Centros de implantación de doctrina
«Este centro será un auténtico centro de formación [del profesorado], no un centro de implantación de doctrina». María Dolores de Cospedal
Es habitual en la retórica parlamentaria acusar al político del bando contrario de todo aquello que el idioma permite. Se entiende que esto entra dentro del juego político y no hay enfado ni querella tras la agresión verbal.
Sin embargo, no es frecuente ni deseable ver que un representante político acuse a personas que no se dedican a la política de algo como la «implantación de doctrina». Estas personas no son, obviamente, religiosos, misioneros ni nada parecido; en este caso la acusación habría tenido algún fundamento y no cabría el enfado.
Las personas a quienes la señora Cospedal acusa de adoctrinadores son los asesores y asesoras de los centros del profesorado de Castilla-La Mancha. Ya Jordi Adell dijo qué pensaba sobre el tema y ahora a mí me gustaría, por solidaridad con todos estos trabajadores y trabajadoras, decir algunas cosas (aunque no me escuche nadie ni haya posibilidad de cambiar las decisiones que han sido tomadas):
- El cambio de modelo en la formación permanente del profesorado que está realizando el Partido Popular en aquellas comunidades donde gobierna (es decir, en casi todas) no está avalado por ningún estudio, informe o investigación. Sin estos avales, ningún cambio tiene fundamento ni perspectivas de suponer una mejora sustancial del modelo anterior.
- El Informe TALIS, de la OCDE, indica la importancia de la formación permanente del profesorado y muestra líneas de desarrollo que están aun por explorar. Espero que en ese «modelo de formación permanente» se hayan tenido en cuenta estas recomendaciones de la OCDE pero con un único centro (geográficamente alejado en aquellas comunidades con una gran extensión, como Castilla-La Mancha, o mínimamente dotado de personal en las comunidades con mucha población, como Madrid) parecen muy difíciles de cubrir.
- Las propuestas fundamentales para un desarrollo profesional efectivo del profesorado son bien conocidas y ya las recogí en una entrada en Educacontic, pero creo que son pertinentes también ahora:
- El desarrollo profesional del docente debe ir encaminado a la mejora de los resultados de los estudiantes, incluyendo una evaluación que permita reflexionar sobre la incidencia de su formación en el aula.
- La formación debe ofrecer contenidos valiosos que integren conocimientos y competencias mediante oportunidades para aprender y aplicar la información.
- Los mecanismos de desarrollo profesional deben ser consistentes con los procesos de aprendizaje en el aula, es decir, los «contenidos» de la formación se deben poder pilotar y valorar en contextos reales.
- El desarrollo profesional debe ofrecer oportunidades para aprender con otros colegas y otros agentes sociales (empresarios, representantes políticos, miembros de ONG, etc.).
- El desarrollo profesional debe promover el liderazgo activo del docente en su aula, del profesorado en su centro, del equipo directivo ante la comunidad, del centro en su entorno.
- La desaparición de la red de centros del profesorado no favorece el desarrollo profesional del profesorado sino que lo dificulta, especialmente el desarrollo del profesorado más alejado de los grandes centros urbanos y sus recursos de desarrollo informal (librerías, salas de conferencias, universidad, etc.).
Sin paliativos, llamar «centros de implantación de doctrina» a los centros del profesorado es uno de los insultos más grave que he escuchado nunca de un representante político hacia sus propios ciudadanos y ciudadanas. Transmite revanchismo ideológico frente a una estructura que ha estado al servicio del profesorado y que, probablemente, tenga entre sus trabajadores y trabajadoras a votantes de todo tipo de tendencias políticas. Si este es el camino que ha elegido el Partido Popular para mejorar la escuela pública, no es un buen camino.
Especialmente, cuando esos «adoctrinadores» han sido quienes han promovido la mejora y la innovación educativa en España, normalmente ante la ausencia de la universidad a la cual ahora se le «regalará» la formación permanente para sanear su cuenta de ingresos. Cuando había que formar al profesorado para atender a la población inmigrante, ahí estuvieron los CEP; cuando llegaron las TIC, ahí estuvieron los CEP; para formar a los equipos directivos, ahí estaban los CEP; la llegada del constructivismo a la lectura y la escrituraa no habría existido si no existieran los CEP; la renovación de la didáctica de las matemáticas debe mucho a la existencia de los CEP; hasta la asignatura de religión ha tomado cuerpo, en buena medida, gracias a los CEP.
Lo diré claramente: la desaparición de la red de centros de formación del profesorado es un paso atrás de nuestro sistema educativo. Si no funciona bien, mejórese; si es deficitaria, corríjase; si es defectuosa, repárese. En fin, la mejora, así, no.
La creación de los centros del profesorado fue un logro histórico para el profesorado que ahora ya nadie recuerda. La pregunta es: ¿será la Red nuestro único espacio de encuentro?
Una última cosa:
¿Se cerrarán los CEP de Castilla-La Mancha sin que sus directores y directoras nos envíen un informe con las actividades a las que se han dedicado los centros todos estos años? Espero que no sea así.
¿Se cerrarán los CEP sin que los asesores y las asesoras nos demuestren que en lugar de adoctrinar lo que hacían era facilitar?¿Se atreverá alguien a decir que no era un adoctrinador, sino un facilitador? Seguro que sí. Necesitamos que sí.
Como antiguo asesor de formación en la Comunidad de Madrid no puedo sino sintonizar con el contendo del artículo, no tanto por lo que tiene de defensa -necesaria- de un colectivo siempre minusvalorado, el de los asesores de formación, como por la gravedad de la medida tomada y de la que podemos hablar con conocimiento de causa los profesores madrileño. La falta de credibilidad de la supuesta «formación» que recibimos los profesores se sustenta en la existencia de un centralismo abaratador de la oferta, que no tiene en cuenta las necesidades peculiares de cada centro, su historia como espacio de autoformación, que no atiende los proyectos de centro, que no basa la oferta formativa en ningún procedimiento de detección de necesidades de formación, que impone y, ahora sí, pretende adoctrinar o, más bien, eliminar toda aquella faceta del libre pensamiento que atente contra la monolítica y personal visión de la educación que los líderes que no lideran la administración educativa madrileña pretenden imponer.
Ahora, en Madrid, gracias a la eliminación de los Centros de Profesores, solo nos queda formación online de dudosa repercusión en la actividad de aula y una ausencia total de debate educativo en los centros, una nula presencia de los procesos de innovación educativa, una inexistente incentivación de la renovación pedagógica.
Eso sí, cada año tengo 3-4 certificados que acumular en un currículo que siento cada vez menos realista y más devaluado.
Pena de política educativa, que diría mi querido Forges.
Ma da la impresión (no sé si equivocada) que hay cierto conformismo con la situación, cierto sentimiento de derrota. Desde los equipos pedagógicos de los CEP no ha habido la suficiente constestación a todas estas agresiones recibidas. Es cierto que los sindicatos (no todos) están defendiendo bien el sostenimiento de la red de formación pero también a ellos se les ningunea desde una administración que miente más que habla y que, como bien dices, les falta toda argumentación sobre la formación permanente; solo se basan en el revanchismo. Pobre espíritu de una pobre administración educativa. Estamos dando pasos atrás a marchas agigantadas. Dentro de un año, no nos reconoceremos en esta comunidad. En los centros se respira tristeza, a veces incluso enfrentamientos, se ha perdido la motivación y el profesorado se está refugiando en actitudes individualistas. Esto preocupa porque baja el nivel de entrega que esta profesión requiere. El gobierno de Cospedal está sumiendo a esta comunidad en una tierra gris y oscura.
Gracias por tu artículo, Fernando.
Como bien dice Alejandro estamos, en los Equipos Pedagógicos de los CEPs de CLM, viviendo un periodo de desmotivación, creo que motivado por tantas acusaciones vertidas hacia nuestro trabajo de Asesores/facilitadores en boca de personas muy importantes en la Administración. Con anterioridad, se dijo también, que el nuevo modelo de formación iba a hacer de ésta una actividad más efectiva y cercana. Hago balance de mi trabajo y de lo realizado también por mis compañeros/as, en el CEP y me quedo asustada y sorprendida: hemos adoctrinado de manera poco eficaz y poco cercana…. ¡y nosotros todo este tiempo intentando ser agentes externos educativos que intentan incentivar y acompañar el trabajo de muchos claustros y de muchos profesores que voluntariamente elegian la formación que diseñábamos. Y lo hemos hecho poniendo en ello, mucho interés, mucho estudio crítico y mucha profesifonalidad. Pero, creo que para algunas personas esto no ha sido visto así. El tiempo lo dirá.
Un abrazo.
Gracias, gracias a los tres por vuestros comentarios.
En los tres hay tristeza y desesperanza y de verdad que lo siento.
Sin embargo, Esperanza, coincidiendo contigo en tus afirmaciones, discrepo en el cierre de tu texto.
No podemos permitirnos un «el tiempo lo dirá». Antes de echar el cierre los CEP de Castilla-La Mancha tienen que demostrar para qué han servido y qué se pierde con su cierre.
Os lo pido encarecidamente pero sin ninguna autoridad. Os lo pido por dignidad. Os lo pido por profesionalidad. Os lo pido por amistad.
Necesitamos vuestros argumentos para sentirnos sujetos de la historia y no moneda de cambio a quien se puede insultar sin que ocurra nada.
El silencio, en este caso, no ayuda. Hay que vencer la desesperanza para una última tarea, la que siempre hacemos los profes antes de cerrar el cole por vacaciones: la evaluación. Os falta hacer la evaluación.
Contadnos experiencias concretas, no los grandes números. Casos de profes y de centros que han innovado a través de vosotros, que han cambiado, que han mejorado su práctica. Dad argumentos para la resistencia, no silencios para el sometimiento.
Muchos hemos creído en vosotros todos estos años; ahora queremos seguir creyendo.
Fernando
El tiempo que trabajé en un PCPI tuve el apoyo incondicional (nosotros estabamos en parte fuera de sus competencias, eramos un centro atípico y no reglado). Trabajamos juntos y colaboramos, no sentí ningún tipo de adoctrinamiento Marchesiniano si es que eso se refiere la Presidenta de la Mancha. Reconozco no sé a qué se refiere. Leeré también a Jordi.
Estamos como siempre decretando a golpe de legislatura y no de coherencia, así nos va.
Un abrazo y feliz año nuevo.
joe tengo 5 minutos (cojo avión a Bilbao) para responderte y después de haberlo hecho tengo que empezar de nuevo.
Decía que a mí m e ayudó mucho el CEP en Euskadi se llaman Berritzegunes y eso que no tenía que hacerlo yo trabajaba en un centro atípico de PCPI cuando la PCPI no estaba regulada y eran PGS. No tuve ninguna pega y tampoco la sensaciónd e ser adoctrinado Marchesinianamente si es que a eso se refería la Presidenta de la Mancha. Realmente no sé a qué se refiere. Leeré a Jordi como propones a ver que cuenta.
Un saludo y feliz año.
(Corto para pegar en caso de…)
Hostia si tienes habilitada la aprobación.Soy un paquete… no publiques esto por favor olvida lo del 28D 😉
¿Y yo que creo que nos infravaloramos? Creo que es perfectamente posible crear una organización para la formación del profesorado autónoma, independiente de la que oferte la administración. No en lucha con ella, no. Ni a favor. Independiente. Es decir, que no se vean afectadas cuestiones técnicas por los vaivenes políticos ni por la escasa formación de dirigentes políticos, que tras hacer una carrera de derecho (normalmente) creen que ya entienden de todo.
Una organización para una formación del profesorado que se base en las líneas que tú indicas, que son las que avala la comunidad investigadora, que es la que sabe de esto.
No sé si podemos cambiar el sistema educativo. Pero sí estoy convencido de que podemos crear nuestra propia organización para la formación del profesorado que quiera.
Mundos pequeños muy interconectados, que decíamos en el EABE11…
Estamos en una encrucijada educativa y social muy difícil. Entre esos posibles cambios está el de la formación docente y, ahí, los CEP han sido muy útiles e importantes(aunque una buena parte del profesorado no lo aprecia, como no aprecia otras cosas, y existe un cierto desprecio hacia su labor: «desertores de la tiza» les llaman a los asesores aquellos y aquellas que ven una amenaza en mejorar e innovar, porque están muy cómodos en su papel tradicional y acartonado). Son, en definitiva, los que han apoyado y mantenido las necesidades de formación del profesorado. Pero, no lo olvidemos, de la parte (personalmente creo que no mayoritaria)que está dispuesta a mejorar a innovar. Veamos como evoluciona esto, pero si consideramos que el profesorado es el único que puede mejorar resultados y no se puede formar para ello, pues, ya sabemos qué queda. Lo que propone José Luis es algo que va asentándose pero que considero que puede ser complementario, nunca sustitutivo de alguna institución formativa. Pero ¿quiénes formamos parte de esas redes, un 10 % del profesorado? No es poco, pero tampoco excesivo, ni muy extendido.
Lo único cierto es que sin formación y capacitación docente, no habrá mejora. Que cada uno y cada una asuma su responsabilidad.
Gracias, Fernando por contestar a la lamentable aportación de la Sra Cospedal. Como asesora en uno de esos denostados «centros de adoctrinamiento» en Bollullos del Condado, Huelva, te diré que en mi equipo trabajamos con ahínco y creemos en la mejora y perfeccionamiento profesional docente, por lo que me siento especialmente ofendida por las palabras de esta dirigente. Desde nuestras asesorías nos replanteamos, constantemente, estrategias para incentivar la mejora, la innovación y la difusión de las buenas prácticas educativas, y, no sólo eso, ya que nos negamos a circunscribir nuestras funciones a la mera gestión y organización de actividades formativas, ya que generamos propuestas, elaboramos materiales y asistimos al profesorado en cuantas necesidades nos plantean.
Desde nuestro CEP incidimos y promovemos que la Formación tenga lugar EN EL CENTRO Y PARA EL CENTRO, en detrimento de la selección individualizada y a la carta que predomina en aquellas CCAA donde prevalece la modalidad on line. Desde nuestra función asesora procuramos generar todo tipo de ofertas educativas y en todo tipo de modalidades (presenciales, semipresenciales y on line, entre otras) para satisfacer las demandas docentes, constatando que la verdadera formación requiere una clara incidencia en el Aula, y que, por tanto, que la citada formación sólo tiene sentido cuando el profesorado la comprende en términos de COMPROMISO. Desde mi punto de vista, la actualización profesional constituye un verdadero pilar para el denominado «éxito educativo», del que también tendríamos mucho que hablar. Será en otra ocasión. Gracias, Fernando. Feliz Año.
Lo prometido es deuda; aquí está mi comentario:
Creo que todos estaremos de acuerdo en que la formación del profesorado es esencial para la calidad de la educación. Dentro de esta formación distinguiría por una parte la «formación inicial» en la que habría mucha tela que cortar pero que no es objeto del debate que nos ocupa y por otra parte la «formación permanente».
En esta formación permanente es donde toman su sentido los Centros de Profesorado organizados de diferente forma según la comunidad autónoma pero con un nexo común que no es otro que la de ser facilitadores de la innovación y actualización pedagógica del docente. Precisamente es en este punto donde hemos de ser más activos, donde hemos de hacer visible tantas iniciativas que nos han permitido y, ojalá nos sigan permitiendo, crecer profesionalmente en un profesión tradicionalmente individualista y aislada.
Por eso hemos de hacernos oír y huir del conformismo de que no podemos hacer nada contra las decisiones políticas tomadas ya que somos parte esencial del sistema educativo, es más, diría que somos la «autoridad educativa» muy por encima de los vaivenes políticos.
A la vista de los tiempos que se nos avecinan hemos de redoblar nuestros esfuerzos por procurar la «visibilidad de nuestro trabajo», unos como docentes, otros como asesores, pero también ser creativos en las formas de perfeccionamiento profesional y, al hilo de lo comentado por José Luis Castillo, crear redes de formación para evitar el «adoctrinamiento», pero no el que supuestamente se imparte en los CEP según la señora Cospedal, sino precisamente el que tanto ella como el político de turno puede intentar con una formación permanente centralizada y tutelada.
Es prioritario decir alto y claro que para los docentes es imprescindible una formación permanente, que estamos dispuestos a ello y que hemos de encontrar las formas organizativas para que no dependa del adoctrinamiento político; no olvidemos que «la educación es un arma cargada de futuro».
Un abrazo, Fernando y ¡Feliz Año Nuevo!
Con todos de acuerdo. Hay que empezar a ver dónde está el camino. Entre el único centro que quieren crear en CLM (lejano, distante, descontextualizado de la realidad castellanomanchega, etc) y los centros educativos queda un espacio abierto para otras actuaciones. Sí, es hora de recuperar los movimientos de renovación pedagógica, el asociacionismo, los colectivos, las redes… Puede que seamos ciertamente el 10%; suficiente. En muchos casos, los CEP no se circunscriben a un espacio o a una sede física; han creado un espíritu, una forma de hacer, una manera de entender la labor educativa. Fernando, pides una evaluación, pides ejemplos que den sentido y razón a nuestra labor. En ello estamos y existe documentación suficiente. Nuestro esfuerzo se dirige ahora ha mantener vivo ese espíritu y a crear la posibilidad de encontrarnos porque aunque parezca que no, muchos se sienten huérfanos y eso nos dará la fuerza.
Probablemente en un medio tan ágil este comentario llegue tarde pero dejar un tiempo para reflexionar no viene mal en el caso que nos ocupa.
Primero agradecerte las palabras cariñosas que siempre tienes para el que debiera ser un colectivo, cosa que hemos demostrado no ser, el de asesores de Centros de Profesores. Es lo primero que desmiente las palabras de la Presidenta, para adoctrinar primero hay que pertenecer a un colectivo que lo pretenda.
Las palabras de nuestra Presidenta duelen por crueles, nadie nos ha pedido nuestras adscripciones políticas para acceder a desempeñar el trabajo de asesor en un Centro de Profesores, competimos en igualdad de condiciones con todos aquellos que quisieron presentar un proyecto y defenderlo ante un tribunal, todo conforme a lo diseñado por quienes en ese momento dirigían la política educativa de la comunidad. Además siembra la duda de la profesionalidad de los docentes castellano-manchegos pues dejarse adoctrinar implica una complicidad con quien lo intenta.
No hace falta herir a nadie para justificar un cambio en el modelo formativo, tienen toda la legitimidad democrática para hacerlo. ¿No será que les falta la legitimidad técnica para acertar en el cambio? ¿No será que necesitan justificaciones externas para cambiar lo que ha funcionado de forma aceptable?
Si se ha de cambiar o reformar este servicio que se haga con la legitimidad que da una evaluación de su funcionamiento y no se busquen excusas que hieren a tanta gente que ha trabajado convencida de que su esfuerzo ha contribuido a la mejora de la educación en esta comunidad.
No quiero que se me agradezcan los servicios prestados, lo elegí voluntariamente y se me ha pagado lo que estaba establecido, pero tampoco me gusta que se me insulte para servir de canal para zaherir al adversario político.
Recojo el guante lanzado por Fernando y separando la rabia que inspira este comentario próximamente realizaré otro con una pequeña historia que ilustra el trabajo callado que hemos ido haciendo durante tanto tiempo.
Gracias Fernando por despertar la necesidad de expresarnos y de evaluar nuestro propio trabajo.
Probablemente en un medio tan ágil este comentario llegue tarde pero dejar un tiempo para reflexionar no viene mal en el caso que nos ocupa.
Primero agradecerte las palabras cariñosas que siempre tienes para el que debiera ser un colectivo, cosa que hemos demostrado no ser, el de asesores de Centros de Profesores. Es lo primero que desmiente las palabras de la Presidenta, para adoctrinar primero hay que pertenecer a un colectivo que lo pretenda.
Las palabras de nuestra Presidenta duelen por crueles, nadie nos ha pedido nuestras adscripciones políticas para acceder a desempeñar el trabajo de asesor en un Centro de Profesores, competimos en igualdad de condiciones con todos aquellos que quisieron presentar un proyecto y defenderlo ante un tribunal, todo conforme a lo diseñado por quienes en ese momento dirigían la política educativa de la comunidad. Además siembra la duda de la profesionalidad de los docentes castellano-manchegos pues dejarse adoctrinar implica una complicidad con quien lo intenta.
No hace falta herir a nadie para justificar un cambio en el modelo formativo, tienen toda la legitimidad democrática para hacerlo. ¿No será que les falta la legitimidad técnica para acertar en el cambio? ¿No será que necesitan justificaciones externas para cambiar lo que ha funcionado de forma aceptable?
Si se ha de cambiar o reformar este servicio que se haga con la legitimidad que da una evaluación de su funcionamiento y no se busquen excusas que hieren a tanta gente que ha trabajado convencida de que su esfuerzo ha contribuido a la mejora de la educación en esta comunidad.
No quiero que se me agradezcan los servicios prestados, lo elegí voluntariamente y se me ha pagado lo que estaba establecido, pero tampoco me gusta que se me insulte para servir de canal para zaherir al adversario político.
Recojo el guante lanzado por Fernando y separando la rabia que inspira este comentario próximamente realizaré otro con una pequeña historia que ilustra el trabajo callado que hemos ido haciendo durante tanto tiempo.
Gracias Fernando por despertar la necesidad de expresarnos y de evaluar nuestro propio trabajo.
Viendo este interesante blog me parecer importante mostrar mi apoyo al CEP de Toledo y hacerlo extensible a todos los profesionales de la educación que se han dedicado a investigar para mejorar la calidad del proceso de enseñanza-aprendizaje en todas sus vertientes y para dedicar esos esfuerzos en formar a otros profesionales.
En el pequeño centro en el que trabajo llevamos varios años desarrollando diferentes proyectos de innovación que han cambiado el modelo de Centro y que se han llevado a cabo gracias al esfuerzo de la comunidad educativa y una excelente relación con el CEP y sus profesionales, que siempre han atendido nuestras demandas sobre asesoría, formación e incluso materiales de manera muy positiva.
La formación contínua del profesorado, las decenas de reuniones de investigación junto a otros profesores en el CEP, facilitar formación sobre los enfoques metodológicos, potenciar el trabajo digital del alumno en nuestro centro y contar con un asesor que dinamizaba nuestras ilusiones nos ha ayudado en nuestro camino.
La formación se hizo extensiva incluso a los padres, desarrollando un proyecto de escuela de padres que hoy sigue vigente y que permite en zonas con menos medios poder desarrollar una formación integral en la que participan de manera coordinada el centro y las familias.
Creemos en la figura del asesor que se implica y participa en las dinámicas del centro, en el asesor que investiga y que presta atención a nuestras demandas, en una figura cercana que aporta y suma en el centro y que deja abierta la puerta a nuevas ideas, experimentación, autoformación, que es facilitadora de recursos e impulsa la actualización metodológica y del debate didáctico en los centros y nosotros la hemos encontrado en nuestra relación con el CEP y de manera particular con nuestro asesor.
Hola Fernando, lo clavas en tu artículo. Son ya muchos los CEPs y los compañeros y compañeras, que ya habían tomado ese camino de ayudar al desarrollo profesional del docente en el contexto en el que trabajan, muy por delante de la normativa actual, y es que los cambios normativos suelen ser más lentos que lo que la realidad impone. Como bien comentas, la cercanía es uno de los aspectos que el profesorado más valora, y el trabajo conjunto entre los centros y las asesorías es clave para avanzar en ese desarrollo profesional. Es un camino que requiere de experiencia, formación y capacidad de negociación por parte de la persona asesora, así como confianza del profesorado en su labor, para lo cual necesita ganarse su apoyo y respeto, (lo que normalmente lleva cierto tiempo). En estos últimos años, es el camino que se está imponiendo (tomando como punto de partida en muchos casos los resutados de las pruebas de diagnóstico) y con buenos resultados. Esto es algo que muy difícilmente (por no decir imposible) se puede lograr con un modelo centralizado.
Desde luego ni mi labor, ni la de todos los compañeros y compañeras relacionadas con la red de formación que conozco, ha tenido nada que ver con el adoctrinamiento, y sí con acompañar, ayudar y colaborar con el profesorado la mejora de la Educación y del éxito escolar. Sin duda la red de formación es mejorable, pero los cambios deben ser en el sentido que indicas en tu post y no con cambios que nos hacen retroceder muchos años algo que, como con los temarios,parece estar últimamente de moda.