El modelo de educación lingüística en Andalucía

Mis dos últimas entradas de 2011 serán en positivo. Hoy, la penúltima entrada del año, quiero escribir sobre el modelo de educación lingüística en mi tierra, Andalucía.

Hace una década y motivado por la aparición del Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas, comienza un complejo proceso de transformación para conseguir la mejora de la educación lingüística en Andalucía. El objetivo central era el desarrollo de una competencia plurilingüe en el alumnado y así se conformó uno de los planes educativos más ambiciosos y exitosos que se han desarrollado nunca en Andalucía: el Plan de Fomento del Plurilingüismo.

Desde mi perspectiva, el Plan tenía dos ejes diferenciados: los programas de actuaciones y el objetivo de cambio metodológico. En relación con el primero había cinco focos de atención (aquí simplificados): la creación de centros bilingües, las Escuelas Oficiales de Idiomas, el profesorado, la sociedad y la interculturalidad.

Hoy es una realidad que existe una importante red de centros públicos bilingües en Andalucía sostenida por el esfuerzo de un profesorado que ha acudido a las Escuelas Oficiales de Idiomas y a los Centros del Profesorado para formarse y poder acometer el reto de la enseñanza bilingüe. Esta red de centros, que ha sido evaluada por un equipo de la Universidad Pablo de Olavide dirigido por el profesor Francisco Lorenzo, es la mayor y la mejor herencia del Plan de Fomento del Plurilingüismo tanto por su extensión como por la calidad que ha conseguido gracias a la implicación del profesorado.

Evidentemente, quedan aspectos por resolver y mejorar. El crecimiento de la red – especialmente en tiempos de crisis – es un fragil equilibrio entre compromisos presupuestarios y profesionales; el desarrollo del bilingüismo en los centros, por otro lado, debe contribuir a los principios de calidad y equidad, y es necesario revisar que la red no esté favoreciendo «clases bilingües» de calidad y «clases no-bilingües» de mediocridad; la implicación de la universidad andaluza debe aumentar a través de sus propios «planes de plurilingüismo», ya existentes pero todavía poco desarrollados, pues eso garantizará un profesorado futuro no solo preparado sino concienciado en relación con la importancia del aprendizaje de idiomas.

Por otro lado, los objetivos relacionados con la sociedad y la interculturalidad aún podrían tener mucho recorrido. La implicación de la familia en el aprendizaje de idiomas, como contemplaba el Plan, aún puede dar mucho juego, como también la participación – nunca lograda – de la Radio y Televisión andaluza. En cuanto a la interculturalidad, fueron las Aulas Temporales de Adaptación Lingüística la principal apuesta de trabajo y aun lo siguen siendo – aunque en una lenta decadencia desde la perspectiva de quien escribe esto. También se realizaron algunos intentos de incorporar las lenguas de las comunidades migratorias a los centros educativos, pero no poseo datos acerca de estas experiencias y no puedo hablar con justicia de ellas – ni tampoco de la duración de esos intentos.

Por otro lado, se ha realizado una importante apuesta por el cambio metodológico. En esta apuesta no sólo se habla de renovación de métodos de enseñanza, sino de cuestiones más sutiles como el papel de la lengua castellana – lengua vehicular en nuestra comunidad – en los procesos de aprendizaje de lenguas, la interrelación entre todas esas lenguas, la implicación de las áreas no-lingüísticas o cómo construir escuela inclusiva y prestar atención a la diversida desde la enseñanza de lenguas.

Los resultados de esta línea de trabajo son, por un lado, las publicaciones vinculadas con el Proyecto Lingüístico de Centro y, por otro lado, las Secuencias Didácticas AICLE.

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