La fuerza de las pequeñas cosas por hacer

Tienes razón: todo el mundo intenta decirte qué debes hacer. La gente hace decálogos, prepara guiones, te ofrece sugerencias y expone sus indicaciones, sus instrucciones o, directamente, sus órdenes. Quizás pienses: «Todos creen saber qué debo hacer».

Pero ninguno está en tu clase. Nadie ha convocado una reunión con tus padres ni ha hablado con las cinco madres que vinieron. Ninguno de los que escriben en sus blogs, sus revistas y sus libros comprende qué difícil es prestar atención a la diversidad cuando tienes treinta y cinco diversidades frente a ti. Nadie parece comprender cuánto te ayuda el libro de texto cuando todos lo critican.

Y, verás, yo soy uno de esos listillos que escriben con tanta facilidad el verbo «deber»; en muchas ocasiones he escrito lo que pienso que deberías hacer y en muchas otras ocasiones he hablado en público con total seguridad acerca de lo que pienso que deberías hacer.

Pero en realidad, no sé lo que puedes hacer. Y eso marca la diferencia.

No sé dónde están tus límites, ni siquiera sé cuáles son tus límites. Puede ser tu entorno, tu equipo directivo, tu inspector de zona; pueden ser los materiales, los recursos, las infraestructuras; puedes ser tú: tu formación, tu ilusión, tu valor. ¿Sabes tú cuáles son tus límites?

Quizás si pudiéramos, entre todos, dibujar el contorno de nuestra capacidad de actuación, las fronteras de lo posible, entonces podríamos decidir por dónde podemos comenzar a cambiar las cosas. Porque algo parece que tiene que cambiar: tú nos estás contenta (o contento, no te enfades); los padres y las madres tampoco lo están; la «administración» no parece estarlo; los niños y las niñas, si miramos con atención, tampoco son felices. Algo tiene que cambiar.

Pero tú no puedes cambiarlo todo. Tú estás en tu clase, con tus alumnos y tus alumnas.

Aunque quizás no haya que aspirar a cambiarlo todo. Quizás un pequeño gesto. Una idea cada curso, un pequeño proyecto, simplemente algo que recordar cuando llegue julio.

Quizás esa sea la clave de todo esto: ¿cuál ha sido tu proyecto para este año?¿cuál es tu proyecto para este trimestre?

La suma de todos nuestros pequeños proyectos sí puede cambiar el mundo.

Salud

9 Comments

  • Creo que has dado de lleno con el espíritu que ¿debe? (ya no me atrevo a usar ese verbo!) aparecer en EABE10.

    No lo he visto formulado antes como tú lo acabas de hacer…

    ¡Felicidades por la inspiración! 🙂

  • balhisay dice:

    Hola Fernando, me parece un artículo muy revelador de la gran diversidad de situaciones en las que nos encontramos y la dificultad de las medidas y soluciones estandarizadas. Lo que más me gusta es lo que propones: el paso, el pequeño proyecto, el pequeño cambio, que sumado a los otros pequeños cambios puede transformar nuestro entorno. Así parece un poco más fácil.

    Un saludo.

  • A riesgo de hacerme pesado (¡más pesado!) aprovecho este lugar y cuento mi proyecto este trimestre para mis aulas.

    – Consolidar la participación del alumnado en la evaluación, mediante preguntas propuestas por ellos/as, de acuerdo a unas características acordadas (compatibles con competencias).

    – Dar forma más clara y mejor presentada a la programación de aula de mis diversas materias y hacerla tan pública y visible como me sea posible, principalmente para familias (alumnado la conoce bien) y compañeros/as.

    – Continuar con la apertura de mi aula a tanto profesorado como me sea posible.

    – Consolidar la propuesta de PLE-GLE (personal-group learning environment) al alumnado y ampliarla si ello es posible, darle una forma más clara y hacerla más pública y visible.

  • Hola, Fernando. Gracia spor tu pst que reivindica un comentario.
    Es bueno y necesario pensar en eso que dices e intentar llevarlo a la práctica.
    Queda un trimestre más o menos corto y mi proyecto para el desarrollo del mimso es:
    – Intentar que mi alumnado trabaje en grupo sobre un tema seleccionado por ellos, organizándose entre ellos, compartiéndolo.
    – Que se evalúen unos a otros y a sí mismos.
    – Que mantengan frescos sus blogs personales y los inunden de comentarios.
    – Que los más necesitados obtengan la mayor ayuda y el máximo de autonomía, sin importarles mucho la evaluación inquisitorial que suele realizarse.
    Bueno, unas pocas ideas.
    Salud

  • Gracias a los tres por vuestros comentarios y, también, JL y Daniel, por vuestros proyectos.

    Cambio pequeño, cambio tranquilo, cambio seguro!!

  • Ojeda dice:

    Pero es que si los cambios son tan pequeños -y solo estoy pensando en mi- puede que ni siquiera alcancen ea ‘categoría’ de cambio y se queden en una mera exposición de ‘buenos propósitos’ sin compromiso de cumplimiento. Propongo que como mínimo, esos proyectos se hagan públicos, bien aquí, (como ya han hecho dasava y jlcastillo)o en cualquier otro sitio, o simplemente diciéndolo a tus allegados como lo de las donaciones de órganos; y que también nos pongamos un tiempo para revisar/evaluar y compartir los logros (o los fracasos, que en cualquier caso, nunca serían fracasos del todo) o a dónde nos ha llevado nuestro compromiso… (Sé que volverás a postear esto -o algo similar-a principio de curso y tal vez entonces sea un buen momento para rcapitular y reiniciar, continuar, modificar o lo que sea.
    Por mi parte, y para que no sea todo sermón, me he propuesto trabajar más a fondo sobre la evaluación (ya somos dos de tres, je, je…) y poner todo lo que recoja, estudie, aprenda.. a disposición del personal interesado. En este mes tengo tres sesiones de formación con ese tema como referente. Ya os contaré…
    D.

  • Lleva razón Diego. Hay que tratar de hacer visible el trabajo. Me comprometo a intentar añadir vídeo o algo así al proyecto, para que muestre qué ocurre realmente en el aula. Los acumularé y trataré de irlos publicando conforme me sea posible. Procuraré contarlos en mi blog o donde sea posible.

    Por cierto, Daniel. ¿Cuando pase un mesecito o así hablamos cómo va lo de la evaluación entre iguales? A mí no me está funcionando bien del todo. Resistencias (lógicas) del alumnado a opinar sobre otros… Lo mejor que me ha salido es explicar a partir de exámenes: primero se le pregunta a la clase qué piensan que sería una buena respuesta y por qué (aprenden a partir de crear criterio de evaluación) y luego alguien hace anotaciones al examen de quien sea, pero sin hablar en público en qué ha consistido la respuesta ni qué se ha corregido (la calificación la pongo yo).

  • paloma dice:

    Hola!!
    Interesantes comentarios. Quizá la «Resistencia al cambio» precise de que estos sean pequeños. Granito a granito…
    Es mas viable y «Visible» un pequeño proyecto a corto plazo que un gran proyecto que acaba diluyendose en el tiempo y en la implicación.
    Saludos

  • Hola,Fernando y a todos,
    debo confesar que suelo colarme «De estranjis» en tu blog porque me gusta mucho lo que planteas. Este curso he empezado con mucha ilusión, como casi siempre, doy clases de ingles en el sur de Tenerife y mi proyecto es colaborar con el grupo bilingüe y sobretodo, con el uso de los entornos virtuales con el alumnado. Creo que tengo mucho que trabajar aquí.
    Además, voy a tomarme en serio lo del uso de rúbricas para la evaluación, porque el curso pasado hice algunos pinitos y fue algo bastatne útil, especialmente para la coevaluación. Comentaba un compañero en el blog que a veces le resulta difícil que los alumnos opinen de los demás, pero con la rúbrica les sirve a todos para saber lo que se espera de ellos. Para mis alumnos fue una herramienta de evlacuión muy honesta y clara.
    Un abrazo a todos
    remedios

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