La lectura en España 2008-2016: el sistema educativo

La lectura es un asunto importante por diversos motivos. Además de constituir una industria y un sector de negocio importantes, la lectura es una pieza clave para el aprendizaje en la escuela y para el futuro desarrollo de la investigación y el conocimiento en un país, por lo cual es también un claro indicador del nivel y el capital cultural de una sociedad. Parece lógico, por tanto, que desde diversos ámbitos se preste atención a su desarrollo.

En este sentido, la Federación de Gremios de Editores de España realiza, desde 2002 y con la coordinación de José Antonio Millán, un informe plurianual con el estado global de la cuestión: oferta editorial y ventas, índices de lectura, bibliotecas y librerías, modos de lectura y tipos de lectores y, por supuesto, la lectura en el sistema educativo. En particular sobre este último aspecto son muy recomendables en el Informe de 2008 las aportaciones de Roger Chartier («Aprender a leer, leer para aprender«), Elena Martín («El papel de la lectura en el sistema educativo«), Inés Miret («Bibliotecas escolares, (aún más) hoy«), Emilio Sánchez Miguel («La comprensión lectora«), Juan Mata («Leer cómo, enseñar qué«) o Daniel Cassany («La lectura ciudadana«) además del capítulo de José Antonio Millán sobre los modos de la lectura digital.

A comienzos de 2017 se ha presentado el Informe 2017 sobre la lectura en España. Su presentación, en la Biblioteca Nacional, contó con la presencia del secretario de Estado de Cultura, D. Fernando Benzo y ha tenido mucha repercusión en los medios de comunicación, que en definitiva son parte interesada en el bienestar de la lectura:

Este Informe 2017 está organizado en torno a once capítulos con los siguientes títulos:

Además, se ofrece un pórtico con textos de Alberto Manguel y Darío Villanueva y un buen número de apéndices con enlaces, tablas, gráficos y demás material complementario.

En la sección sobre el sistema educativo he tenido la oportunidad de analizar el estado de la lectura en el sistema educativo en el período 2008-2016. Partiendo de los años del comienzo de la crisis económica, que supone un factor de primer orden para el análisis en muchos apartados, he centrado mi análisis en el tratamiento de la lectura en la LOMCE y su desarrollo normativo, los planes autonómicos de promoción de la lectura y las características de ciertas actuaciones en centros educativos y por parte de docentes destacados.

Sobre la arquitectura normativa en relación con la lectura mi principal conclusión es que

la LOMCE (..) no marca ninguna diferencia trascendental respecto al marco creado en la LOE; es necesario acudir a su desarrollo en decretos y órdenes para encontrar alguna referencia destacable, aunque no siempre podamos valorarla positivamente.

En concreto, mi visión sobre la LOMCE es que parte del prejuicio de pensar que el problema de la lectura en el sistema educativo es que no conseguimos que los los estudiantes adopten un hábito lector, a pesar de que los datos demuestran que nuestros estudiantes leen más que el resto de la población, probablemente por el propio interés y la preocupación de la escuela por este tema. Véase, en caso de duda, el capítulo firmado por Luis González en el propio Informe 2017, donde se afirma con contundencia que

  • Los lectores frecuentes disminuyen claramente según se asciende en la pirámide de población.
  • Los universitarios presentan unos índices de lectura claramente superiores.
  • Los estudiantes y, en menor medida, los ocupados son los más lectores.

Sin embargo, mientras que la LOMCE se preocupa fundamentalmente por el hábito lector, se olvida de otras cuestiones trascendentales para la lectura, que sí estaban presentes en la LOE:

La LOMCE y su desarrollo buscan la solución de algo que, siendo importante, no representa en sí mismo un problema mientras, por el contrario, deja sin tratar cuestiones tan relevantes como la competencia retórica, los procesos metacognitivos o la activación de procesos básicos de comprensión.

O también, en el mismo sentido «criterios como la relación con la realidad y el grado de madurez de los estudiantes, la gradación de los contenidos, la interrelación entre los elementos del currículo, etc., están tan presentes en el currículo de la LOE como ausentes en el de la LOMCE». Es decir, en mi opinión el currículo de la LOMCE es, en general, un paso atrás en relación con la lectura frente a la propuesta de la LOE.

En relación con el mapa autonómico, el panorama es bien complejo, como intento sintetizar en el siguiente párrafo:

La primera observación de esta mirada autonómica es la dispersión de las actuaciones y su carácter irregular. No es fácil componer el mosaico que refleje la oferta de las comunidades autónomas en relación con la lectura. Por otro lado, una mirada atenta a las comunidades desvela un panorama diverso en la cantidad e intensidad de las propuestas, unas con gran despliegue de actuaciones, otras con un acercamiento discreto y algunas con un vacío clamoroso de política.

En este sentido, se echan en falta coordinación estatal, trasvase de experiencias de éxito entre comunidades, sostenibilidad en los planes y programas así como mayor ambición e ideas novedosas para este período 2008-2016, al menos en consonancia con la importancia que todos los gobiernos, sea nacional o autonómico, dicen dar a la lectura.

Finalmente, en los centros educativos se extienden dos ideas que, a priori, pueden contribuir a establecer de manera sostenible prácticas eficaces en relación con la lectura y otras actividades lingüísticas y comunicativas: el Proyecto Lingüístico de Centro y el Plan de Lectura. En ambos casos son los centros quienes, haciendo uso de su autonomía y en muchos casos frente a la ausencia de políticas educativas claras, toman las riendas de organizar cómo se va a promover el desarrollo de la competencia comunicativa y la lectura en su ámbito de actuación. ¿Estamos aquí ante un nuevo modo de hacer política, reduciendo las actuaciones estatales y aumentando la presión sobre los centros y el profesorado? Lo veremos en los próximos años y espero que podamos leerlo en el Informe 2024 sobre la lectura en nuestro país.


Si quieres descargarte el capítulo sobre el sistema educativo, pincha aquí. Si quieres acceder a las actuaciones autonómicas, pincha aquí.

Desde aquí quiero agradecer a la Federación de Gremios de Editores de España y, muy especialmente, a José Antonio Millán, coordinador de la publicación, la confianza depositada en mí para el análisis de la lectura en el sistema educativo.

1 Comment

  • Feliciano dice:

    Leer, adentrarse en la lectura, apasionarse entre letras, hacerse preguntas uno mismo o en común, estimular la curiosidad, agitar el deseo compartido, comprender en profundidad lo leído implica primero serenar las demandas y decrecer los estímulos para tomar los libros, sean cuentos, poemas, clásicos o revistas sin prisas. Me atormenta ver esos libros de texto de-cultivados y des-contextaulizados que llenan las escuelas y el magisterio de ordenes, tareas y protocolos.

    Ojalá tuviéramos en cuenta a las bibliotecas y a textos instituyentes como los siguientes:
    http://laaventuradeaprender.educalab.es/guias

    Gracias por la aportación al informe Fernando.

    https://plus.google.com/u/0/115101119149986868752

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