Cómo hacer interculturalidad en tiempos de crisis
Como os conté en mi última anotación, he estado en Cantabria participando en el VI Congreso Regional de Educación, dedicado este año a la Interculturalidad.
Ha sido, como siempre desde el año 2004, un placer volver a Santander. Es emocionante ver que compromiso político y respuesta del profesorado se encuentran en este congreso año tras año (al menos en cuanto se refiere a asistencia al congreso y buenas voluntades en los pasillos y los comentarios). Hacer que coincidan cuatrocientos profesores y profesoras con el servicio de inspección, los centros del profesorado y los asesores y asesoras de la Consejería de Educación puede servir para unificar discursos, criterios y propuestas de actuación, o al menos para hacer explícitas las que cada uno lleve en su maleta.
Por otro lado, he conocido a Xavier Besalú, que impartió la conferencia inaugural, y a Miguel Ángel Alegre. También me he reencontrado con Jesús Gómez Picapeo y, además, compartí un interesante almuerzo con Carlos Iglesias (quien, además de ser buen actor y director, es un divertidísimo compañero de mesa; productores de España, den dinero a este hombre para que haga más películas, que todos saldremos ganando, incluso ustedes).
Hoy (ya no estoy en Santander pero así lo anunciaron ayer) se presentarán las líneas generales del II Plan cántabro de Interculturalidad. En mi opinión hay diversas preguntas flotando en el aire:
- El modelo cántabro de atención al alumnado de origen extranjero se caracteriza por ser un modelo inclusivo centrado en torno a los coordinadores y coordinadoras de interculturalidad, profesorado formado en cada centro para atender a esta temática; siempre me ha parecido esto un acierto y así lo he reconocido públicamente en muchas ocasiones. Ahora la primera pregunta, obvia. es si ha sido eficaz la inversión en coordinadores y coordinadoras interculturales; para ello necesitaríamos saber qué resultados ha generado esta innovación tanto en cuanto a logro académico y lingüístico del alumnado como en cuanto a cambios en las estructuras de enseñanza-aprendizaje dentro de la escuela. Es decir, ¿han sido realmente estos coordinadores y coordinadoras realmente agentes de mejora, cambio e innovación? Si así ha sido, ¿cuál ha sido la clave? Si no ha sido así, ¿cuáles son los problemas que han podido ocurrir?
- En el actual estado de las cosas (sobre todo la aparición de las competencias básicas en la definición del currículo), ¿qué decisiones van a tomar los centros para promover la competencia en comunicación lingüística del alumnado de origen extranjero? Entiendo que ahora la pelota está en el tejado de los centros y que las dos medidas más efectivas que se pueden tomar pasa por la elaboración de un Proyecto Lingüístico de Centro, que reconozca y trate la diversidad lingüística adecuadamente, así como por la adopción de un enfoque AICLE (hablaremos de esto aun más en las siguientes anotaciones, estoy en Barcelona en la Mesa Redonda sobre AICLE así que…) para la enseñanza de lenguas en los centros tomando como referente las experiencias de los centros bilingües que están apareciendo por toda España. ¿Se van a adoptar medidas de este tipo?¿Cómo se apoyará a los centros para que así lo hagan?¿Qué otras medidas pueden tomar y cómo lo harán?
- Por último, ¿cómo se puede hacer interculturalidad en tiempos de crisis?¿Le temblará la mano al gobierno cántabro – como otras manos empiezan ya a temblar y como en otros sitios ya temblaron – para asignar recursos destinados a la atención del alumnado de origen extranjero? Espero que no, sería un error. Tenemos que preparar a todo nuestro alumnado para una economía más productiva y más exigente consigo misma (no dicen eso los neoliberales, no dicen eso los economistas, no dicen eso el FMI y demás instituciones del poder económico, aunque yo a todos estos les diría que se exigieran también más a ellos mismos y menos a los trabajadores). Pues en eso consiste esta historia, en preparar de la mejor forma posible a TODOS – no sólo a los que hablan castellano en su casa, porque quizás el mejor químico y la mejor oncóloga del 2050 hablen hoy chino o rumano – , y para eso hacen falta recursos. Estaremos atentos, cariñosos pero atentos.
En fin, envío un abrazo a las amigas y amigos que dejo en Cantabria. El año que viene prometo estudiarme la «competencia matemática» si prometéis llevarme de nuevo a vuestro Congreso.
Saludos
Como coordinadora de interculturalidad en Cantabria, comentar que son muchas las dificultades con las que nos encontramos.Quizá la que más destaca es la falta de tiempo, pues no tenemos dedicación exclusiva, no somos «especialistas» de interculturalidad, yo lo compagino con mi tarea de tutora y tengo asignadas 2 horas y media semanales para este cargo.Es cierto que fuera del horario escolar se invierten muchas horas, pero la dificultad está en coordinarse (nuestra función) con el resto del profesorado.
Querida amiga, gracias por tu comentario.
Imagino que son muchos los problemas a los que os enfrentáis y por eso es importante saber si el modelo es exitoso o no, en qué medida y en relación con qué aspectos de la enseñanza y aprendizaje de las lenguas y demás aspectos interculturales y curriculares.
¿Tenemos una evaluación – formal y externa – del programa? Sería útil, como digo en la anotación.
Un fuerte abrazo
Fernando