Escuelas del siglo XXI con profesorado del siglo XXI para alumnado del siglo XXI

Si quieres escuchar esta entrada en formato podcast, la tienes a tu disposición en El timbre del laboratorio.

En educación no hay expresión más absurda que aquella que afirma que en la escuela enseña un profesorado del siglo XX a un alumnado del siglo XXI con metodologías del siglo XIX. Solo quien no conozca la escuela o no quiera ver en ella una evolución puede mantener que la escuela no ha cambiado para asumir los nuevos retos que la sociedad le encomienda. Es más, hoy nos encontramos en un momento claro de ebullición y de aparición de pedagogías emergentes visibles en muchos centros educativos.

Para empezar, la escuela ha asumido en su currículum todos aquellos contenidos que la sociedad ha considerado relevantes. Desde la educación vial hasta la educación financiera, pasando por la robótica, el inglés como lengua vehicular en los centros bilingües o, por supuesto, la educación para la igualdad entre mujeres y hombres, la escuela ha ido introduciendo nuevos contenidos ya sea por mandato normativo, mediante el desarrollo de nuevos materiales o por la vía de los libros de texto.

En segundo lugar, hoy el profesorado tiene a su disposición un amplio catálogo de estrategias y recursos metodológicos que incluyen diversas maneras de gestionar el aula, organizar a su alumnado y promover situaciones de aprendizaje. Pensar que las metodologías existen sin el profesorado es una contradicción; es más, el profesorado hoy lidera el avance en ciertas estrategias metodológicas, en muchas ocasiones por delante de unidades teóricamente dedicadas a la innovación como son las universidades o los centros del profesorado.

En tercer lugar, la tecnología ha revolucionado el aprendizaje, como muchos otros aspectos de nuestra vida. Por un lado, ha expandido las oportunidades de aprendizaje tanto en el tiempo como en el espacio, desbordando las paredes y el horario de la escuela para permitir que quien quiera aprender pueda hacerlo en todo momento y lugar; por otro lado, la tecnología ha permitido abrir ventanas y puertas en el aula y modificar procedimientos aportando nuevas vías de comunicación y nuevos materiales. La Tecnología es un factor de cambio cultural, y la escuela no es inmune a esta fuerza de cambio.

Así pues, la escuela de 2017 poco tiene que ver con la escuela de 1917 y mucho menos con la escuela de 1817. Desde lo más aparente a lo más profundo y delicado, la escuela ha cambiado radicalmente, y el proceso de cambio no está disminuyendo sino que, al contrario, está acelerando.

Obviamente, no todas las escuelas están situadas en el mismo punto de este vector de cambio. Hay escuelas más o menos innovadoras, sin lugar a dudas. Pero, por un lado, hay que diferenciar entre el deseo de cambio y las posibilidades de cambio. ¿Cuentan todos los centros educativos, tanto en la red pública como privada, con los recursos necesarios para la mejora?¿Se dan las condiciones laborales necesarias para que el docente trabajador pueda desarrollarse personal y profesionalmente a través de la innovación?¿Apuesta la Administración de manera clara por la revisión del currículo, el desarrollo profesional de su profesorado y la mejora de las condiciones laborales?¿Están todos los factores alineados para que la escuela pueda desarrollar la tarea que tiene encomendada de manera eficaz?

Por otro lado, pensar solo en términos de “innovación” puede conducirnos al cambio por el cambio pero sin transformaciones positivas reales, o incluso a cambios que perjudiquen el aprendizaje. La innovación debe contribuir, y normalmente así ocurre, al desarrollo integral del estudiante y a promover el éxito de todo el alumnado en todas las circunstancias. La innovación no es el objetivo en sí misma, es un medio para un fin: la construcción de una sociedad mejor.

Photo by Mervyn Chan on Unsplash

11 Comments

  • peralias51 dice:

    Lo he escuchado en el timbre porque esos signos de interrogación…

    • ftsaez dice:

      Jajajajajajaja Gracias, Loli, ya está corregido. La razón de los signos de interrogación la desconozco pero me ocurre a veces cuando en lugar de escribir directamente en WordPress escribo en el procesador de texto y luego pego el texto en el blog. Hoy lo he he hecho y me he ido a desayunar con la conciencia tranquila cuando en realidad el texto era un mar de interrogantes jejejeje

      Un abrazo

  • Ana dice:

    qUIZÁ HABLES DE los centros y docentes que desarrollan un trabajo decente, pero desde las administraciones educativas autonómica no se garantizan. Tampoco la competencia del profesorado que entre otras cosas pueden chillar, castigar, humillar a su alumnado sin que haya mecanismos para apartarlos o ¿qué se puede hacer? Yo soy bióloga, funcionaria, vivo bien, vamos pago todo y me sobra para viajar y algo más. Mi hija y mi hijo van a un CEIP público, pero todo esa apología del profe y docente que haces no la veo en la realidad como vocal de la federación de amapas de mi provincia, Málaga. ¿Cómo apartar a un docente incompetente? Hemos hablado con él, con la dirección,… Nada,s e protegen. ¿Cómo garantizar algo más que lo que pide PISA y las pruebas de evaluación de la Junta? ¿Cómo mejorar si pedir sobreesfuerzos materiales y voluntarios en los centros públicos? Muchas estamos hartitas de las comunidades de aprendizaje, ir de voluntaria a grupos interactivos a apoyo escolar por la tarde y… siguen sin sustituir a profesorado, haber claustros permanentes, proyectos educativos decnetes, aulas y centros buien acondicionados, profesorado que no siga el librito a pies juntillas, sin crítica alguna, etc. Muchas gracias Fernand

    • ftsaez dice:

      Estimada Ana:
      Te agradezco profundamente tu sincero comentario. Yo soy padre, tengo una hija y un hijo, y puedes creerme que muchas veces lo que veo y escucho en su colegio no solo no me gusta sino que genera en mí un profundo sentimiento de … desesperación. Ninguno de nosotros estamos satisfechos (en distintos grados) con nuestro sistema educativo: hay mucho que arreglar y que pulir, comenzando por la inversión de la Administración, la «profesionalidad» de los centros y los profes y la implicación de toda la sociedad, desde los movimientos ciudadanos (como las AMPAs) hasta la empresa privada.
      Sin embargo, también te pido que comprendas que el sistema es muy amplio y que nuestras malas experiencias – y todos las tenemos – no pueden ocultar que hay una poderosa línea de mejora y de innovación en todo el país. Sé que uno quisiera que esa ola de cambio llegara al centro donde estudian nuestros hijos y, para qué nos vamos a engañar, es duro saber que quizás llegue cuando ellos ya no estén en ese centro o ni siquiera en la escuela. Sin embargo, tengo mi confianza puesta en que esa ola de mejora llegará a todos los centros por una u otra vía. Si quieres, llámame excesivamente optimista. Yo prefiero pensar que simplemente el esfuerzo de tantos ciudadanos y profesionales no puede caer en saco roto. Lo vamos a conseguir, aunque costará (entre otras cosas porque puede que naveguemos contra corriente, al menos en el caso de la Educación Pública).
      En todo caso, de nuevo, gracias por tu comentario, Ana. Me siento cercano a ti como madre y como funcionaria. Ojalá podemos en algún momento conocernos y poder hablar con calma de todo esto.
      Un fuerte abrazo

  • Francisco López Montellano dice:

    Como todo en la vida es una cuestión de voluntad. Las posibilidades están ahí, sobre todo en lo que respecta a la formación de los docentes. Creo que no existe un colectivo profesional que disponga de mayor oferta, incluso gratuita, de cursos de formación.
    Efectivamente, la innovación por sí no llega con ser citada, debe estar basada en el deseo y la necesidad por cambiar y mejorar.
    Hablo de voluntad en los mismos docentes, porque si hay que esperar y/o «dejarse llevar » por las políticas diseñadas para todos desde las administraciones educativas, ocurrirá cómo siempre, nos perderemos en métodos, en materiales y en diseños ajenos a las necesidades reales de nuestros alumnos.
    Hay mucho de apatía y conformismo en la profesión, los perjudicados somos todos, los alumnos en primer lugar, los docentes porque entran en la.contradicción de ejercer una profesión que ya no les ilusiona, las familias que no sienten el deseo de participar en la educación de sus hijos y ya no están dispuestos a dar una sola manzana para que sus dejen sobre la mesa del maestro.
    En la profesión se debería incentivar el esfuerzo y el trabajo bien hecho, con una evaluación de la labor realizada, independiente de las modas y la hojarasca de que muchas veces «nos venden» con la innovación.
    Saludos.

  • Ana dice:

    Gracias Fernando. Hablo como vocal de la asociación de madres y padres de una provincia de casi y un millón y medio de habitantes, no como madre, que tb. No me contestas a esas preguntas sobre cómo apartar a un docente incompetente, ni de las comunidades de aprendizaje sus efectos y usos interesado a favor de la precarización. Del mismo modo es verdad acerca de presiones de profes, pero tb de priviligeios de poder y mal hacer no impugnados. Está bien ser optimista, quizá, pero si no eres capaz de ver el bosque te pierdes en tus cosas bonitas. El sist. de educación pública esta siendo machacado a marchas forzadas, el sanitario, el mejor que teníamos, igualmente.
    Y esa » poderosa línea de mejora y de innovación en todo el país. Sé que uno quisiera que esa ola de cambio llegara al centro donde estudian nuestros hijos». La innovación la mayoría de las veces es para los más priviligiados. Me encantaría que me respondieras, gracias y seguimos.

    • ftsaez dice:

      Hola, Ana:

      Una vez más, gracias por tu comentario y es para mí un placer poder contestarte, aunque no tengo respuestas definitivas en muchos casos.
      1. Sobre las preguntas que me hacías en tu primer comentario, el Proyecto Educativo del Centro y su PGA son de obligado cumplimiento. Si no se cumplen, la dirección y la inspección deben intervenir. Si no lo hacen, la Jefatura de Inspección debe hacerlo.
      2. Sobre la innovación, efectivamente muchos centros privados y concertados han visto en este tema una manera de hacer «marca» (branding dirían los modernos) y lo están utilizando a fondo, lo cual no significa que sea su único interés, obviamente. En la escuela pública normalmente no es así pues no se percibe esta misma necesidad «comercial» pero sí hay muchos centros (y muchísimos docentes) que están trabajando de una manera distinta a como nosotros, por ser claros, aprendimos hace ya muchos años. Ha cambiado la sociedad y han cambiado los niños y las niñas, y muchos docentes y centros han cambiado también. ¿Todos? No. ¿Los suficientes? Quizás tampoco. ¿Hay que presionar más? Yo lo hago constantemente, si echas un vistazo a mi blog, e intuyo que tú también. Es una responsabilidad compartida (aunque con distintos niveles de responsabilidad) garantizar un buen sistema educativo, y sanitario, para nuestro presente y nuestro futuro.

      Un abrazo y seguimos en contacto.

  • Carlos dice:

    Oigo a muchos profes decir eso de que es absurda la comparación. Yo no sé cómo es la escuela en 1917 ni en 1817, porque no estaba allí. Sin embargo, sí parece que había experiencias interesantes e innovadoras incluso para ahora, como las llevadas a cabo en el ámbito de institución libre de enseñanza o por maestros de la República. Sin embargo, como interino y padre de dos niñas, he visto algunos coles, y no conozco esos de los que hablas. Sé que los hay, porque he oído hablar de ellos, pro mucho me temo que son la excepción. Una excepción que, por cierto, suele ser duramente castigada por la administración y, en ocasiones, incluso se imponen equipos directivos a estos centros para que no se puedan llevar a cabo estos proyectos dentro de la escuela pública.
    La escuela ha cambiado, supongo, pero sobre todo en el este empeño de la administración por llegar a más alumnos cada vez con menos recursos, y me llama la atención que siempre haya voces dentro del profesorado que inciden en esa supuesta transformación encaminada a mejorar la sociedad. Sí, nuestra sociedad es mejor, sin duda, pero respecto al brutal crecimiento de las desigualdades… creo que habría que realizar un análisis mucho más profundo.

  • Ana dice:

    Gracias Fernando, está bien que se garantice la permanencia de una persona que ha conseguido su plaza, yo la tengo, pero no quiere decir no asistir al trabajo, tratar mal a personas de tu servicio, ser incompetente,. y encima que te protegan, esto pasa. Porque muchos funcionarios hablan de público sólo cuando afecta a sus complementos económicos, horarios, vacaciones y demás condiciones. Pero no en lo que atañe a tu responsabilidad pública. la protección y corporativismo en centros y delegaciones es un horror, no digamos cuando hay profes de religión por medio. Y te lo vuelo a decir que te hablo como vocal de una federación de Amapas de una provincia de casi 1,5 mill de habitantes. Son cientos los casos, el cuerpo docente tiene privilegios asentados respecto a la falta de competencia y responsabilidad pública en la educación. Entiendo tu defensa del maestro y todo tu relato, pero no podemos caer en el conformismo ni dejar de ver esta lacra. NO hay mecanismos para retirar a profes incompetentes, ¿no? y sobre las comunidades de aprendizaje te callas,. Hay excesivo apoyo en el voluntariado vs cond laborales y recortes ¿Qué piensas de las CdA? Gracias

    • ftsaez dice:

      Ana, ¡qué dura eres conmigo! No me callo sobre las comunidades de aprendizaje ni en realidad sobre ningún tema: no es mi estilo si revisas mi blog o mi participación en Twitter, simplemente he contestado a una de las cuestiones que planteabas y que me parecía central.
      En concreto, las Comunidades de Aprendizaje me parecen una experiencia en general muy positiva, que está posibilitando en muchos contextos complicados transformaciones importantes. Obviamente, no hay recetas en educación ni soluciones universales así que tampoco todas las Comunidades funcionan igual de bien como tampoco yo comparto todos sus planteamientos (por ejemplo, en relación con la lectura y el canon literario, por mencionar uno). El papel concreto de los voluntarios es, en general, positivo en mi opinión pero no pueden venir a cubrir, lógicamente, necesidades básicas del sistema y, en general, deberíamos ir a modelos en los cuales haya una plantilla suficiente y preparada más que infradotada y necesitada de voluntarios, pero esto no es problema de las Comunidades sino de la Administración que dota (o no) los centros educativos.

  • manelrives dice:

    Buenos días Fernando,

    He vuelto a leer una de tus entradas y quería dejarte otro de mis comentarios, por cierto coincidiremos en una formación dentro de una semanas, después del Año Nuevo, tu pagan la Primera ronda 🙂

    Te compro tu mensaje, de hecho tú y yo sabemos que gente muy buena -muy muy muy profesional, muy muy muy motivada y muy muy muy voluntariosa) está trabajando en muchos tipos de centros y hay menos centros -aunque muy buenos- trabajando en esa misma línea. Es decir, hay más gente buena que centros buenos, por desgracia hay mucho “francotirador” (tú ya me entiendes aunque yo prefiero el término isla para estos y archipiélago para los centros).

    El caso es que tú también sabes, al igual que yo y que otras personas, que este no es el modelo que más impera en nuestro sistema, de ser así no estaríamos hablando continuamente de introducir tecnologías o introducir metodologías o introducir dinámicas de centro, estarían más que implantadas y por desgracia no es así.

    Que hay gente buena trabajando a contracorriente está más que demostrado, que hay centros buenos trabajando a contracorriente está más que demostrado, pero ni uno ni otro son la dinámica general del sistema.
    Y cuando lo digo en voz alta me caen palos por todos lados porque

    A) sale el modo corporativista del docente (que también lo tenemos por desgracia) a defender a capa y espada que la escuela pública y toooodos sus trabajadores son la leche releche lironda súperguay y que la culpa la tiene la administración o

    B) la administración dice que malos son los docentes porque yo hago todo super guay del Paraguay.

    Y tú y yo conocemos también la situación real en la que trabaja mucho de los compañeros que sí están cambiando las cosas, y lo hacen luchando ferozmente contra un sistema que es la administración y los compañeros. La primera porque se dedica a hacer sus proyectos determinados en despachos y/o jerárquicamente desde arriba sin contar con la gente que sabe más que ellos (y te invito a ver lo que hacen en Galicia con la robótica, los dispositivos o los libros digitales malos de solemnidad) donde la mayoría de ellos es humo y gastándose muchísimo dinero y con el mensaje de “se hace esto porque yo lo digo, porque es mi tecnología, porque me gasto yo el dinero o porque es mi decreto” y lo vendo en los periódicos.

    Pero también veo a muchos docentes estancados en el siglo XIX (y no el siglo XIX del bueno y de inicios XX con Montessory o Giner de los Ríos) y sí, lo siento, están estancados en el siglo XIX y lo veo todos los días y son muchos muchos más los que están en el siglo XIX que los que están en el siglo XXI. Porque introducir medidas de tutorización entre iguales, buscar proyectos entre profesorado, aprender de neuroaprendizaje, introducirse en el coaching, hacer mindfulness 10’ al día, utilizar lo que ya se tiene de otro modo no necesita de mucho. Y no es así. La mayoría no está deseando enseñar de otra manera… se sigue enseñando a talonario de libro de texto porque… siempre se ha hecho así.

    Que hay un run run es evidente. Que hay mucha más gente deseando hacerlo de otro modo también, pero con los que están y los que quieren entrar siguen siendo pocos. Somos una cantidad muy menor, no hay masa crítica para decir que el sistema está cambiando, por ahora no es el sistema quien cambia ni siquiera la administración protege a los que cambian ni apoya a los centros que quieren hacerlo dotándolos de más medios personales y de recursos.

    Ya me gustaría que algún centro me dejase trabajar con él… pero como soy culo inquieto mis “puntos” de estar en el mismo sitio son muy bajos… mientras que el que está siempre en el mismo lugar hago no haga nada se puede ir a donde quiera. Y así muchas cosas

    Un abrazo

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