Evaluar para aprender, por Neus Sanmartí

El primer número de la colección Ideas Clave de Graó la profesora Neus Sanmartí ha publicado el libro “Evaluar para aprender”. En esta colección se pretende dar respuesta a algunos de los temas centrales en educación con textos centrados en la práctica y con un formato muy agradable y fácil de leer.

La evaluación se está convirtiendo en una de mis preocupaciones constantes, en parte motivado por la sensación (o la certeza) de que es una cuestión fundamental en nuestro trabajo a la cual prestamos, en general, poca atención. Una pregunta indiscreta: ¿cuándo fue tu último curso monográfico sobre evaluación?¿O en el que se tratara con cierta profundidad el tema?¿El último libro que hayas leído?¿O en el cual se le dedique un número razonable de páginas? En mi caso la respuesta es que hace mucho tiempo que no acudo a un curso centrado en la evaluación, ni tan siquiera uno en el cual se trate suficientemente, aunque sí intento leer sobre evaluación cada vez que localizo un buen libro sobre el tema.

Este es el caso ahora: un buen libro sobre evaluación. El punto de partida son esas diez ideas claves sobre evaluación:

  1. La evaluación es el motor de aprendizaje
  2. La finalidad de la evaluación es la regulación tanto de la enseñanza como del aprendizaje
  3. El error es útil para regular el aprendizaje
  4. Lo más importante es aprender a autoevaluarse
  5. En el aula todos evalúan y regulan
  6. La función calificadora y seleccionadora de la evaluación también es importante
  7. La evaluación motiva si se tiene éxito
  8. La utilización de instrumentos diversos puede mejorar la evaluación
  9. La evaluación externa de los aprendizajes puede ser útil
  10. Evaluar es una condición necesaria para mejorar la enseñanza.

Además de estas ideas claves el libro realiza algunas propuestas muy válidas: la utilización de un “contrato de evaluación”, cuestionarios para la anticipación de la acción, ideas para pasar de preguntas “reproductivas” a “productivas” o ejemplos de diarios de clase y portafolios para la evaluación.

Por último, me interesa particularmente una de las argumentaciones centrales en el texto: para desarrollar la función formativa o reguladora de la evaluación es necesaria la comunicación estudiante-profesor y estudiante-estudiante; para que se pueda desarrollar la comunicación es necesario un clima de diálogo; para crear este clima de diálogo necesitamos gestionar el aula apropiadamente; frente a las estructuras individualista y competitiva, el trabajo cooperativo supone una gestión del aula que favorece el diálogo, la autorregulación, la autoevaluación y la evaluación formativa. Fantástico.

Sin lugar a dudas, éste va a ser uno de mis libros recomendados de aquí en adelante.

3 Comments

  • Daenyel dice:

    Hola Fernando,

    No te voy a comentar esta entrada y si me lo permites querría hacerte dos preguntas:

    1) ¿Qué opinas de la noticia que apareción en «Nosololibros» en la que decían que con el tiempo van a terminar desapareciendo los libros de papel para ser reemplazados por libros digitales? Ten en cuenta también el punto de vista ecologista que yo comenté en esa entrada. Me gustaría saber tu opinión.

    2) ¿Sabes algo sobre la «noticia» que me ha llegado vía e-mail y que publico en mi blog bajo el título «¿Evolución o involución?»? Supongo que será un típico bulo de Internet pero al llegarde de dos contactos diferentes de dos países diferentes, me ha extrañado. Dime lo que sepas sobre esto por favor, para quedarme más tranquilo

    Y bueno, rectifico, sí que te voy a comentar esta entrada porque me han quedado unos minutos para pararme a leerla.
    Creo que es cierto lo que nos comentas y la evaluación es sin duda alguna, el eje central de la educación y que ningún o casi ningún maestro nos paramos a aprender más sobre ella; si bien también es verdad que en la carrera de Magisterio es una de las cosas que salvo en dos o tres asignaturas, se me ha hablado.
    Así que ya que lo recomiendas, creo que voy a comprarme ese libro pues me servirá para aprender más como maestro y de paso, me vendrá como una buena ayuda para las oposiciones.

    Y hablando de libros… recuerdo que un día me dijiste que no sabías porqué no aprovechaba mi «bilingüísmo» (tú no lo entrecomillaste, yo sí) para leerme primero los libros de Harry Potter en inglés, pues bien, con el último lo intenté, me lo compré en Cambridge y tengo que lamentar que me superó: Si bien entendía casi todo, el esfuerzo de leer en inglés era muy superior al que realizo al leer en español y finalmente lo tuve que dejar cuando llevaba aproximadamente una cuarta parte del libro; ahora bien, me lo voy a comprar en español, me lo leeré y cuando me toque releérmelo, no te quepa la menor duda que esa vez sí será en inglés.

    Y se acabó este largo comentario… la verdad… creo que uno de los más largos que hice en un blog en mi corta vida «bloggera». Puedes responderme aquí en tu blog, en el mío o por un correo electrónico. Tal y como prefieras Fernando.

    Un saludo.

  • Hola Fernando,
    Estoy trabajando y investigando sobre el aprendizaje y la evaluación en aulas AICLE y el libro de Neus es mi «libro de ruta» más importante.
    La evaluación como autoregulación en el aula y el papel del alumno en todo su proceso es una de las ideas más interesantes para investigar. Sanmartí nos propone muchas actividades para lograr cambiar el método de aprendizaje y evaluación, pero queda un vacío para rellenar y es el de la formación del profesorado.
    En nuestras aulas es todavía el profesorado el que «enseña» o «instruye» ,el que ofrece la información.
    Es necesario un cambio de actitud y de rol entre profesorado y estudiantes.
    Para mi si queremos conseguir un proceso de autoregulación del alumnado, el profesorado tiene que jugar más un papel de guía que de «máster en..». No es tarea fácil conseguirlo, pero publicaciones como la que tu citas nos ayuda a entrar en un camino de innovación y evaluación que nuestro sistema educativo necesita.
    Mi tema de investigación en estos momentos es el aprendizaje y la evaluación de la interacción oral en aulas AICLE, teniendo como lengua vehicular el inglés y como contenido las ciencias.
    Alguna sugerencia?

  • José Luis Castillo Chaves dice:

    Para el primer punto hay tres consecuencias importantes. Si aceptamos (y yo lo hago) que la evaluación es motor, tiene que convertirse en la primera actividad, tiene que ser mucho más frecuente de lo que es hoy, tiene que ser, no visible, no: transparente.

    Tiene que ser la actividad inicial porque quien la ponga al final no puede decir que sirve para aprender. Ahí SOLO sirve para calificar. Poner un examen al final es una muy mala idea.

    Tiene que ser (muy, pero que muy) frecuente para acompañar cada pequeño paso del aprendizaje. Hacer menos de 12-15 actividades de evaluación al año es una muy mala idea.

    Tiene que ser transparente para que mucha gente pueda aprender de la actividad de evaluación de alguien y pueda acceder a ella para aportar. Lo cual significa tirar muros que, ahora mismo, son muy altos. Guardar cualquier ejercicio de evaluación y no dejar que todos puedan ser vistos y revisitados por cualquiera es una muy mala idea.

    Estoy, por tanto, muy de acuerdo con este post, Fernando, como con todos los tuyos (no recuerdo algo que hayas dicho o escrito con lo que esté en desacuerdo, jejeje).

    Si acaso profundizaría dos aspectos.

    Creo que la evaluación no sirve para calificar. Es cierto que la calificación se alimenta de la evaluación, pero no todo lo que produce va a parar a ella. P.ej., los aciertos de los procesos sí van, pero los fallos no. La calificación consistiría en agregar indicadores producidos por la evaluación, seleccionados. Pero no toda ella. Para que la nota recoja tanto lo logrado como expectativas racionales de logros futuros. Creo que sería muy mala idea convertir la calificación en medias. O solo incorporar lo ya logrado y no incluir también lo que se espera que se logre próximamente.

    El segundo, que creo que una evaluación preparada avisada su fecha de antemano, produce maquillaje, produce apariencia de aprendizaje, pero no aprendizaje auténtico.

    Me gusta el post por dos razones. Por la carga profunda que contiene y por cómo revela lo arraigado de los malos, muy malos hábitos, que existen en el sistema educativo respecto a la evaluación.

    Un abrazo enorme para una persona enorme, Fernando. 🙂

Deja un comentario

A %d blogueros les gusta esto: