El Proyecto Lingüístico de Centro en Andalucía (curso 2014-2015)

En Andalucía no es utópico pensar que un centro educativo pueda contar con un Proyecto Lingüístico de Centro (PLC) y poner así al servicio de la competencia en comunicación lingüística de su alumnado todo su potencial educativo. Y no es utópico porque, por un lado, desde hace muchos años hay centros que vienen trabajando en esta línea y porque, desde el curso pasado, la Consejería de Educación andaluza ha creado un programa específico para promover el Proyecto Lingüístico de Centro. Así pues, podemos hablar de un proyecto lingüístico de centro genuinamente andaluz.

En estas dos últimas semanas he tenido el privilegio de recorrer Andalucía contemplando como los centros que participaron el curso pasado en el Programa del Proyecto Lingüístico de Centro narraban su experiencia ante los centros denominados como «año cero». Comenzó «la gira del PLC» en Sevilla, como ya conté en una entrada anterior, y acabó en el CEP de Granada y entre una y otra sesión hemos escuchado a muchos responsables de PLC demostrar que se puede promover la coordinación a gran escala en el centro y que esta coordinación da frutos y resultados en términos de aprendizaje y desarrollo de la competencia en comunicación lingüística.

De todas estas sesiones extraigo algunas lecciones:

  • El PLC andaluz es inclusivo y plurilingüe. Entre los centros hay mucha preocupación por la atención a la diversidad, por atender al alumnado con dificultades y por sacar del pozo de los malos resultados al alumnado que allí se encuentra por la vía de la  mejora de la competencia en comunicación lingüística. Y, en segundo lugar, hay también mucho interés por hacer de esta competencia comunicativa una competencia rica, compleja, que aprecie la diversidad lingüística y sepa trabajar con ella y por ella: el plurilingüismo es un objetivo que ha calado en la escuela andaluza, más allá incluso de la red de centros bilingües.
  • El PLC quiere contribuir a recolocar las piezas del tablero del aprendizaje de lenguas. El PLC pretende poner a la oralidad en su sitio, en primera fila, por su importancia para la vida de nuestros estudiantes y también para sus aprendizajes. Por otro lado, el PLC quiere dar valor a la lectura y la escritura, y por ello el plan de lectura del centro se integra con naturalidad dentro del PLC – que suele tener objetivos más amplios que el plan de lectura – y se promueven actuaciones específicas por una escritura de calidad. Finalmente, el PLC pretende ubicar la atención a la forma (y la gramática) donde le corresponde, subordinada al mensaje y a la intención comunicativa y no como eje central de la enseñanza de lenguas.
  • El PLC no se ofrece como un «modelo» de actuaciones predefinidas sino como un esquema de trabajo que cada centro ajusta a su realidad. Para ello el punto de partida es el análisis de las necesidades del alumnado de un centro y de su contexto sociolingüístico, se continúa con el historial de actuaciones de ese centro y finaliza en la definición de una serie de actuaciones para la promoción de la competencia en comunicación lingüística y en las evidencias pertinentes para valorar si se ha tenido éxito o no.
  • El PLC es un ejercicio de coordinación y, por tanto, la clave de su diseño y puesta en práctica son las personas que constituyen la comunidad educativa (en su sentido más extenso). El diálogo, la negociación y la empatía son fundamentales para que proyectos de centro como este lleguen a buen puerto. Al mismo tiempo, herramientas como el «design thinking» aplicado al PLC o el «mapa de géneros» contribuyen a una reflexión colectiva exitosa.
  • La secuencia de trabajo dentro del Programa del Proyecto Lingüístico de Centro parece acertada: un «año cero» dedicado a la evaluación, la reflexión y el prototipado del PLC y un «año uno» centrado en poner en marcha las actuaciones recogidas en el PLC y a la obtención de evidencias relacionadas con las metas de aprendizaje que nos hayamos planteado en el «año cero». Los centros de «año uno» que han participado en las jornadas provinciales de estas dos últimas semanas ratifican la utilidad del año cero (y nuestro acierto en el diseño del curso de formación de personas coordinadoras, de lo cual me congratulo).

En definitiva, el experimento que supone el Programa del Proyecto Lingüístico de Centro parece avanzar firmemente. Los centros de «año uno» están animados y dispuestos a continuar el trabajo y las sensaciones respecto a los centros de «año cero» no pueden ser más positivas. Así pues, ¡seguimos!

Post scriptum:

Dos notas finales: en primer lugar, quisiera mostrar mi agradecimiento a la red de formación andaluza, tanto a los coordinadores provinciales de formación como a los equipos de asesoras y asesores de los distintos centros del profesorado. Sin vosotros proyectos como este serían imposibles: ¡gracias!

En segundo lugar, aquí dejo la presentación que he utilizado durante las Jornadas Iniciales del PLC, por si resulta de interés para alguien 🙂

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