Si pudieras cambiar una sola cosa en Educación…

¿Qué pasaría si le preguntáramos a las maestras y los maestros qué habría que cambiar en Educación? Pues lo que ocurriría es que la respuesta sería sensata, factible, global y relevante. Y esa es mi suerte: haber podido contemplarlo.

La Fundación Telefónica ha invitado a un debate a un grupo de profesionales de la Educación, mujeres y hombres que dedican las mañanas a enseñar y buena parte de la tarde y la noche a compartir lo que aprenden en sus trabajos a través de la Red. Quizás si os digo sus nombres no os diga nada; sin embargo, si os digo que @NoLolaMento, @igualemente, @pedrojimenez, @juanjomunoz, @balhisay, @purastor y Teresa Lázaro (¡venga, Teresa, vente a Twitter) le han contado a Educared qué podríamos hacer, podéis imaginar que fue un debate interesante.

Lola Urbano ya ha escrito una crónica estupenda de la reunión y mañana tendremos la crónica de David Álvarez. Por mi parte no voy a hacer un relato de lo ocurrido pues ratifico lo que ellos escriban. Os hablaré de sensaciones.

Sentí que vivimos nuestra profesión con pasión. Sentí que pensamos en ella críticamente, aunque con cariño. Sentí que tenemos muy claro que es el alumnado quien debe ocupar el centro de nuestras preocupaciones y de nuestro trabajo – con todo lo que eso implica en metodologías, evaluación u organización del tiempo y del espacio. Sentí que coincidimos en lo fundamental y que los desacuerdos, si los hay, son un camino a recorrer en la búsqueda de soluciones. Sentí que nos hacía ilusión que nos escucharan y me sentí acogido y respetado por los anfitriones.

Sentí, también, que estamos muy lejos de los núcleos del poder económico. Sentí que éramos muy pequeños en la planta 13 de la Fundación Telefónica, Gran Vía de Madrid. Sentí que queremos cambiar el mundo a través de cada niño pero el Mundo es otra cosa que no vemos y que tiene el color del dinero.

Sentí que nadamos contra las olas. Sentí que me hundía pero que mi esfuerzo tenía sentido y que no estaba solo. Y fui feliz mientras me ahogaba pensando que, quizás, nuestros cuerpos llenarían el océano y sobre ellos nuevos hombres y nuevas mujeres sí podrían construir, definitivamente, un mundo mejor.

Os dejo mi mapa conceptual de la reunión. Pulsa en la imagen para ampliarla.

P.S. Gracias, Anibal. Tu confianza me apabulla. Gracias, @sandopen, Paco, Almudena, Elisa: nos sentimos muy cómodos, apreciados y bien recibidos

Gracias, @piscitelli, por aparecer y por ser accesible y participativo.

Gracias a todos los que acompañasteis a través de Twitter.

Gracias, amigas y amigos, por el calor que desprenden vuestros corazones.
Gracias, Lola, por tu sentido común. Gracias, Beatriz, por tu energía. Gracias, Pedro, por tu voluntad de intercambio y mestizaje. Gracias, David, por tu voz y tu palabra. Gracias, Teresa, por tu voluntad de construcción desde los cimientos. Gracias, Puri, por tus comentarios en voz baja. Gracias, Juanjo, por tu silencio, que clama y rompe muros. Sí, el alumnado es nuestra razón de ser pero vosotros sois mi razón de estar.
 

3 Comments

  • ©Lola dice:

    Amén, pero sin ahogarnos 😉
    Yo sí creo que podemos hacer algo, más de lo que parece, te lo dicen los niños y niñas cuando se atreven: «Me gustan las cosas nuevas que he aprendido», y cuentan más, y eso no cambia el Mundo, pero puede llegar a marearlo. Menos da un pedrusco ;DD
    Es curioso pero yo, que no ando muy bien de autoestima, allí no me sentí chiquita, no sé si por los croissants o por la calidad de los y las anfitriones, pero me sentí como en mi casa, puede que porque me llevó el palmeño (Hi, Aníbal ;P)

    Me encanta el mundo de los sentires diferentes, menudo tema para la escuela: la misma cosa provoca diferentes sentimientos, emociones, aprendizajes, y progresos, por eso erramos, porque queremos hacer como si todos fuéramos clones, Y NO LO SOMOS, leñe ya!

    Una de las mejores cosas de este encuentro, para mí, ha sido tenerte enfrente, que no enfrentado 😉
    Gracias, Fernando.

  • Inés dice:

    Tu entrada me ha emocionado. Mucho. ¿Qué más decirte?
    Yo creo que, aunque nademos contra las olas, de algún modo llegaremos a puerto (aunque no sepamos a cuál)
    Saludos

  • ¿Por qué no ver la botella media llena? A mí se me ocurre que hay mucha gente valiente, entusiasmada, que forman la cresta de la ola y que tiran de otra mucha gente.

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