Un dulce regreso
Las maestras y los maestros tenemos dos calendarios. El primer calendario comienza tras doce campanadas y un atracón apresurado de uvas; el segundo calendario comienza a principios de septiembre, casualmente una época también de uvas y vendimia.
Para quien no pertenece al mundo de la educación el comienzo del curso escolar tiene que parecerse mucho a una película de vampiros o de zombies. De repente y sin previo aviso, las puertas de colegios e institutos se abren y sus pasillos se pueblan de docentes – muchos de ellos aún en bermudas, la mayoría bronceados, algunos con barba de varios días, como no queriendo dejar la vida más feliz que encontraron en el «más allá».
Sin embargo, para muchas de nosotras y nosotros el verano no es este momento de enterramiento que algunos suponen. Es un tiempo de lectura, de deporte, de reflexión, de viaje, de conversación. Todos estos frutos gozosos de la vida fuera de la escuela enriquecerán, a partir de septiembre, la vida del aula a través de docentes más cultos, más sanos o, simplemente, más relajados.
De todos modos, si quieres saber qué hacen muchos docentes en verano lo mejor que puedes hacer, como en tantas ocasiones, es visitar Twitter. Esta red social, que se asienta cada vez con más fuerza entre el profesorado como una vía de socialización y aprendizaje, ha estado viva durante todo el verano: el timeline no para. Se han compartido recomendaciones literarias y recorridos por rutas desconocidas; se han comentado las noticias aparecidas en los medios de comunicación tradicionales (como los conciertos a centros educativos que segregan por sexo a su alumnado) y se han anticipado debates por llegar en el próximo otoño (desde la próxima ley de educación hasta la aparición de nuevas tabletas y su posible uso en la escuela).
El timeline de Twitter es un buen indicador de lo viva que está la profesión en cualquier momento del año: incluso cuando algunos creen que descansamos, nuestra cabeza no para de dar vueltas y vueltas en torno a cuestiones como la educación artística (véase el hashtag #másartística), la enseñanza basada en proyectos (con una cita importante en Sevilla este año, como nos irá contando eraser), la coeducación (con el citado debate sobre los conciertos a centros segregadores) o la importancia del respecto a las licencias Creative Commons para evitar sorpresas desagradables como la ocurrida a nuestra amiga Lara, a quien apoyamos desde este blog, cuando encontró el kiosko de chuches publicado errónea e ilícitamente.
En fin, un año más, aquí estamos, a una semana de la vuelta a la escuela, calentando motores: os deseo, a todas y a todos, un dulce regreso.
Me encanta leer entradas como ésta donde puedo apreciar las ganas de hacer bien las cosas para el próximo curso. Yo, como madre, en cuanto se refiere a la vuelta al cole, también caliento motores y tengo un deseo para éste curso…que los profes que les toquen a mis hijas tengan ganas de hacer bien las cosas!! Saludos a todos los buenos docentes.