Plurilingüismo de arriba a abajo, de abajo a arriba
22 días. He estado 22 días sin escribir en el blog. Os pido perdón por la ausencia (¿tiene un bloguero compromiso con el lector? No lo sé, en todo caso también me pido perdón a mí mismo por no haber sabido sacar un rato para escribir, que es mi equivalente público de pensar). No he estado ocioso, por otro lado: en Educ@contic me permiten seguir haciendo preguntas y he aprovechado ese espacio de tanta visibilidad para escribir sobre algunos de mis temas favoritos: familia, evaluación, aprendizaje cooperativo.
Mi agenda tampoco se ha aburrido y ahí la clave ha sido «plurilingüismo«. En estos 22 días de ausencia del blog he tenido la suerte de estar en contacto con la base del plurilingüismo andaluz de arriba a abajo y de abajo a arriba y me gustaría contaros mis impresiones
Empecemos por los centros. En este tiempo he visitado dos centros que son para mí referentes de buenas prácticas, dos de mis centros Finlandia: el CEIP San Walabonso (Niebla, Huelva) y el CEIP Andalucía (Fuengirola, Málaga), a los cuales agradezco que me hayan dejado pasar para aprender de ellos. En ambos casos me he encontrado con tres rasgos que creo que son importantes a tener en cuenta:
- Un claustro con ganas de reflexionar sobre su práctica, sin miedo a la autocrítica pero sin ninguna voluntad de autocensura a la hora de incorporar novedades que puedan ayudarles a hacer mejor su trabajo.
- Un interesante equilibrio entre profesorado con experiencia y profesorado joven; estamos (al menos en Andalucía, pero puede que en toda España) en mitad de una transición entre el profesorado que celebró la muerte de Franco y los que se incorporan a la educación en un mundo 2.0 y tenemos que recoger las buenas experiencias de los unos para sumarlas a la fuerza de los otros: ni podemos permitirnos que mueran los movimientos de renovación pedagógica y curricular ni podemos permitirnos que los jóvenes docentes se agarren al libro de texto como tabla de salvación ante la perspectiva de aguas revueltas.
- En ambos casos, me he encontrado con equipos directivos dispuestos a asumir el liderazgo desde el trabajo colaborativo y la búsqueda de la mejora a través de la formación y la innovación; sin equipos directivos, ¿qué podemos hacer?
Continúa mi viaje por el CEP de Almería. Tuvimos allí una sesión con el profesorado de centros bilingües para hablar sobre Proyecto Lingüístico de Centro; disfruté mucho de la sesión y las compañeras y compañeros de los centros bilingües almerienses y del CEP me hicieron sentir muy a gusto, creo que se notó. A mí me sigue sorprendiendo, una y otra vez, que los salones de los CEP se llenen, en sesiones de tarde que duran más que ninguna película en el cine, para escuchar a ponentes sobre las temáticas más diversas. Más allá de cualquier prejuicio sobre la búsqueda de recompensas en los CEP – en la mayoría de estas sesiones hay muchas compañeras y compañeros que no necesitan sexenios ni otros méritos –, esta voluntad por encontrar claves que nos ayuden a hacer mejor nuestro trabajo es digna de encomio y el profesorado que acude a estas sesiones tiene todo mi reconocimiento.
Pero mi comentario en relación con la actividad del CEP no quiere centrarse en el profesorado sino en la actitud del propio CEP. Mi ponencia era una anécdota porque el hecho fundamental era que se celebraba la Feria del Plurilingüismo, una costumbre que se extiende por los CEP andaluces y en esa Feria estaba presente buena parte del «asesorazgo» del CEP de Almería, con su directora al frente. De igual forma que creo que los francotiradores – solitarios, aislados, ocultos en su trinchera y tras su parapeto – no nos conducen al éxito en la escuela, también en los CEP necesitamos un trabajo de equipo coherente, cohesionado, visible, contundente. La complejidad de nuestra realidad social, de la escuela y del plurilingüismo así lo exigen.
Finalmente, llegamos a la universidad y aquí, como en los chistes, tengo dos noticias buenas y una mala: ¿por cuál quieres que empiece? Empezaré por las buenas.
He participado en dos experiencias «plurilingües» en dos universidades andaluzas. Por segundo año consecutivo he sido invitado al Máster de Enseñanza Bilingüe de la Universidad Pablo de Olavide – donde también participo en el Máster de Enseñanza del Español como Lengua Extranjera. En ambos postgrados he encontrado a un grupo de jóvenes con vocación de extranjería, dispuestos para el viaje y el aprendizaje de lenguas, con muchos sellos en sus pasaportes y muchas experiencias ya atesoradas a lo largo de sus años de vida, con ganas de acoger y de visita, con voluntad de reinventar una didáctica de las lenguas acorde con los nuevos tiempos y con sus deseos de movilidad y de globalización. En ambos casos he visto un nuevo profesorado muy preparado, muy receptivo, muy concienciado de la necesidad de cambio en nuestra tradición de enseñanza. En ambos casos he salido del aula con esperanza.
Y, además, después visité la Universidad de Almería para pasar una mañana completa con el grupo de profesoras y profesores de esa universidad que están participando en el Plan de Plurilingüismo surgido de la mente y la voluntad de Sagrario Salaberri. Quisiera describiros mi emoción cuando, de repente, me descubrí hablando en inglés con compañeras y compañeros que habían superado el miedo a la lengua, el pudor ante los demás, los reparos por los errores y las dudas sobre su propia capacidad: el profesorado de la UAL me dio una auténtica lección de calidad que yo les reconozco con esta entrada. De este modo no importa que digan las evaluaciones nacionales o internacionales – la UAL forma parte del Campus Internacional de Excelencia por méritos propios desde 2009 –, sólo es necesario conocer a estas profesoras y profesores para saber que el plurilingüismo está avanzando y lo hace por la senda adecuada.
Sin embargo, es necesario un esfuerzo aun mayor por parte de la universidad (y con ella, de la política y de la sociedad). David Lasagabaster reflexiona en una entrevista reciente sobre los avances realizados pero también sobre la necesidad de un esfuerzo prolongado; yo añadiría que necesitamos el compromiso de las Facultades de Educación con el plurilingüismo – y con la Educación 2.0, por supuesto: necesitamos más profesorado, bien preparado – aquí la universiad tiene un papel fundamental y, sin embargo, los Grados de Magisterio han sido un paso atrás, como ya comenté; necesitamos más lenguas, para que plurilingüismo no signifique bilingüismo o trilingüismo (en las comunidades ya bilingües); necesitamos más centros y más proyectos lingüísticos de centros que nos enseñen cuál es el camino; necesitamos más política educativa y lingüística – pero de calidad, basada en las experiencias de los centros y la investigación universitaria; necesitamos más inversión; necesitamos creer en el modelo. El Plurilingüismo es un hecho de voluntad política y de práctica educativa en aras de construir un nuevo modelo social multilingüe e intercultural: todos estamos implicados, de arriba a abajo, de abajo a arriba.
Gracias a quienes me han permitido disfrutar de todas estas experiencias.
Gracias también a ti, lectora o lector, que has llegado hasta aquí acompañándome en mis viajes: tienes el cielo ganado.
Salud
Gracias Fernando por tu mención al CEIP San Walabonso de Niebla, es cierto conjugamos experiencia con la juventud, y un equipo directivo, proclive a la reflexión, a la mejora de la práctica docente, a compartir todo cuanto conocemos y las interrogantes que nos surgen, y ahí también estas tú, como formador y orientador de nuestras inquietudes pedagógicas. Esperamos verte pronto. Un abrazo
Estimado Fernando, gracias por tu mención a nuestro Wala, como bien dices combinamos la experiencia con la juventud, siempre con inquietudes, y en una de ellas estas tú presente para guiarnos y aprender colaborativamente con el fin de mejorar y ser críticos constructivos para avanzar y dar siempre el máximo para la educación de la niñez, gracias compañero y estamos deseos de verte nuevamente por nuestro Wala, que tu casa también es. Un cordial saludo