Fernando Savater en #EIE_FT
Fernando Savater no necesita presentación así que paso a modo Twitter directamente 😉
La educación da sentido a la educación, por ello es fundamental responder a la pregunta de qué pedimos a la educación, y hay tres respuestas, desde lo más inmediato a lo más complejo.
Por un lado, la educación tiene una faceta vinculada con la formación para el empleo a través de la dotación al «neófito» de capacidades y destrezas para que esa persona sea útil en el mundo del trabajo. Este es el nivel más inmediato y sencillo.
El segundo nivel es la formación de ciudadanos en este sistema de artificios que es la democracia. La democracia es una obra de arte social e histórica y ésta necesita ciudadanos capaces de utilizarla adecuadamente. La educación es el manual de instrucciones de esa obra social que es la democracia, pues ésta no tiene piloto automático, no funciona sola. En este sentido, políticos somos todos y la educación es la formación de políticos en este sentido. Es más, los ignorantes – citando a Galbraith – también son políticos (jejejeje, ¿habrá aquí alguna ironía?).
Acomete ahora el problema del laicismo y su relación con la educación: la presencia de la religión como asignatura en la escuela pública es indefendible.
Comenta ahora la cuestión de la ciudadanía, que está más allá de la tierra y el territorio, y es importante enseñar qué significa ser ciudadano: este es el segundo nivel tras la formación para el empleo.
El tercer plano a considerar en educación es la felicidad humana, citando a Marths Nussbaum y su «Cultivar la humanidad». Si la educación en último término no pretende la felicidad, se queda coja pues el objetivo de la felicidad es procurar que las personas sean humanamente felices.
Estos son los tres niveles (laboral, cívico y humano) indispensables a considerar en educación.
La pregunta ahora es quién educa al ser humano. Nadie se queda sin educar, la cuestión es si los buenos educadores llegamos antes que los malos educadores (la televisión, las personas violentas o malvadas, etc.).
Es necesario educar porque la sociedad debe hacerlo «en defensa propia», para evitar los peligros de la educación fuera de ella.
En este sentido, la sociedad debe exigir a los políticos preocupación por la educación y que no esté sujeta al juego político (y añade, que tenga un buen presupuesto, pues no se puede hablar de «gasto» en educación sino de «inversión»).
Es importante asumir que el aula en sí misma, es decir, la agrupación de personas que en el aula se encuentra, es más importante incluso que lo que allí ocurre o lo que allí se dice.
En fin, muy interesante la ponencia de Fernando Savater, con su carga política y ética.
Me ha gustado la metáfora de la democracia como nave sin piloto automático.
Me hubiera gustado un análisis más profundo de Savater acerca de la empleabilidad en tiempos cambiantes y ante futuros inciertos. Y si es posible abordar la empleabilidad del 2020 (y después) con currículums centrados en lo que se sabía en 2000.
Está muy bien eso de que la escuela se centre, entre otras cosas, en empleabilidad o emprendimiento (empresarial o social). Y en eso abunda Marina también (http://www.joseantoniomarina.net/noticias/la-hora-de-los-docentes-el-mundo/). Y el nivel humano y social. Imprescindibles. Pero en el día a día la escuela sigue siendo currículum de contenido tras contenido tras contenido… Profesores recitando ante gente que no sabe qué hacer para que la hora pase más rápido…
Sí, lo sé. Hay que imaginar el futuro. Pero es que se nos echa encima y nosotros aún con estos pelos… Bueno… quien lo tenga, jejeje… tú y yo menos 😀 😛