La clase
Hoy he hecho un largo viaje, primero en tren y después en autobús. Buena parte del viaje lo he pasado viendo una película, La clase, de Laurent Cantet. La película está basada en la novela de François Bégaudeau (que también es el profesor protagonista en la película) y se estrenó en 2008 – año en el cual ganó la Palma de Oro en el Festival de Cannes.
Aquí tienes un par de fragmentos:
¿Qué ves en ellos? Puede que veas un grupo de estudiantes con poco interés a pesar del esfuerzo del profesor por ser agradable, indisciplinados, despreocupados, incluso desvergonzados y con un uso del idioma poco respetuoso. Bien, no te preocupes, no tenemos que coincidir en nuestra apreciación o nuestra interpretación: creo en la opera aperta. Pero permíteme contarte qué veo yo.
Veo a un profesor frente a un grupo de estudiantes que no comprenden cuál puede ser el interés de lo que se le enseña, en una estructura de aprendizaje individualista, con actividades no sólo no significativas sino descontextualizadas y en las cuales el interés de los estudiantes por el significado contrasta con el interés del profesor por la forma.
¿Quién puede solucionar esta situación? Evidentemente, el profesor. En primer lugar, eligiendo sus objetivos de enseñanza en virtud a los intereses de sus estudiantes – que son más comunicativos que los de su profesor, como se ve más adelante en la película cuando les «encarga» la redacción de un autorretrato de manera exitosa; en segundo lugar, diseñando tareas de aprendizaje que tengan valor en si mismas y que no consistan en «buscar las palabras desconocidas en un texto»; en tercer lugar, organizando en su clase el trabajo de manera cooperativa; etc. En realidad, ¡hay tanto que se podría hacer!
Obviamente, sé que estos dos vídeos que te he mostrado no son la realidad: aunque parecen un documental, son ficción. La realidad de nuestros centros y de nuestras aulas no es así, ¿verdad?¿Verdad?
¿Es así tu aula?¿Se parece en algo a esta clase de Laurent Cantet y François Bégaudeau?¿Y qué vas a hacer tú para que no se parezca? Quizás podrías empezar por ver la película y, después, pedirle a un compañero que te grabe en vídeo, analizar tu práctica y compararla con la de la película. O simplemente podrías decidir qué aspectos de la práctica de François no te parecen adecuados. O quizás podrías pensar que habrías hecho tú en el lugar de François.
¿Te animas a jugar al juego del todo en uno, crítico de cine e inspector de educación? Venga, anímate, puede ser divertido, ¿no?
Salud
Grabarse las propias clases en video no es una práctica muy utilizada pero ayuda muchiiiiiisimo a corregir los tics nefastos que todos tenemos y las malas prácticas que sólo vemos en los demás.
Este vídeo refleja la realidad cotidiana. Pero hoy planteo otra cuestión: estamos a 6 de septiembre, el día 14 empiezan los alumnos y yo no sé aún de qué materias voy a ser responsable, de cuánto tiempo dispongo y a qué cursos voy a atender. Yo no me encuentro capacitada para improvisar un curso completo, con más de una asignatura, en menos de una semana. ¿Hay una varita mágica? ¿Es torpeza mía? ¿Cómo lo hago?
Un abrazo, Fernando. Reyes.
Lo de grabarse en vídeo para que otros compañeros nos analicen es una magnífica idea.
Nunca se me había pasado por la cabeza hasta que lo leí en el muy recomendable libro «Why don’t students like school» de Daniel T. Willingham (psicólogo cognitivo).
El autor plantea la diferencia entre experiencia (estar involucrado en una actividad) y práctica (hacer algo con la intención de mejorar el rendimiento). Dar clases durante muchos años es experiencia y sirve, hasta cierto punto. La práctica implica estar al día, formarse o obtener opiniones de otros compañeros que han entrado en nuestras clases o las han visto después en grabaciones de vídeo. Todo esto con un objetivo, intentar mejorar la acción docente.
El feedback es indispensable para poder mejorar, los mejores atletas del mundo tienen entrenadores que les guían convenientemente para mejorar su rendimiento. ¿Por qué somos distintos los docentes? Esta demostradísimo que uno mismo no se juzga imparcialmente y tiende a tener una mejor imagen de sus acciones de lo que en realidad son.
Me gustaría llevar a cabo esta experiencia de que otros profesores vean algunas de mis clases y me aporten sus opiniones. También me gustaría ver clases de compañeros de instituto. Supongo que lo podré hacer «en petit comité» y con algún profesor que esté tan chiflado como yo porque me temo que este tipo de acciones no suelen ser bien recibidas.
Empiezo a estar harto de que la mayoría de reuniones de profesores se centren principalmente en temas burocráticos y de gestión o en hablar de los malos alumnos. Llevo 5 años en la educación secundaria y aún es hora de que se hable de metodología en las aulas.
¿Alguien sabe de experiencias de feedback entre profesores que estén bien documentadas?
Saludos,
Carles.
Sobre todo si se hace en grupo, de forma sitemática y acotando que queremos mejorar.
No solo el vídeo puede ayudar a la mejora de la práctica docente, sino que también es un herramienta muy potente de mejora del trabajo del alumnado a través de su propia reflexión sobre lo que el grupo puede hacer para mejorar.
Son pocas pero existen las experiencias y son altamente motivadoras, os acompaño una:
http://aurl.es/4rs
Me parece que es buen profesor, pero a veces no basta sólo con la intención, yo no soy docente pero me ronda la cabeza prepararme una oposición docente, aunque viendo vídeos cómo éste pienso que no es tarea nada fácil, está claro que el profesor del vídeo está intentando por todos los medios que sus alumnos entiendan unos términos que para muchos de ellos les resulta absurdo, desconocidos e incomprensibles. Me parece, aunque claro hay de todo que el alumnado de hoy en día está desmotivado, y no sin razón, en una sociedad consumista como la tarea del profesor creo que cada vez es más complicada , incluso desde edades muy tempranas.
Otra película fascinante es la OLA
La Ola, es un film alemán inspirado los sucesos que tuvieron lugar en 1967, cuando tras cinco días de experimentos el profesor de historia Ron Jones tuvo que interrumpir el proyecto «La tercera ola» con el que pretendía demostrar a sus alumnos de la escuela Cubberley de Palo Alto (California) la dimensión real y los peligros de la autocracia. Obtuvo el resultado contrario. En 1981, el escritor estadounidense Todd Strasser narró en su libro «The Wave» bajo el pseudónimo Morton Rhue los hechos que ahora recupera el director Dennis Gansel en clave de thriller y ubicando los hechos en Alemania en la época actual. El filme obtuvo un gran éxito en el Festival de Sundance y consiguió erigirse como líder de taquilla en Alemania cuando fue estrenado.