#AlfabetizacionesMultiples: reflexiones tras un curso apasionante

La pasada semana, como habrás visto si lees De estranjis, estuve implicado en el curso del Ministerio de Educación y la UIMP titulado «Alfabetizaciones Múltiples: una nueva ecología del aprendizaje«. Ha sido una semana intensa, llena de actividad, de tensión creativa y de trabajo.

A lo largo de la misma tuve la ocasión de publicar mis tuit-narraciones de las ponencias de Ferran Ruiz Tarragó, José Manuel Pérez Tornero, Ramón Flecha, Laura Borràs y Tíscar Lara, así como las presentaciones de prototipos diseñados por los participantes en el curso. En esas entradas puedes encontrar reflexiones, los enlaces que comentaron y buena parte del material que ofrecieron los ponentes así como la producción final de los participantes.

Sin embargo, tengo la sensación de que el curso no se agota en las siete entradas que publiqué la semana pasada. Hay claves que no he contado y que son, sin embargo, importantes para comprender cómo transcurrió el curso. Este es el sentido de esta entrada: narrar la intra-historia de un curso diferente en la forma y en el fondo.


«Alfabetizaciones Múltiples»: entre el conocimiento académico y el «Design Thinking«

Una de las claves fundamentales de este curso sobre «Alfabetizaciones Múltiples» ha sido el acercamiento al concepto por dos vías no excluyentes.

Por un lado, los directores del curso, Joaquín Rodríguez y Carmen Campos, han diseñado una secuencia de ponencias sobre «alfabetizaciones múltiples» que ha funcionado tremendamente bien. Ha habido mucha erudición pero en un tono cercano y accesible; ha habido polémica pero de manera respetuosa y adecuada para un contexto académico; ha habido múltiples referencias a investigaciones consolidades y recientes junto con experiencias de aula y espacios de aprendizaje; ha habido, en definitiva, un plantel de ponentes que han ofrecido un acercamiento al concepto de «alfabetizaciones múltiples» desde la complejidad y la diversidad de enfoques, como se demuestran en las entradas que recogí en De estranjis.

Por otro lado, cada ponente sabía no sólo que se esperaba de él o de ella sino que también han hecho el esfuerzo de estar atentos al discurso construido por quien le precedía, lo cual es tanto mérito de los ponentes como del propio director del curso, Joaquín Rodríguez. En algún caso, como en la ponencia de Ramón Flecha, el ponente había estudiado en profundidad tanto el sentido y la organización del curso como los mensajes lanzados por Ferran Ruiz Tarragó y José Manuel Pérez Tornero y recogidos en nuestro blog, lo cual le permitió no sólo hilar su discurso de manera muy coherente con lo que se había dicho antes en el mismo foro sino hacer referencias explícitas al Design Thinking y algunas ideas concretas lanzadas por Ferran y José Manuel.

Precisamente una de las ideas fundamentales que se vertieron en el curso sobre el concepto de «Alfabetizaciones Múltiples» es su estado «beta», aún «en construcción». Éste no es un concepto absolutamente perfilado y cerrado sino que es objeto de análisis y debate: su relación con las alfabetizaciones básica y funcional, el impacto de lo digital (y su crecimiento) sobre los procesos tradicionales de lectura, los límites de lo múltiple (¿se incluye la «alfabetización matemática», por ejemplo, dentro de lo múltiple?) y otras cuestiones hacen que el concepto se encuentre aún en el laboratorio de lingüistas, psicólogos, sociólogos, didactas y otras ciencias.

En este sentido, este concepto es un objeto interesante para el Design Thinking pues el Design Thinking se presenta, precisamente, como una estrategia de actuación frente a problemas poco definidos (en inglés se suele decir ill-defined problems – «Ill-defined problems are those that do not have clear goals or solution paths, while well-defined problems have specific goals and clearly defined solution paths»  – o incluso wicked problems – «a problem that is difficult or impossible to solve because of incomplete, contradictory, and changing requirements that are often difficult to recognize»). Parece, por tanto, que unir «alfabetizaciones múltiples» y «design thinking» es una buena idea a priori.

Así pues, el curso ha pretendido abordar la complejidad de las «alfabetizaciones múltiples» desde el doble planteamiento de las ponencias académicas y del Design Thinking. Creo que esto ha sido un acierto.

La clave son las personas

Visto el curso desde las entradas de De estranjis, las ponencias parecen el epicentro de toda la semana. Sin embargo, en realidad creo que no ha sido así. El epicentro han sido los propios participantes y su construcción personal y colectiva de conocimiento y de «prototipos». Las ponencias era un momento importante pero no central; han sido un detonante para la reflexión, un factor enriquecedor del trabajo que los participantes tenían que hacer.

Así, cada mañana hemos comenzado con una actividad que daba la bienvenida a los participantes y que fijaba el tono – dinámico, divertido, atrevido – para el resto de la sesión. Tras esta actividad los participantes han escuchado una ponencia pero sabiendo que, tras ésta, tenían que preparar junto a su grupo un mapa mental que reflejara su visión del discurso del experto. Además, estos mapas mentales han podido ser confrontados con los propios ponentes pues estos permanecían con nosotros para dialogar y conocer la opinión de los participantes en el curso.

MindMapping2

Tras la elaboración del mapa mental, cada grupo ha comenzado el trabajo de diseño. Comenzamos definiendo un reto o un problema vinculado con las alfabetizaciones múltiples para pasar justo después a pensar quiénes eran las personas destinatarias de nuestro proyecto. Y no nos conformamos con pensar de manera genérica o colectiva («el grupo-clase» o «chicos y chicas de atención a la diversidad») sino que nos centramos en una persona: elaboramos una ficha, la dibujamos, la caracterizamos para conocerla bien ¡e incluso la entrevistamos! Sí, hicimos tres series de juego de rol en las cuales los grupos de trabajo pudieron «entrevistar» a la persona para la cual estaban diseñando.

persona

Con la información generada en las entrevistas cada grupo obtuvo su insight, su visión, su «momento ¡Eureka!» para afrontar el reto o el problema que se habían planteado. Llegó entonces el tiempo de los prototipos.

Cada grupo pasó por varios «ciclos de prototipado» en los cuales pudimos ir afinando, concretando, el prototipo para ajustarlo a las personas para las cuales se estaba diseñando. El prototipo sirvió, así, como mecanismo de trabajo compartido y como herramienta de presentación de ideas para obtener feedback, actividad a la cual destinamos dos sesiones intensas el jueves por la tarde y el viernes por la mañana.

presentacion_prototipos

Así pues, personas pensando en personas y diseñando prototipos que mostrar a otras personas: eso es Design Thinking, resolución de problemas centrada en las personas.

Lecciones para el Design Thinking en educación

¿Qué podemos aprender de esta semana para el uso del Design Thinking en educación? En primer lugar, la sensación de perplejidad y extrañeza con la que se encontraron los compañeros y compañeras participantes los dos primeros días debe hacernos pensar que las propuestas del Design Thinking están aún lejos de la práctica habitual en educación: reflexión y producción colectiva, personalización, investigación, prototipado, feedback, etc., son prodecimientos infrecuentes – de manera sorprendente – en educación y, por tanto, hacen que el Design Thinking genere una sensación inicial de sorpresa.

Evidentemente, abandonar la zona de confort de los procedimientos habituales parece bastante aconsejable si se pretende acometer un proyecto innovador. En este sentido, el Design Thinking sistematiza – de manera no coercitiva, al menos en nuestra propuesta – algunas prácticas que pueden ser muy útiles en la escuela para diseñar proyectos innovadores: tormentas de ideas, pensamiento visual, entrevistas, etnografía, grupos de discusión, etc., pueden servir para encontrar inspiración y generar ideas innovadoras para transformar la escuela – o para crear una nueva.

Afirmo esto, no obstante, con la tranquilidad de haber visto la evolución a lo largo de la semana en cuanto a la comprensión y la valoración del Design Thinking por parte de los participantes. Los compañeros y compañeras presentes en el curso han confiado en el proceso de trabajo (y también en nosotros, obviamente) y esto nos ha llevado a culminar la semana con diez proyectos complejos, coherentes y ajustados a las necesidades e intereses de las personas para las cuales se habían diseñado los proyectos.

En definitiva, creo que la experiencia de aplicar el Design Thinking a un problema complejo y poco definido como las «alfabetizaciones múltiples» ha sido un acierto. Para mí, además, ha sido una importante experiencia de aprendizaje, todo un máster en Design Thinking por la oportunidad de trabajar con los cincuenta compañeros que nos han acompañado y, sobre todo, por compartir el tiempo y el espacio con mi amigo Félix Lozano, de quien tanto he aprendido. [Gracias, Félix, por tu generosidad y tu sabiduría, un know-how sonriente y placentero que hace que trabajar contigo sea sencillo y estimulante.]

Salud

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