renovación del Programa de los Años Intermedios (de 11 a 16 años), el Heidelberg quiere potenciar el desarrollo de proyectos de aprendizaje diseñados de manera interdisciplinar por su profesorado y comenzarán a poner en práctica estos proyectos de manera experimental a partir de este mismo curso, siguiendo en cierto sentido la experiencia de La Semana de los Proyectos.

El punto de partida de mi taller han sido los principios del backward design y del Understanding by design de Jay McTighe, Grant Wiggins y la Association for Supervision and Curriculum Development (ASCD). Creo firmemente que la propuesta del UbD permite conjugar las prescripciones del currículo (especialmente el currículo LOMCE y sus estándares de aprendizaje) junto a los deseos de aquellos centros y docentes que quieran diseñar proyectos de aprendizaje. Espero poder, en un futuro próximo, escribir más sobre el tema.

En todo caso, en el taller seguimos las tres fases de diseño que proponen McTighe y Wiggins:

fases de diseño_UdB.001

Partimos de la definición de las «grandes ideas» y «preguntas esenciales» que queríamos tratar – con las aportaciones de cada una de las áreas de conocimiento representadas en el taller – para establecer los resultados de aprendizaje deseados. En segundo lugar, consideramos cuáles serían las evidencias de aprendizaje que nos gustaría obtener para poder valorar si se han alcanzado los resultados y, finalmente, valoramos cuáles podrían ser las experiencias de aprendizaje más efectivas para obtener tales resultados.

En este punto es cuando introdujimos el Aprendizaje basado en Proyectos (ABP). Para ello utilicé buena parte de las ideas y materiales que se gestaron para el ABPmooc, y que están recogidos en el Symbaloo que diseñé a tal efecto. Así, valoramos la importancia de hacer del proyecto una «experiencia memorable«, de proponer un buen producto final o de contemplar las propuestas de la socialización rica, como defendía en este vídeo del ABPmooc:

Con estos mimbres los compañeros y compañeras diseñaron cuatro proyectos, que resumo brevísimamente:

  • El primero de ellos propone a los estudiantes trabajar en torno a las ideas de asentamiento y sostenibilidad para valorar dónde propondrían ellos que se asentara una comunidad humana en una isla imaginaria. Para ello se les proporcionará una maqueta de una isla y los estudiantes tendrán que decidir (y justificar) cuál podría ser el mejor lugar para asentarse tomando en consideración cuestiones geográficas, ecológicas, etc.
  • El segundo de ellos convertirá el colegio en una emisora de radio en la cual los estudiantes tendrán que tomar todas las decisiones para dar cuerpo a una emisión especial de «Radio Heidelberg».
  • El tercero se centrará en el deporte y el aprendizaje del alemán y para ello los estudiantes tendrán que diseñar un «deporte» siguiendo la tradición alemana del funsport, lo cual les permitirá tratar dos conceptos importantes como la reglamentación en el deporte y el «éxito de masas» (o el fracaso) de ciertos deportes.
  • El cuarto grupo, con los docentes de los departamentos de lengua castellana y matemáticas, plantearon reflexionar sobre el metalenguaje de los problemas de matemáticas planteando a sus estudiantes una situación sorpresiva: el profe de matemáticas ha desaparecido y alguien tiene que «redactar» los nuevos problemas, pero en vez de «escribir un texto» vamos a hacer un vídeo donde se puedan presentar los «problemas de mates» de manera creativa.

El trabajo hasta llegar a estos proyectos se desarrolló en tres sesiones en las cuales pudimos definir tanto la línea del tiempo del proyecto como su producto final, así como evaluar su diseño utilizando para ello la plantilla de valoración de proyectos de Conecta13.

Finalmente también consideramos la presencia de las TIC en los proyectos, especialmente para la difusión del trabajo realizado por los docentes en el diseño y, posteriormente, por los estudiantes en su desarrollo. Mostré a los participantes la web de Artefactos Digitales (y su publicación en papel) y valoramos qué tipo de artefactos podrían generarse en los proyectos que habían diseñado. En paralelo, la aplicación Moxtra fue muy bien recibida por los compañeros y compañeras y muchos se plantearon utilizarla dentro de sus proyectos o para la coordinación entre docentes; así mismo, también les mostré el uso de eXeLearning, pues el centro cuenta con una plataforma Moodle como apoyo a la docencia.

En resumen, los compañeros y compañeras del Colegio Heidelberg han realizado un buen trabajo (intensivo) para diseñar sus proyectos para el PAI, y les agradezco el esfuerzo, la dedicación y la alegría en el trabajo. Esta es la esencia de la «formación en centros»: docentes que tienen una necesidad real y buscan satisfacerla a través de la formación y el trabajo en equipo en sus propios centros. Disfruto con este tipo de oportunidades en las cuales aprendo más aun que aquellos a quienes (supuestamente) voy a formar. Pero este es el tema de mi siguiente post, así que no cuento nada más…

Salud

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