Dónde estamos y hacia dónde vamos: políticas educativas de éxito en #EIE_FT
La última actividad del día es una mesa redonda en la cual participan los siguientes ponentes:
• Alberto J. Cañas, Co-fundador y Director Asociado del Institute for Human and Machine Cognition (IHMC) de Florida.
• Tracey Burns, responsable del proyecto ‘Governing Complex Education Systems’ de la OCDE.
• Alfonso González Hermoso de Mendoza, Director General de Evaluación y Cooperación del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
• Moderadora: Marián Juste, Directora de Proyectos Voluntarios Telefónica.
Paso a modo Twitter:
La pregunta que lanza Marián es cómo conseguir políticas educativas de éxito.
Tracey comienza describiendo el sistema educativo dentro de un ecosistema más amplio. Pone tres ejemplos de tendencias: la tendencia hacia el sobrepeso, la tendencia al envejecimiento y la tendencia al descenso de los matrimonios. (Nota del blogger: en el futuro todos seremos gordos, viejos y solteros; algunos incluso calvos). De ahí se desprende un modelo de individuo y de familia
En este sentido, hay aspectos de la sociedad que pueden ser predecibles y otros no, y los estados deberán intentar acometer ambas.
Alberto (fundador de Cmap Tools) se declara optimista respecto a las tecnologías. Sin embargo, es pesimista respecto al uso que se hace de la tecnología en educación: no conoce ningún gran proyecto de introducción masiva de la tecnología en educación que haya mejorado los resultados de aprendizaje. Los docentes persiguen la tecnología sin haber definido cuál es su modelo pedagógico. Aunque hay una importante y sólida fundación y conocimiento pedagógico, los docentes no lo conocen. Hay modelos pero nunca hemos logrado escalar esos modelos exitosos al tamaño de un país.
Por otro lado, se declara optimista ante los nuevos docentes que no le tienen miedo a la tecnología pero es pesimista porque en general están mal preparados.
Es optimista porque hablamos de habilidades del siglo XXI para los estudiantes pero es pesimista porque frente a la escuela somos siempre directivos, verticales y autoritarios.
Por último, Alfonso reconoce que las políticas educativas pueden mejorar o empeorar un sistema educativo, y para la mejora hay que evitar el dirigismo y crear las situaciones para que sea la comunidad educativa quién tome las riendas de la educación. Es más, el cambio sobre qué, para qué, cuándo y con quién se aprende ya está ocurriendo.
El gran reto, en este sentido, es favorecer el derecho a aprender y que cada persona pueda desarrollar sus capacidades al máximo.
Desarrolla ahora cuatro ideas claves: formar personas críticas capaces de construir un mundo alternativo, conformar la escuela como espacio de innovación pues el centro educativo es la unidad para el cambio, la emergencia de la figura del maestro – más relevante hoy y en el futuro que en el futuro, y finalmente la familia como entorno de aprendizaje.
Pregunta para Tracey: cómo se puede gestionar la tendencia hacia la diversidad.
Ella responde que afortunadamente no es ministra de educación 🙂
Comienza su respuesta diciendo que no tenemos que estar reinventando continuamente y que es inteligente tener políticas de largo recorrido, al menos cinco años. Si no, los profesionales no invertirán esfuerzos y motivación cuando saben que todo va a cambiar en un plazo corto de tiempo. Es necesaria una «conversación honesta» para decidir cómo tener un sistema educativo inclusivo sostenible.
Pregunta para Alberto y Alfonso: cómo preparar a los jóvenes en entornos cambiantes y para mercados laborales desconocidos.
Alberto responde narrando una experiencia que comenzó en 1988 en Costa Rica, la enseñanza del código informático y eso benefició a aquellos estudiantes interesados en la programación. En este sentido, debemos dar oportunidades a los estudiantes para que desarrollen sus habilidades, aquellas que les interesen.
Alfonso explica que el proceso de transformación debe ser un proceso reflexivo que debe provenir de la base, del empodersmiento de quienes están en el aula. Además, la educación es la mejor herramienta para cambiar la sociedad, y viceversa, en una relación dialógica. Para ello es importante considerar valores y referentes éticos: justicia, diversidad, sostenibilidad.
El público pregunta qué es lo más urgente a modificar en la educación. Alberto propone elevar «el nivel del docente» como factor de mejora. Alfonso habla del «empodersmiento del centro educativo como espacio de innovación educativa y social», especialmente la capacidad de crear espacios de aprendizaje compartido. Tracey sugiere mejorar la educación infantil y la educación permanente a lo largo de la vida, aunque comenta que urge que pensemos que esperamos de los docentes: hay un auténtico problema para encontrar, atraer y retener a los docentes en la profesión, y que estos docentes sean los mejores posibles.
La última pregunta es para Tracey: tenemos datos que apoyen la visión del efecto positivo de las TIC en educación. La respuesta es clara: no tenemos datos contundentes al respecto. Destaca la importancia de basar las decisiones políticas en datos y la tecnología es sólo una herramienta y no una solución a los problemas. Alberto añade que la tecnología amplifica lo que hace (y sabe hacer) el docente. Alfonso, finalmente, habla de la obsesión por la tecnificsción de las aulas en lugar de la escolarización de la tecnología. Ratifica que no tenemos evidencias definitivas de un impacto positivo de las TIC, probablemente porque necesitamos formas distintas de medir el cambio.
Cambiamos de tema: la atención a la diversidad y la «discapacidad» en el aula (sic). Alfonso responde que la diferencia no puede generar «discapacidad», pues esta se crea socialmente. Saber explotar la riqueza de la diversidad es uno de los grandes retos del siglo XXI.
Alguien del público propone incluir a los medios de comunicación en la Mesa Sectorial de Educación, pues en ellos los jóvenes pasan muchas horas al día. Alberto está de acuerdo, en consonancia con su propuesta de personalización antes descrita. Alfonso comenta cómo desde Europa se está promoviendo el desarrollo de las «alfabetizaciones múltiples» y esto es una obligación para cualquier sistema educativo. Tracey ve un lado positivo y otro negativo: por un lado, la protección de la intimidad y seguridad de los jóvenes y, por otro lado, el interés de traer lo multimedia a la clase.
Como cierre, Alberto nos recuerda que él es optimista porque cree en los docentes (más que en el Ministerio de Educsción). Alfonso recuerda los objetivos esenciales de cualquier proyecto educativo, más justicia y más equidad, y este cambio vendrá de abajo hacia arriba, por lo cual hay que crear espacios para que este cambio ocurra. Tracey es también optimista, cree que tenemos el conocimiento y el expertise (expertición 🙂 para acometer el cambio. Ella propone cambiar de la enseñanza de contenidos a la enseñanza de capacidades como la curiosidad o la motivación para aprender de manera permanente.
Con esto cerramos el primer día del VII Encuentro de Educsción. Hasta mañana.
Fernando.. eres un relator de primera.
He seguido lo que pude, esta vez desde Buenos Aires, y esta mesa pude escucharla entera. En general me gustó.
Acuerdo con el planteo de Alberto en su exposición en esto específicamente:»Hay modelos pero nunca hemos logrado escalar esos modelos exitosos al tamaño de un país. Optimista ante los nuevos docentes que no le tienen miedo a la tecnología y pesimista porque en general están mal preparados. Optimista porque hablamos de habilidades del siglo XXI y pesimista porque frente a la escuela somos siempre directivos, verticales y autoritarios».
Es una de las líneas que más me preocupa. No lograr modelos escalables. ¡No sé! Tal vez también haya que olvidarse de eso.
En cuanto a lo que dice Alfonso «El gran reto, en este sentido, es favorecer el derecho a aprender y que cada persona pueda desarrollar sus capacidades al máximo», en esete tema me encuentro en la dicotomía de favorecer que los alumnos decidan pero còmo eligir acerca de lo que se desconoce.
Bueno, espero poder seguir el encuentro mañana en línea, aunque si no puedo, ya sé que aquí se Fernando nos deja buenìsimos relatos
Un abrazo
Alejandra Santos
Lo primero, gracias, gracias, gracias por la crónica. Eres increíble dibujando las palabras… 😀
Lo segundo. Que estoy de acuerdo con lo que dicen los ponentes. Básicamente porque ellos saben mucho más que yo. Pero sigo teniendo la sensación de que piensan en la educación como en una experiencia individual y orientada hacia la persona. No como algo social y orientada hacia la creación y dinamización de comunidades. Quizá por eso me resultan algo trilladas sus conclusiones… No veo mucha novedad en lo que aportan respecto a lo que ya se sabía. Y con respecto al futuro… no sé… percibo inconcreción, lugares comunes.
Por otro lado. Creo que la educación no cambia porque no tiene urgencias. Y no tiene urgencias porque no comprende el mundo que se nos viene encima. Donde los intermediarios, educadores incluidos, entrarán en crisis si no encuentran valores añadidos que ofrecer. Como eso le suena a chino a la mayoría de docentes y gestores, no hay esa sensación de tiempo que se agota.
Creo…
¡Y gracias de nuevo! 😀