Propósitos de Año Nuevo: versión 2015

Hoy me siento delante de mi blog asumiendo que es un diario.

«3 de enero de 2015. Comienza el año. Es el momento de los buenos propósitos. Como escribí hace algunos años, quizás en una época no muy feliz de mi vida, hacer propósitos de año nuevo «no es más que un intento de dominar lo imposible y racionalizar el absurdo de no saber qué está por venir.» Aun así, hagámoslo.»

Cuatro ideas rondan mi cabeza en este comienzo de año y aquí las expongo a modo de compromiso público:

  1. Enredar mi enseñanza: el próximo mes de febrero retomo mis clases y, por tanto, la experiencia de Educar21. Aparentemente Educar21 son las cuatro materias que imparto en el grado de Educación Infantil y Primaria (dos del ámbito de la Didáctica General y dos del área de Inglés como lengua extranjera y su didáctica); sin embargo, en el fondo, son el intento sistemático de ayudar a mis estudiantes a que tomen conciencia de su entorno personal de aprendizaje (como pude explicar en el libro coordinado por Linda Castañeda y Jordi Adell sobre PLE) para que lo fortalezcan y lo usen de palanca para movilizar sus aprendizajes y competencias. En ese sentido, el año pasado encontré un equilibrio que me pareció bastante satisfactorio entre las tres maneras de aprender que dan cuerpo a la experiencia de Educar21 (aprender leyendo y dialogando, aprender haciendo y aprender enseñando) pero este año el objetivo es más ambicioso: aprender enredando, en el sentido del hanging out, messing around y geeking out de Mizuko Ito. Espero en los próximos días tener cerrado mi proyecto docente para poder exponerlo y recibir aportaciones.
  2. Investigar el uso de una app para la gestión de tareas y proyectos de aprendizaje: durante el segundo semestre de 2014 los amigos y amigas de Conecta13 hemos estado usando Moxtra (siguiendo la sugerencia de nuestro genial compañero David Álvarez) para la gestión de nuestros proyectos y nos parece una app realmente interesante. A mí me ha parecido todo un descubrimiento este WhatsApp con esteroides y tengo la intención de utilizarlo para la gestión de las tareas y los proyectos de aprendizaje que utilicemos en Educar21; sin embargo, además de usarlo con mis estudiantes, me gustaría realizar una sencilla investigación para tener claro qué aporta a mi práctica en diversos sentidos: satisfacción de los participantes, mejora de los procesos (coordinación, gestión del tiempo) e inconvenientes. Como en toda investigación-acción, uno nunca sabe a ciencia cierta qué valor tendrá la investigación que realiza pero a mí espero que sí me de datos para saber si merece la pena invertir en este tipo de aplicaciones para la gestión de nuestras aulas.
  3. Difundir mi experiencia ABPmooc y PLCandalucía: si algo ha marcado mi 2014 han sido estos dos grandes proyectos, el MOOC sobre ABP que diseñé y dirigí para el INTEF y la coordinación regional del Proyecto Lingüístico de Centro en Andalucía. Ambos proyectos fueron ambiciosos en su definición y objetivos, absorbentes en su desarrollo y ambos los compartí con mis amigos Diego Ojeda y Belén Rojas. Ahora llega el momento de publicar mis aprendizajes en estos dos proyectos: espero encontrar la tranquilidad en este primer tercio de 2015 para preparar algunos textos al respecto.
  4. Formación + conciliación + aprendizaje basado en juegos + gamificación: para no más tarde de enero espero tener cerrada una propuesta formativa que conjugue estos cuatro elementos y espero poder desarrollarla a partir de marzo en Andalucía a modo de prueba. Es un proyecto que me ilusiona, compartido con otros amigos con los que tengo ganas de trabajar, con un fuerte compromiso con la conciliación familiar y el aprendizaje relacionado con la creatividad, el desarrollo integral del individuo, el diálogo y el juego. En fin, en breve podré contar algo más.

Finalmente, hay dos cuestiones que me apetece abordar. Por un lado, tengo ganas de intentar el diseño de un juego de mesa; tengo ya algunas ideas claras respecto al tipo de juego en el cual me gustaría trabajar y desarrollarlas me permitirá aprender mucho al respecto, tanto en el plano teórico como en el práctico. Por otro lado, hoy mismo he lanzado a través de Endomondo un desafío al cual ya se han apuntado más de una docena de amigas y amigos: 100 x 12. Consiste, simplemente, en correr o caminar 100 kilómetros al mes, o lo que es lo mismo, 1200 kilómetros al año: ¿seremos capaces? Estoy seguro de que sí. Si te animas a participar, pues… ya puedes empezar a moverte.

Epílogo

Y yo, ¿seré capaz de cumplir con estos propósitos de año nuevo? Intención y ganas no me faltan. Sé que a lo largo del año surgirán otros temas, asuntos siempre urgentes, compromisos a corto y medio plazo y muchos más distractores pero esta entrada, de algún modo, también me recordará a qué me comprometí conmigo mismo a principio de 2015.

En todo caso, reconozco que también hago exposición pública de mis propósitos (o resoluciones, como se dice en el contexto anglosajón) para exorcizar el fantasma del verbo deber. ¿No conoces este «fantasma»? Es muy común y seguro que tú también te has enfrentado a él. Sólo necesitas leer alguno de los muchos textos que publicamos, en internet o en papel, intentando arreglarlo todo, sistema educativo incluido, y observar cuántas veces se conjuga el verbo «deber». Cuando lo hayas hecho, busca los compromisos enunciados con «voy a» de ese mismo autor en relación con su práctica educativa (si la tiene) o sus prácticas intelectuales o sociales. El equilibrio entre los «debes» y los «voy a» te permitirá ver el nivel de compromiso de ese autor con sus propias ideas. Con estos propósitos de año nuevo solo quiero, por tanto, hacer profesión de fe en mis propias ideas pero no con la palabra sino, espero, con los actos – como he intentado siempre en mi profesión. Me preocupa que estemos usando el «tú debes» sin atrevernos a afirmar «yo voy a» con la misma contundencia. A final de 2015 veremos si he cumplido.

Imagen: New year, new start vía Shutterstock

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