#Lenguas12: Los nuevos lenguajes en los medios de comunicación

Asistimos esta mañana en el Congreso Iberoamericano de las Lenguas en la Educación y la Cultura a una mesa redonda sobre los «nuevos» lenguajes en los medios de comunicación. Pongo entre comillas el adjetivo «nuevos» porque el propio Juan Cruz se plantea qué quiere decir «nuevo» y hasta cuándo algo se mantiene como nuevo. En todo caso, paso a modo tuit para narraros lo que se diga en la mesa:

  • Tras la presentación a cargo de Javier Nadal de los miembros de la mesa, toma la palabra Juan Cruz, que comienza cuestionándose la novedad. Cruz cree que, efectivamente, hay nuevas tecnologías que están al servicio de una esencia, el periodismo, que ha cambiado poco a lo largo de la historia.
  • Cruz habla de Internet como un «viento» que ha llevado a los periodistas a intentar equiparar la velocidad de su práctica profesional con la rapidez del propio medio o soporte. Lo esencial del periodismo es el rigor, el contraste y la cultura, no tanto la velocidad. En este sentido el periodismo no muere porque existe la demanda de información de calidad. En definitiva, Cruz se plantea si «velocidad» y «rigor» están avanzando al mismo tiempo. Finaliza su intervención preguntándose si será él mismo un reaccionario a favor de los avances en una mesa de personas que saben más que él y por tanto son más progresistas.
  • Toma ahora la palabra Bieito Rubido, que comienza constantando la sensación de incertidumbre puesto que, quizás, estemos en un punto de inflexión entre prácticas y soportes. Habla de los mones copistas, de Gutenberg, etc. – lugares comunes bastante frecuentes en este tipo de debates, en mi opinión.
  • Rubido compara el tratamiento en ABC del hundimiento de dos barcos, el Titanic y el Costa Concordia, para demostrar el cambio en las prácticas y también en los soportes – aunque en ambos casos permanece la exigencia de rigor. Lo importante es que la noticia sea cierta, según Rubido.
  • A mí, francamente, me hace gracia que la prensa escrita se aferre al rigor o la verdad cuando constatamos cada día que la prensa forma parte del engranaje económico y, por tanto, está sometida a las fuerzas y presiones propias del mundo económico, lo cual la incapacita precisamente como garantes de la verdad o la certeza.
  • Pablo Gentili es el tercer participante en la mesa. Su postura es de optimismo moderado: cada cambio tecnológico iba acompañado de unas expectativas de mejora y de mayor bienestar, aunque éstas no se vieran finalmente satisfechas en la realidad. Precisamente, esta insatisfacción han venido, en muchos casos, de procesos de cierre, de construcción de espacios cerrados, en el uso de los medios de comunicación.
  • Las tecnologías permiten la expansión de posibilidades de acceso pero estas tecnologías existen en contextos de segmentación y desigualdad. La desigualdad es, por tanto, el principal riesgo en el presente y para el futuro.
  • Así pues, hay que detectar las oportunidades pero siendo consciente de los riesgos. La información y la comunicación son bienes importantes y bienes comunes y son los Estados – con todas las salvedades puesto que los Estados son también espacios de inoperancia y corrupción – las entidades que deben promover el acceso a la información y la comunicación como parte de un proceso de democratización en profundidad del propio Estado.
  • Finalmente, Tíscar Lara lleva el debate al mundo de la educación para hablar de la «tecnología de la lecto-escritura». Tíscar niega que la transformación en la cual estamos envueltos sea una transformación solo de soportes sino que la transformación es más global. Aunque se mantiene la necesidad humana de comunicar y de obtener información – y esto no cambia -, sí hay muchos otros cambios tanto en estrategias, prácticas, fines, roles, etc. Y, además, estos cambios no los promueven o desarrollan los medios tradicionales sino que es un cambio colectivo realizado entre todos porque el acceso se ha abierto – con todas las salvedades, dice Tíscar correctamente, que se puedan hacer desde una perspectiva sociocrítica. En este sentido, el cambio fundamental es la construcción del individuo como productor, ciudadanos que no solo consumen sino también producen.

La mesa ha sido bastante «bipolar», casi de apocalípticos e integrados (aunque con matices). Yo me quedo del lado de Gentili y Tíscar Lara, obviamente, frente a las posturas «reaccionarias aunque a favor de la innovación» de Cruz y Rubido. En todo caso, una mesa culta, implicada, plural y de contraste que favorece el aprendizaje.

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