Educar, esa sutil actividad
Educar es una actividad sutil. Desde hace tiempo la noción de currículum oculto nos ayuda a discernir aquellos elementos de la actividad educativa que, sin figurar en la programación, inciden en la formación y la educación de nuestros estudiantes. Su importancia da la medida de la dificultad de la profesión docente: todo debe estar bajo control y todo debe ser objeto de crítica porque cualquier actuación nuestra, desde la más personal y cara a cara hasta la más global e institucional, tiene una incidencia en la vida, el pensamiento y el sentimiento de nuestros estudiantes.
Hoy, gracias a Twitter, hemos desayunado viendo un vídeo de una fiesta infantil (el vídeo ha sido retirado hoy, lunes 5, de su localización original en YouTube). Padres y madres aplauden encantados mientras sus hijos, primero, desfilan jurando la bandera vestidos con atuendos militares y sus hijas, después, hacen lo propio vestidas de enfermeras. Muchas horas de ensayos, de preparación del escenario y la coreografía, de preparar el vestuario y de organizarlo todo para que sea un éxito, como así parece que ha sido.
El problema es que el resultado ha sido una actuación sexista y militarista impropia de un centro educativo, ni sostenido con fondos públicos ni privado. La coeducación, uno de los grandes logros de nuestro sistema educativo, no consiste simplemente en la cohabitación de niños y niñas, sino en no replicar roles basados en la dominación masculina; la cultura de paz, a la cual han contribuido de forma tan importante las Fuerzas Armadas, no se extiende vistiendo a los niños de militares y haciéndoles besar banderas, sino ayudándoles, entre otras cosas, a comprender el papel de los ejércitos en el mantenimiento del Estado de Derechos y su labor en el siglo XXI.
Educar es un acto de responsabilidad porque con nuestras actuaciones de hoy construimos la sociedad de mañana: no se puede esperar que desaparezca la violencia contra las mujeres si replicamos la desigualdad y la dominación en los símbolos y las prácticas; no se puede esperar que desaparezca la violencia en el mundo si no percibimos y analizamos críticamente la violencia simbólica en nuestros centros educativos.
Por último, si quieres ver otras reacciones ante este vídeo, puedes ver los blogs En pie de Paz, Gramática Parda, XarxaTIC, La chica del menhir o Escucha la canción del viejo marinero.
Salud
No le des más vueltas, Fer. Esto es simplemente un acto delictivo, donde se han usado niños y la autoridad competente debería tomar medidas. La derecha española sigue siendo franquista y allí donde le den alas organizarán este tipo de actividades. En Alemania esto no pasaría, pero aquí fuimos muy blandos con nuestra transición y esto es lo que tenemos: el atado y muy bien atado. Esto hace que no debamos cejar en el empeño y seguir sensibilizando a la gente de bien por una escuela con valores democráticos.
Siento que sigan pasando estas cosas, no entiendo muy bien por qué se siguen transmitiendo estos valores, ¿es que no se ha aprendido nada de lo que nos pasó?. Si los de ETA son juzgados entre otras cosas por pertenecer a una banda terrorista, los directivos de esta escuela infantil también. No es gracioso ni adecuado. Creo que la comunidad educativa al completo debería movilizarse en contra de estas actuaciones. Libertad de expresión sí, pero sin segundas intenciones. Esto no va bien.