Digital entreprelearning: ponencia para la clausura de #iLincEdu21

«Emprendimiento» es una palabra de adeptos o enemigos. Un amplio sector de la profesión docente no quiere oír hablar de emprendimiento y relaciona el concepto con el proceso de conversión de los centros educativos en entornos de formación de trabajadores, en el mejor de los casos, o con una trampa discursiva, en el peor de los casos, para un alumnado que se enfrenta a un mundo laboral que devora seres humanos. Al otro lado del ring, algunas instituciones hablan de emprendimiento como si fuera el nuevo Santo Grial y lo persiguen asumiendo que contiene la solución de todos nuestros males, generando así una considerable sensación de frustración: los complejos retos de la sociedad contemporánea no admiten soluciones simples, obviamente.

Sin embargo, para muchos otros docentes y bastantes instituciones internacionales (en Europa y en todo el mundo) emprendimiento es un concepto valioso tanto para los estudiantes como para la sociedad y no está necesariamente marcado de forma negativa. Así, el Marco de Competencia  Emprendedora, publicado hace relativamente poco por la Comisión Europea, define emprendimiento como

Entrepreneurship is when you act upon opportunities and ideas and transform them into value for others. The value that is created can be financial, cultural, or social.

Esta interpretación del emprendimiento, sobre la cual se sostiene el Marco de Competencia  Emprendedora, no establece una relación directa entre el mundo de la escuela y el mundo laboral, pero sí con un modelo activo, comprometido y transformador de individuo y de comunidad que yo comparto.

Precisamente hoy he tenido la oportunidad de detallar mi relación con este concepto tan polarizado gracias a la posibilidad de realizar la ponencia de clausura del Proyecto i-Linc en Bruselas.

Para empezar, mi ponencia ha partido de los conceptos de awarenessagency, la toma de conciencia y la agencia, dos conceptos fundamentales para educar ciudadanos que entiendan los problemas del siglo XXI, se sitúen frente a ellos y tengan la capacidad y la decisión de actuar para intentar confrontarlos. En este sentido es como entiendo los esfuerzos por la promoción del emprendimiento, en la acepción anteriormente comentada: dotar a los jóvenes de las competencias necesarias para situarse críticamente y actuar me parece un objetivo por el cual merece la pena trabajar.

Sin embargo, la educación para el emprendimiento no parece estar teniendo éxito, incluso a pesar de que se multipliquen las actuaciones en esta línea. Por un lado, con frecuencia la educación para el emprendimiento se limita a los aspectos empresariales y financieros del concepto emprendimiento, restringiendo así su potencial. Por otro lado, insertar emprendimiento en una escuela reproductiva y en una sociedad que no tiene los mimbres necesarios para el emprendimiento es una incoherencia de tal calibre que los jóvenes lo leen perfectamente y, aunque estén interesados en la actividad emprendedora, el emprendimiento no acaba de calar.

En este sentido la propuesta que desde Conecta13 llevamos algunos años ya promoviendo para un desarrollo efectivo de la actitud y la competencia emprendedora en la escuela es el diseño de proyectos de aprendizaje con una clara orientación social y una importante base tecnológica. Algunas herramientas como el Canvas del ABP o la web sobre Artefactos Digitales pueden ayudarnos en esta tarea, sin lugar a dudas, pero la estrategia fundamental es más sencilla y más difícil al mismo tiempo: debe haber coherencia en los espacios formativos.

Una escuela reproductiva genera una ciudadanía pasiva, sometida al Poder y sin las herramientas (cognitivas, afectivas y sociales) para actuar después de la toma de conciencia. Una escuela activa y creativa, dispuesta a transformar aquellos aspectos de su realidad que no funcionan, está en disposición de preparar a los jóvenes para acometer aquellas situaciones problemáticas a las que se enfrentan y se enfrentarán en su vida: esta es una escuela que, desde la ejemplaridad, dota realmente a los jóvenes de herramientas para la transformación social.

El problema, finalmente, es que si la escuela no dota de esas herramientas a los jóvenes, alguien vendrá que ocupará ese espacio: su nombre aparecerá en luces de neón y programas de televisión y nos querrá convencer de que esta sociedad injusta de consumistas y consumidos, de trabajadores precarizados y votantes insatisfechos es a lo mejor que podemos aspirar. Muchos no estamos de acuerdo y hacemos todo lo que podemos para que no sea así: sí nos merecemos una sociedad más justa, inclusiva y feliz, y queremos trabajar por ella.

En todo caso, os dejo aquí mi presentación por si queréis revisarla, comentarla y, por supuesto, criticarla:

Photo by Marion Michele on Unsplash

3 Comments

  • Tuve la suerte de estar alli. Me quedo con ganas de trabajar juntos, de verdad.
    un abrazo y gracias.

  • Virginia dice:

    Recientemente introduciéndome en lo apasionante del emprendimiento y defiendo totalmente su enfoque basado en el servicio a la comunidad, hacer de este un mundo mejor. Solo así veo cabida en la escuela. Tendré el honor de escucharte el próximo 23 de febrero en Madrid en las Jornadas Escuelas que aprenden.

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